Este jueves el movimiento En Marcha, conformado por disidentes del Partido Liberal y que encabeza el exministro Juan Fernando Cristo, oficializó su entrada a la denominada Coalición de la Esperanza, conformada, entre otros, por figuras como Sergio Fajardo o Humberto de la Calle. Si bien estaba previsto que Cristo formalizará su precandidatura para competir con otros miembros de la alianza en marzo próximo, aseguró que se tomará un tiempo para visitar las regiones y que solo hasta septiembre próximo tomará una decisión.
En diálogo con El Espectador, el exministro revela que invitó al exalcalde Lucho Garzón para que haga parte de la lista de la Coalición al Senado; asegura que buscará acuerdos para que, vía Congreso, se recorte un 30 % el Parlamento y se reduzcan un 50 % los gastos que ocasionan senadores y representantes; aboga también por la Creación de un Ministerio de Seguridad Ciudadana y Protección de la Vida, así como una transformación del Esmad. Incluso, revela que el partido ASI (Alianza Social Indígena) integrará la Coalición de la Esperanza.
Frente a las recientes declaraciones del senador Jorge Enrique Robledo, que se opuso a una eventual llegada del exministro Alejandro Gaviria a la Coalición de la Esperanza, manifiesta que las puertas están abiertas, que no se opone y que habrá que esperar a ver “qué va a pasar”.
¿Cómo fue todo el proceso de consolidación y búsqueda de liderazgos para llegar hasta hoy, con la presentación formal de los candidatos al Congreso?
Lo que hicimos hoy fue la culminación de un trabajo de más de dos años, de mucha gente en las regiones, de muchos liderazgos sociales y de muchos jóvenes que han estado participando en la construcción de En Marcha. Ha sido también mucho trabajo virtual en medio de la pandemia, por ello hubo mucho Zoom regional.
Fue un trabajo de buscar en las regiones nuevos liderazgos. Ha sido muy apasionante este nuevo desafío de, por fuera de las estructuras políticas, buscar gente que quiera participar en política y en el cambio que necesita este país. Así se fue vinculando mucha gente, entre ellos, algunos liberales desencantados de las actitudes y decisiones del partido frente a este Gobierno, pero también muchos sectores independientes y mucha gente nueva. Fue un trabajo paso a paso, con reuniones virtuales primero y luego presenciales en muchos departamentos de Colombia. Este movimiento tiene una profunda vocación descentralizadora.
A nivel programático, ¿con qué apuestas aterriza formalmente En Marcha?
El ADN de En Marcha está la defensa del Acuerdo de Paz, los derechos de las víctimas, la necesidad de un cambio en el ordenamiento territorial en Colombia y una defensa de los líderes sociales en los territorios, de hecho hoy nos acompañaron varios líderes que aspiran a las curules de paz en el Congreso.
Llevamos trabajando un año con el Laboratorio para la Igualdad y el Desarrollo Sostenible (LIDES) y con el comité programático de En Marcha, donde están personas como Mauricio Cabrera, Jorge Iván González, Amylkar Acosta, Yesid Reyes o Daniel Castellanos. Hemos venido consolidando una propuesta de En Marcha que queremos llevar y discutirla entre la Coalición de la Esperanza.
En eso que vamos a presentar está la necesidad de unas listas únicas al Congreso de la Coalición de la Esperanza. Por supuesto, hay unos candidatos de En Marcha que van a participar.
¿Cómo se definió su precandidatura en medio de todo este ambiente? ¿Hubo algún procedimiento o cómo terminó siendo usted el ungido?
La decisión de candidatura la vamos a tomar en septiembre. Hoy formalizamos la apuesta de En Marcha por la Coalición de la Esperanza, unos nombres al Congreso y una propuesta concreta. Vamos a recorrer el país estos dos meses, solo y luego con la Coalición de la Esperanza. Esperamos en septiembre tomar la decisión de cómo va a participar En Marcha en la Coalición. Definiremos si vamos a plantear la opción de la candidatura a la consulta o no. Queremos recoger muchas opiniones.
Mi precandidatura es una opción, pero no una obsesión personal. Queremos jugar en equipo, colectivamente. Creemos que podemos ser útiles en la construcción de una opción de cambio sereno para Colombia. Vamos a estar donde seamos más útiles, seguramente compitiendo en la consulta, pero también está la posibilidad de que no lo hagamos. Vamos a trabajar en el fortalecimiento de la Coalición y de En Marcha, por ello nos vamos a tomar un tiempo para madurar esa decisión final.
¿Cómo así? ¿o sea que solo hasta septiembre decidirá si se lanza o no?
Exacto. Hoy formalizamos la entrada de En Marcha a la Coalición de la Esperanza, unos nombres al Congreso y la propuesta para el país. Hoy nos queremos poner en marcha por la esperanza.
¿Y cómo es ese proceso? Porque está cantado que usted será la carta de En Marcha en la Coalición... ¿o alguien, en democracia, puede rivalizar con usted dentro de En Marcha?
A partir de hoy iniciamos un nuevo recorrido por el país. Vamos a evaluar toda la coyuntura nacional. Vamos a trabajar fuertemente por la consolidación de En Marcha, pero también por la Coalición de la Esperanza. Vamos a escuchar a la gente en los territorios. Queremos unir, no dividir. Y en septiembre tomaremos una decisión final. Eso sí, hay muchos sectores que nos están pidiendo que nos presentemos a la consulta, pero queremos escuchar más a la gente.
¿Cuáles son los nombres con los que En Marcha buscará hacerse a un lugar en el Congreso?
Está la exministra Griselda Janeth Restrepo, del Valle del Cauca; Guido Echeverry, exgobernador de Caldas; Luis Emil Sanabria, exdirector de Redepaz; Norma Vera, que ha liderado una batalla muy importante en Magdalena; Jaime Hernández Amín, un joven de Cartagena, o Miguel Samper, el viceministro de Justicia del gobierno anterior.
Esos son algunos de los nombres que hasta el momento han surgido, pero vamos a convocar mucha más gente a que se anime. Uno de los propósitos de la Coalición de la Esperanza es tener una lista única al Congreso muy fuerte, con muchas caras nuevas. Los colombianos están llegando a un nivel de hastío con el Congreso que en 2022 va a permitir renovarlo. Es que el Parlamento se ha convertido en el principal obstáculo para las reformas en el país. Tenemos que remover ese obstáculo.
¿Y es cierto que también se lanzará Lucho Garzón?
Lucho Garzón juega un papel fundamental en En Marcha. Compartimos de alguna manera la dirección del movimiento. Tiene un gran reconocimiento y su obra en la Alcaldía de Bogotá, especialmente en su lucha contra el hambre, cada vez es más reconocida a medida que pasa el tiempo. Sería un magnífico senador. Nos encantaría que fuera candidato, porque va a ser un gran coequipero en la campaña de En Marcha. Él ha dicho que se quiere tomar unos meses para tener una decisión final.
Usted ya esbozó el ADN de En Marcha, pero puntualmente ¿cuáles son las propuestas con las que llegan a la Coalición?
La fecha de este lanzamiento hoy no es casualidad. Quisimos celebrar los 30 años de la Constitución del 91, en la medida que nos acompaña una figura como Humberto de la Calle, que jugó un papel fundamental. Creemos que hoy el país está viviendo un punto de quiebre como el que vivió antes de la Constitución del 91. Por eso la apuesta de En Marcha se enmarca en la necesidad de que podamos convocar a un cambio, pero para unir al país y no seguirlo dividiendo. Queremos un cambio con liderazgo colectivo, y no con caudillos y mecías. También un cambio sobre la defensa de las instituciones y de la economía de mercado con la propiedad privada, pero sin destruir. Simplemente reformando las instituciones en Colombia.
Para eso planteamos tres acuerdos fundamentales: un acuerdo en lo social, un acuerdo en lo institucional y otro en lo territorial. Esas son las tres ideas esenciales con las que vamos a recorrer el país. Colombia necesita urgentemente que muchos de los ideales planteados en la Constitución, que no se han podido desarrollar, finalmente salgan adelante y generemos nuevos consensos, como los que se gestaron en 1991.
¿Como cuáles ideales?
El primer acuerdo en lo social implica darle prioridad al tema del empleo. El Banco de la República, así como fija hoy una meta de inflación anual, que fije una meta de empleo que se tenga que cumplir. Proponemos un plan de emergencia de un millón de empleos para el primer año del gobierno de la Coalición de la Esperanza, especialmente para jóvenes. También una renta básica de un salario mínimo mientras la gente consigue un trabajo digno.
Perdón que lo interrumpa, ¿una renta básica para cuántas personas?
Para 8 millones de hogares... continuo, queremos un catálogo para hacer un acuerdo social, porque es mucho lo que hemos retrocedido en materia de pobreza y de hambre. Hoy uno de cada tres hogares en Colombia no está accediendo a las tres comidas al día. Eso es inaceptable. El desempleo está por encima del 15 %, cuando empezó este Gobierno estaba en el 9,5 %. La pobreza está por encima del 43 %, cuando arrancó este Gobierno estaba en el 34 %. La pobreza extrema, la miseria, estaba en el 8,5 % en 2018, y hoy está en el 15 %. Todo esto evidencia que hay una hecatombe social.
En segundo lugar proponemos un acuerdo institucional. Todas las protestas en las calles piden la implementación del Acuerdo de Paz, lucha contra la pobreza, renta básica y acceso a salud y educación de calidad. Nosotros creemos que así a la gente le parezca muy aburrido el tema institucional y político, todas estas falencias tienen que ver con un mal funcionamiento de un sistema político y judicial. Necesitamos ponernos de acuerdo, ojalá vía Congreso (pero no se puede descartar ningún camino), para una reforma al sistema político en Colombia. Eso no da más espera.
¿Y cuáles serían los puntos principales de esa reforma?
En Colombia todo lo que está pasando se debe a que el Estado cada vez es más ineficiente y excluyente. Tenemos un Estado que no funciona y eso es por el sistema político. Por ello, abogamos por un acuerdo institucional para reformar la política con ejes fundamentales: primero, financiación pública de las campañas; segundo, eliminación del voto preferente, que ha sido una fuente de corrupción muy grande; tercero, una autoridad electoral que tenga dientes para combatir la corrupción electoral; y cuarto, garantizarle a todos los departamentos de Colombia una representación en el Senado y reducir un 30 % el tamaño del Congreso, sumado a una reducción del 50 % de los gastos que ocasiona el Parlamento.
En lo institucional proponemos también la desmilitarización de la Policía Nacional y la creación de un Ministerio de Seguridad Ciudadana y Protección de la Vida en Colombia. Tenemos que recuperar nuevamente el valor de la vida que se ha perdido durante este gobierno y sustituir el Esmad por una unidad de protección a la integridad y la vida de los colombianos.
¿Pero ese Esmad seguiría operando como una fuerza de choque y contención?
Sí, pero con unos valores distintos. Tenemos que salirnos de la dinámica de que la Policía y el Esmad son enemigos del ciudadano. Aquí estamos discutiendo si los muertos de la protesta fueron 25, 40 o 50. Eso no es aceptable, ni tolerable. Es una salvajada.
¿Cómo sería el tercer acuerdo de la propuesta de En Marcha, el relacionado con el tema territorial?
Queremos volver a barajar de nuevo todos los recursos del Estado. Meter en una misma bolsa el Sistema General de Participaciones, tributos de la Nación y Sistema General de Regalías, y volver a barajar la distribución de los recursos porque le está yendo muy mal a los territorios. Ha quedado claro con esta pandemia y con las movilizaciones sociales que este país ya no se puede seguir manejando desde una oficina de Planeación Nacional o del Ministerio de Hacienda en Bogotá.
Es decir, una verdadera descentralización...
Así es, que debe empezar por una descentralización de recursos.
Retomando el tema legislativo, en la Coalición de la Esperanza, que reúne a varios movimientos, ¿cómo han pensado que será la distribución de candidatos? Es decir, En Marcha postularía tantos, Dignidad (de Jorge Robledo) tales otros y los verdes otro número...
No será una distribución matemática ni aritmética. Estamos convocando nuevos liderazgos en el país que no necesariamente militen en alguna de las fuerzas políticas. Dentro de varias semanas haremos una convocatoria pública para la lista única de la Coalición de la Esperanza. Esperamos conformar esa lista única con la Alianza Verde, Ángela María Robledo, y todos, para llevar una lista de lujo al Congreso. Que sea de opinión, pero que también represente a la gente en los territorios.
Entonces serán dos caminos. Cada fuerza política va a proponer unos nombres para conformar la lista única de coalición con varios partidos que avalarían esa lista, esperando qué pasa con la personería del Nuevo Liberalismo, esperando que los verdes integren esa lista, también está Dignidad y entrará ASI (Alianza Social Indígena). Esperamos que se sumen nuevas fuerzas políticas. La idea es sumar los liderazgos de todas las fuerzas políticas sin distribución matemática.
¿Y cómo será la depuración entre tantas personas y tantos sectores?
Ese es un desafío. Lo que digo, aquí no tenemos jefes políticos, aquí no hay caudillos, nadie va a organizar la lista como quiera. Estamos muy contentos y emocionados de ese desafío, que es cambiar la política en este país. Solo este ejercicio que estamos haciendo manda mensaje de cambio. La conformación de la lista al Congreso no va a ser la manzana de la discordia en la Coalición de la Esperanza.
Humberto de la Calle y Juan Manuel Galán, que integran la Coalición, también son disidentes liberales. ¿Tienen algún tipo de afiliación a En Marcha? ¿o son proyectos aparte?
Tenemos la mayor identidad. Compartimos ese ideario liberal. Creo que esta Coalición de la Esperanza va a convertirse en una coalición de centro liberal y progresista. Vamos a defender esas ideas liberales que el Partido dejó de defender: la Constitución del 91, el Acuerdo de Paz y las minorías del país. Estoy seguro de que millones de liberales van a acompañar esta coalición. Ahí sienten que está el liberalismo, mas no el Partido.
Pero frente a de la Calle y Galán, pues cada uno está en liderazgos y sectores distintos, pero coincidiendo en muchos temas al interior de la Coalición. Hay un componente liberal muy profundo y grande.
¿El expresidente Juan Manuel Santos juega algún rol en En Marcha?
Ni en En Marcha, ni en la Coalición de la Esperanza.
¿Por qué no?
Porque él está alejado de la política electoral. Está en un propósito de defender el Acuerdo de Paz, que es absolutamente legítimo, y es defender su legado de gobierno. Pero no lo veo con protagonismo en política electoral. Ahora, esta Coalición de la Esperanza, más allá de Santos, tiene como elemento común denominador la defensa de la implementación del Acuerdo.
¿Cuál es el elemento diferenciador de En Marcha en la Coalición?
Hay matices y hay énfasis. Aporta una experiencia con resultados en el gobierno y en la gestión de lo público. Es algo muy importante viendo la improvisación de este Gobierno. Es que nos tocó la peor pandemia de este siglo, con la movilización más grande que hayamos tenido desde el ‘bogotazo’ y el gobierno más incompetente con el presidente menos preparado para enfrentar esta crisis.
Además, vamos con la ley de víctimas y el impulso al Acuerdo de Paz. Mi historia de vida pública también durante los últimos 14 años ha estado ligado a las víctimas en Colombia. En Marcha aporta eso a la Coalición.
¿En Marcha comparte lo que dijo el senador Jorge Robledo, que se opone a una eventual entrada del exministro Alejandro Gaviria?
En Marcha es una coalición muy amplia. Nos han tratado de decir que aquí no hay mujeres, no hay afros, ni indígenas. Lo que tengo que decir es que una coalición no es un partido político. Es la sumatoria de muchos sectores y no es solamente con los que aspiran a competir en la consulta presidencial. La Coalición no se limita a las figuras que pueden aspirar a la Presidencia. Nosotros esperamos que la Alianza Verde nos acompañe a fondo en la Coalición, Ángela María Robledo y muchos sectores. Esto es una convocatoria muy amplia.
Así como le dije que la conformación de las listas al Congreso no va a ser la manzana de la discordia, tampoco el ingreso de nuevos dirigentes, ni personas o eventuales candidatos. Yo fui compañero de gabinete de Alejandro Gaviria y compartimos muchas luchas por las libertades y derechos de los colombianos. Pero hay que esperar. Primero, si se decide a ser candidato. Y, segundo, cuál es el camino que quiere tomar. Cuando llegue el momento lo discutiremos. Por ahora no hay que anticiparse a esos hechos.
Pero usted, a diferencia de Robledo, no veta a Alejandro Gaviria eventualmente...
Obviamente que no, pero usted lo ha dicho, eventualmente. Me parece que es una hipótesis que nadie sabe qué va a pasar. En su momento lo discutiremos y yo no veo las posturas de Robledo como un veto a Gaviria. Hay unas diferencias, como las tenemos todos, que en su momento se discutirán.
A la luz de los recientes choques entre Gustavo Petro y Claudia López, ¿ya está descartado del todo una alianza con el senador de la Colombia Humana?
El de Petro es un proyecto político legítimo, respetable, pero con diferencias de fondo con la Coalición de la Esperanza. Vamos a competir en la primera vuelta y vamos a ganarles. Quien gane la consulta de la Coalición en marzo estoy seguro de que será el próximo presidente de Colombia.
Es decir, ¿ya está decidido que no va a haber una alianza con Petro al menos de aquí a primera vuelta?
Es que nunca se ha contemplado. Son proyectos distintos. Hay diferencias evidentes. Unir todo solamente por unirlo para supuestamente sacar al uribismo del poder no puede ser un proyecto de país.