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Menos de una semana después de que la Fiscalía anunció la detención y suspensión del actual gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria –investigado por supuestas irregularidades en el proyecto de la Troncal de la Paz, cuando ocupó ese mismo cargo entre 2004 y 2007– este miércoles el funcionario habló con El Espectador y reivindicó que se someterá a la justicia “con total convicción”.
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Confiado de que “volverá en muy poco tiempo” a su cargo, el suspendido gobernador criticó el actuar de la Fiscalía que dirige Francisco Barbosa y calificó como absurdo que al proceso sean vinculados los exgobernadores Sergio Fajardo y Luis Alfredo Ramos.
Al margen de las dificultades personales por estar en medio de una investigación, Gaviria expresa que lo más triste de todo este episodio es que fue apartado de su labor institucional frente al manejo de problemáticas como el nuevo coronavirus.
La Fiscalía anuncia su detención a través de medios, pese a que se dijo que se eliminaría la justicia espectáculo. ¿Cómo entiende esa decisión?
Estoy completamente de acuerdo con ese planteamiento y me pregunto lo mismo. Esto no lo entiende nadie. Yo no lo entiendo. Lo que se aprecia, por la reacción del país, es que no se entiende. Es muy difícil encontrar una voz que haya, no digo que aplaudido, sino siquiera manifestado una posición positiva frente a esa decisión de la Fiscalía.
Lo que se expresa en esa pregunta son las inquietudes que tengo y las que tiene la opinión pública. Se ha hablado de hacer una modificación de esas medidas (justicia espectáculo), que ha presentado inconvenientes a todas luces, y si el fiscal lo anunció así en su discurso de posesión, ahora se hace esto. Es una medida completamente desproporcionada, sin fundamento y sin bases jurídicas. Es claro.
¿Cree que hay algún otro tipo de interés en todo el proceso?
No, se lo digo con franqueza. Si yo lo conociera, lo diría. No tengo temor para hacerlo porque tengo convicción en que voy a defender mi honor y mi transparencia como servidor público. Si en algún momento dado tengo el conocimiento, la sospecha o la certeza de algún interés, lo diré. Estoy sorprendido porque no encuentro el fundamento jurídico.
Hasta hace unos días estuvo como gobernador. ¿Existía la posibilidad de que, desde su cargo, pudiese entorpecer las investigaciones?
Eso es algo completamente absurdo. Yo he sido gobernador de Antioquia, alcalde de Medellín y ahora nuevamente gobernador. En esos casos anteriores, he tenido diferentes investigaciones y pesquisas desde los diferentes entes de control, como es normal.
Siempre me he sometido a la justicia colombiana con total convicción de mis actos y de la actuación de la justicia. He dado muestras de atender y respetar las citaciones y decisiones, por eso todos los casos en los que he sido investigado han salido adelante. Por todo ello me parece absurdo que se argumente que puedo realizar esa obstrucción de la justicia.
Es increíble, este es un proceso de una situación de hace 14 o 13 años, en la que ya se han allegado todas las pruebas. En el mismo proceso, la Fiscalía menciona que ya se han recogido todas las pruebas, y lo hace, entre otras cosas, porque en algún momento le negó unas pruebas a mi abogado.
¿Qué han pasado con esos procesos que menciona? ¿Alguno ha tenido avances como el actual?
Todos los procesos que he tenido han avanzado en términos del proceso, pero nunca ha habido una arbitrariedad de este tipo. En todos los procesos han terminado absolviéndome y a todos he acudido: a las indagatorias, testimonios y aportando prueba. He salido avante y no he tenido ninguna condena.
¿Desde la Fiscalía le han dado alguna justificación de la medida de aseguramiento, sobre todo cuando hay una pandemia, las fronteras están cerradas y la posibilidad de fuga es hasta ilógica?
No entiendo ninguna justificación y creo que no la han presentado. Eso es lo que ha rechazado el país. No hay factibilidad ninguna de cambiar las pruebas, de fugarse o de declarar que yo soy un peligro para la sociedad. Ahí está mi hoja de vida, que ha recibido dos refrendaciones en los últimos meses: una, mi elección como gobernador de Antioquia, que quiere decir que los antioqueños no me consideran ningún peligro; segundo, el respaldo generalizado que Antioquia y el país han dado a mi trayectoria.
¿Cuál fue su participación en la estructuración del contrato en cuestión, sobre todo en ese tema del adelanto, que es por lo que la Fiscalía lo llama?
Hay que aclarar y repetir al país, porque la gente ve estas cosas tan espectaculares y cree que se robaron la plata que no se hizo la obra o que quedó mal hecha. Aquí no se perdió un peso, y no lo dice Aníbal Gaviria, sino la Contraloría de Antioquia al hacer el control fiscal al final del contrato. Lo dijo el departamento de Antioquia en el gobierno siguiente, cuando se liquidó y no entraron demandas ni del contratista ni de la Gobernación.
No se perdió un peso, ni siquiera la Fiscalía lo está diciendo porque no puede decirlo. Las obras se realizaron a la perfección, el puente es un orgullo para la ingeniería y para la región. Está prestando el servicio desde el momento en que se inauguró y es histórico para el municipio de El Bagre. La Troncal de la Paz es la obra más importante en los últimos 30 o 40 años en el Bajo Cauca antioqueño. Por último, los tiempos y los presupuestos se cumplieron, y tampoco hubo sobrecostos en todo el proceso.
¿Y sobre el contrato en específico?
No firmé ni el contrato inicial ni las adiciones, porque eso estaba delegado en la Secretaría de Infraestructura. Pero ojo, también le digo al país que no es el hecho de que yo no haya firmado y que me quiera escudar en eso. Creo que los equipos que me acompañaron actuaron de manera transparente, con apego a la ley, estoy orgulloso del trabajo que hicieron y lo respaldo. Allí están las obras y la forma en que se ejecutaron, y esas adiciones, la número uno y la número dos, creo que cumplen con todos los criterios legales. Eso lo vamos a demostrar antes los jueces.
Usted habla de un panorama muy bueno de la obra. Entonces, ¿por qué la Fiscalía está viendo si también abre investigación al exgobernador Luis Alfredo Ramos y a Sergio Fajardo? ¿Qué pasa con esas obras para que la Fiscalía les tenga la lupa puesta?
Eso es lo que sorprende. Ahí no pasó nada, no hay ningún delito. Ni siquiera diría que hay irregularidades. Lo más absurdo todavía es llamar a los exgobernadores Ramos y Fajardo. Eso es más absurdo que el proceso contra mí.
¿Qué paso sigue para usted?
Ya presentamos el martes, ante la sala penal de la Corte Suprema de Justicia, una solicitud de nulidad de la medida de detención preventiva decretada por la Fiscalía. Esperamos que en el transcurso de esta semana esté haciendo su trámite para llegar a la Corte Suprema y sea objeto de análisis.
¿Cómo deja a Antioquia en este momento?
La tristeza más grande que tengo hoy, además de la indignación y el dolor familiar y personal, es el tema institucional. Es el no poder dedicarme todo el tiempo, como lo venía haciendo, a ese gran reto para Antioquia y Colombia que es la contención del COVID-19.
Llevo tres meses trabajando día y noche para salvar las vidas de los antioqueños, para buscar que el COVID-19 tenga el menor impacto tanto en la vida de los antioqueños como en la economía. Por eso me duele tanto apartarme del cargo temporalmente y, además, dedicarle tiempo a mi defensa, cuando debería dedicárselo al cargo para el que fui elegido. Ese dolor se matiza en el hecho de que estoy confiado en que el gobernador encargado, Luis Fernando Suárez, los alcaldes de Medellín y del área metropolitana, los gremios, los medios de comunicación y la academia continuará esa batalla unificada y positiva. Les he dicho a los antioqueños que viene lo más difícil.
¿Puede seguir adelante todo su gabinete sin problemas?
Absolutamente. El gobernador encargado es mi secretario de Gobierno, un hombre que es garantía para Antioquia y el país: curtido, con experiencia, que me ha acompañado a través de mi vida de servicio público y tiene completamente claro el ADN de nuestro proyecto político, que es la defensa de la vida y la búsqueda de una sociedad con mayores niveles de equidad. Y por supuesto, está la transparencia que algunos quieren ver mancillada, pero que va a salir incólume cuando prevalezca la justicia.
¿Por qué no retirarse para evitar una inestabilidad política?
Eso sería lo más negativo para el país. Primero, sería reconocer una culpabilidad que no tengo y que demostraré que no existe. Segundo, sería generar a Antioquia una verdadera inestabilidad y desatender el llamado unánime del departamento y buena parte del país que pide que se haga justicia, que se traducirá en que Aníbal Gaviria volverá en muy poco tiempo a la Gobernación para seguir avanzando.
¿Cree que esto es una cortina de humo desde la Fiscalía que tapa lo que está sucediendo con la ñeñepolítica?
Como lo dije, no tengo ninguna tesis sobre qué hay detrás, pero sé que lo que no hay es justicia ni derecho.
¿Debe renunciar el fiscal Barbosa frente a estos casos?
Esto no quiero mostrarlo como un problema entre el gobernador Aníbal Gaviria y el fiscal general. Creo que es de mayor trascendencia, un problema que nos lleva a pensar que la Fiscalía no está funcionando bien y que debe sufrir transformaciones y reformas.
No es el caso de Aníbal Gaviria, sino que la Fiscalía, por ejemplo, hoy tiene $2 billones en condenas por detenciones arbitrarias, como la mía. Eso significa que cientos de miles de ciudadanos han sido víctimas de arbitrariedades. El problema es complejo y debe invitar a la sociedad y a las facultades de derecho para que hagan un frente común para que sean, desde la sociedad civil, quienes lideren un borrador de reforma a la Fiscalía y a la justicia. Por supuesto, hay personas en el sector de la justicia que hacen una labor extraordinaria.