Minorías y oposición, el problema no es sólo el umbral

Es una realidad, partidos como el Polo Democrático Alternativo, Partido Verde, Opción Ciudadana, Mira, Cambio Radical y ahora la Unión Patriótica podrían dejar de existir luego de las elecciones de 2014, por cuenta del aumento en el umbral de votos como condición para mantener la personería jurídica, es decir que cada una de estas colectividades tendrá que recibir cerca de 450 mil votos para continuar en el escenario político. Ante ese panorama el Gobierno decidió lanzar un salvavidas que consiste en la posibilidad de que se presenten alianzas, superar el umbral y mantener vigencia de los partidos, pero el problema parece ir más allá de la supervivencia.

La propuesta no cayó del todo bien y lo más preocupante es que fue precisamente el Polo Democrático (único partido de oposición) el que la descartó de entrada. Su presidenta, Clara López Obregón, manifestó al respecto que no se pueden cambiar las reglas a pocos meses de las elecciones y planteó que la confluencia política de sectores afines se de alrededor de personerías jurídicas existentes para no abrir la puerta al transfuguismo. Es decir, el Polo está de acuerdo con alianzas pero que sean bajo su sombra.

Para el presidente del Partido Liberal, Simón Gaviria, esta es una decisión lamentable que le da un golpe letal a la iniciativa que, a su juicio, tenía como interés fundamental mantener la vigencia de la oposición en el Congreso. Pero otra cosa plantea el movimiento Progresistas (disidencia del Polo Democrático) quienes abiertamente han manifestado que se retiraron del Polo por el sectarismo y porque se les cerraron todos los espacios.

Así las cosas, consideran inviable la posibilidad de inscribirse de nuevo en las listas de esta colectividad a cambio de salvar la personería o la credencial de parlamentarios.
Incluso, el senador Luis Carlos Avellaneda ha sido uno de los principales promotores de la posibilidad de que se realicen alianzas políticas que, asegura, serían, en el caso de Progresistas, con sectores abiertos al diálogo y al debate con claras concordancias en términos ideológicos y programáticos. Para este fin se han venido acercando al Partido Verde donde ya se nombró de forma oficial una comisión que se encargará de estudiar las posibilidades de acercamiento con otros sectores políticos. La idea, al igual que Progresistas, es lograr una alianza de centro izquierda.

Pero el camino no es fácil. El líder natural de los Progresistas es el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, quien no cae para nada bien en un amplio sector del Partido Verde, en especial, entre los denominados peñalosistas. Desde la otra vía la situación es similar, entre los Progresistas hay recelo por la influencia que tiene el expresidente Álvaro Uribe sobre un sector Verde que aceptó su apoyo precisamente para las elecciones a la alcaldía de Bogotá, en donde salió derrotado Enrique Peñalosa.

Mira mantiene su vocación de movimiento independiente y aunque respalda la posibilidad de que se presenten coaliciones, ha preferido el camino jurídico buscando que a través de una demanda ante la Corte Constitucional se caiga el aumento del umbral y, de este modo, mantener su personería jurídica en las urnas.

Cambio Radical no tiene claro aún si enfrentarse al ‘coco’ del umbral, en el partido están divididos entre someterse al veredicto de las urnas y alcanzar a sacar, en el mejor de los casos, tres curules en el Senado. Otro sector le apuesta a una alianza política con el Partido Liberal o la U, incluso se han generado suspicacias porque es en el liberalismo donde están promoviendo la ley que abra la puerta a estas alianzas, es más, el senador Juan Fernando Cristo, quien será el presidente del Congreso, es uno de los promotores de la norma. Por ahora en Cambio no hay nada dicho.
Opción Ciudadana, en el pasado Partido de Integración Nacional (PIN), es considerado el patito feo de la política, pero, por debajo de la mesa, hasta el presidente Juan Manuel Santos ha tenido que apelar a su apoyo político para aprobar algunas leyes y actos legislativos presentados en el Congreso. Desde ya se han planteado alianzas con el naciente movimiento de Centro Democrático que encabeza el expresidente Álvaro Uribe Vélez.

La Unión Patriótica, que revivió hace pocos días por un fallo histórico del Consejo de Estado, llega al escenario político con la amenaza de que el umbral de votos los condene nuevamente a su desaparición. Por ahora su presidente, Ómer Calderón, hizo “un llamado para que todas las fuerzas progresistas y revolucionarias lleguemos a un gran acuerdo para lograr una fuerza común que ayude a construir una paz duradera para el país”. ¿Será viable esta alianza? No parece nada fácil, porque como están las cosas en cada partido o movimiento están primando los intereses particulares por encima de una necesidad natural como es la supervivencia.

Es una realidad, partidos como el Polo Democrático Alternativo, Partido Verde, Opción Ciudadana, Mira, Cambio Radical y ahora la Unión Patriótica podrían dejar de existir luego de las elecciones de 2014, por cuenta del aumento en el umbral de votos como condición para mantener la personería jurídica, es decir que cada una de estas colectividades tendrá que recibir cerca de 450 mil votos para continuar en el escenario político. Ante ese panorama el Gobierno decidió lanzar un salvavidas que consiste en la posibilidad de que se presenten alianzas, superar el umbral y mantener vigencia de los partidos, pero el problema parece ir más allá de la supervivencia.

La propuesta no cayó del todo bien y lo más preocupante es que fue precisamente el Polo Democrático (único partido de oposición) el que la descartó de entrada. Su presidenta, Clara López Obregón, manifestó al respecto que no se pueden cambiar las reglas a pocos meses de las elecciones y planteó que la confluencia política de sectores afines se de alrededor de personerías jurídicas existentes para no abrir la puerta al transfuguismo. Es decir, el Polo está de acuerdo con alianzas pero que sean bajo su sombra.

Para el presidente del Partido Liberal, Simón Gaviria, esta es una decisión lamentable que le da un golpe letal a la iniciativa que, a su juicio, tenía como interés fundamental mantener la vigencia de la oposición en el Congreso. Pero otra cosa plantea el movimiento Progresistas (disidencia del Polo Democrático) quienes abiertamente han manifestado que se retiraron del Polo por el sectarismo y porque se les cerraron todos los espacios.

Así las cosas, consideran inviable la posibilidad de inscribirse de nuevo en las listas de esta colectividad a cambio de salvar la personería o la credencial de parlamentarios.
Incluso, el senador Luis Carlos Avellaneda ha sido uno de los principales promotores de la posibilidad de que se realicen alianzas políticas que, asegura, serían, en el caso de Progresistas, con sectores abiertos al diálogo y al debate con claras concordancias en términos ideológicos y programáticos. Para este fin se han venido acercando al Partido Verde donde ya se nombró de forma oficial una comisión que se encargará de estudiar las posibilidades de acercamiento con otros sectores políticos. La idea, al igual que Progresistas, es lograr una alianza de centro izquierda.

Pero el camino no es fácil. El líder natural de los Progresistas es el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, quien no cae para nada bien en un amplio sector del Partido Verde, en especial, entre los denominados peñalosistas. Desde la otra vía la situación es similar, entre los Progresistas hay recelo por la influencia que tiene el expresidente Álvaro Uribe sobre un sector Verde que aceptó su apoyo precisamente para las elecciones a la alcaldía de Bogotá, en donde salió derrotado Enrique Peñalosa.

Mira mantiene su vocación de movimiento independiente y aunque respalda la posibilidad de que se presenten coaliciones, ha preferido el camino jurídico buscando que a través de una demanda ante la Corte Constitucional se caiga el aumento del umbral y, de este modo, mantener su personería jurídica en las urnas.

Cambio Radical no tiene claro aún si enfrentarse al ‘coco’ del umbral, en el partido están divididos entre someterse al veredicto de las urnas y alcanzar a sacar, en el mejor de los casos, tres curules en el Senado. Otro sector le apuesta a una alianza política con el Partido Liberal o la U, incluso se han generado suspicacias porque es en el liberalismo donde están promoviendo la ley que abra la puerta a estas alianzas, es más, el senador Juan Fernando Cristo, quien será el presidente del Congreso, es uno de los promotores de la norma. Por ahora en Cambio no hay nada dicho.
Opción Ciudadana, en el pasado Partido de Integración Nacional (PIN), es considerado el patito feo de la política, pero, por debajo de la mesa, hasta el presidente Juan Manuel Santos ha tenido que apelar a su apoyo político para aprobar algunas leyes y actos legislativos presentados en el Congreso. Desde ya se han planteado alianzas con el naciente movimiento de Centro Democrático que encabeza el expresidente Álvaro Uribe Vélez.

La Unión Patriótica, que revivió hace pocos días por un fallo histórico del Consejo de Estado, llega al escenario político con la amenaza de que el umbral de votos los condene nuevamente a su desaparición. Por ahora su presidente, Ómer Calderón, hizo “un llamado para que todas las fuerzas progresistas y revolucionarias lleguemos a un gran acuerdo para lograr una fuerza común que ayude a construir una paz duradera para el país”. ¿Será viable esta alianza? No parece nada fácil, porque como están las cosas en cada partido o movimiento están primando los intereses particulares por encima de una necesidad natural como es la supervivencia.