Una oportunidad de análisis
La noticia de la adhesión de Viviane Morales a la campaña de Iván Duque ofrece la oportunidad de reflexionar sobre varios temas: la influencia cada vez mayor de los políticos representantes de grupos evangélicos, cuyo apoyo se están disputando varios candidatos a la Presidencia; la adhesión de Morales al proyecto uribista y las decisiones que llevan a algunos grupos a fracturar a sus organizaciones por un cálculo electoral o coyuntural.
La fuerza del movimiento evangélico
Aunque tradicionalmente los partidos latinoamericanos de derecha han tendido vínculos más estrechos con la Iglesia católica, ahora su foco está en desarrollar lazos con los movimientos evangélicos, que han jugado un papel importante en elecciones de varios países. Una de las razones principales la señaló Javier Corrales en The New York Times: “los grupos evangélicos están resolviendo la desventaja política más importante que los partidos de derecha tienen en América Latina: su falta de arrastre entre los votantes que no pertenecen a las élites”.
En Costa Rica, Guatemala y Brasil, los grupos cristianos han tenido victorias significativas en política. En México, Perú y Chile, las marchas contra el aborto y el matrimonio homosexual y en Colombia las manifestaciones contra las cartillas del Ministerio de Educación han demostrado que los grupos evangélicos logran una amplia movilización social.
En Colombia tres partidos representan a este movimiento: (i) el partido cristiano Colombia Justa Libres; (ii) el grupo político de los esposos César Castellanos y Claudia Rodríguez, que después de acompañar al uribismo en el pasado, decidió apoyar a Germán Vargas y (iii) el Partido MIRA, que logró mantener tres curules con 501.489 votos.
¿Quién se quedó con el apoyo evangélico?
El apoyo evangélico para primera vuelta se repartió entre las candidaturas de Duque y Vargas. Viviane Morales hizo público su apoyo a la campaña de Duque y con ella buena parte de las cúpulas de Colombia Justa Libres y del Mira apoyaron al uribismo. Por otro lado, parte del partido Somos decidió acompañar a Vargas, como lo hicieron antes el grupo político de los esposos Castellanos y la Misión Carismática.
La decisión de Colombia Justa Libres y el Mira no estuvo exenta de críticas y descontentos. Algunos miembros de Libres afirmaron que para apoyar la candidatura de Viviane Morales se reunieron en una gran asamblea donde participaron representantes de diferentes regiones que llegaron a consensos programáticos; una vez Morales decidió retirar su postulación dejaron de realizarse las reuniones, de modo que las decisiones fueron repentinas e inconsultas, basadas en acuerdos burocráticos y no en programas.
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Por otra parte, cuando el movimiento MIRA adhirió a la campaña de Duque afirmó que había consultado a sus bases y que llegaron a un acuerdo programático con el uribismo basado en la libertad religiosa, el empleo y el emprendimiento, la reforma electoral, la profesionalización del servicio diplomático, el cuidado de los niños, la mujer y la familia y la seguridad social para los campesinos.
Con todo y eso Alexandra Moreno Piraquive, miembro fundador de esta organización que ha venido apoyando a Vargas Lleras, manifestó su inconformidad en Twitter: “Respetaré si la decisión de @MovimientoMIRA es apoyar al joven @IvanDuque, pero apelaremos a la objeción de conciencia, quienes no queremos reelegir el odio, la guerra, las venganzas y la polarización y como si fuera poco un gobierno en cuerpo ajeno. Firmes @German_Vargas”. Adicionalmente afirmó, refiriéndose a la decisión de su antigua organización, que “los que se unen cinco minutos antes a una campaña se están acomodando”.
El caso Morales
A lo largo de su carrera, Viviane Morales ha pasado por diferentes organizaciones políticas, entre ellas, algunos movimientos cristianos y el Partido Liberal. Después de ser fiscal general, Morales retornó al liberalismo en 2014 como senadora, impulsó un referendo antiliberal en contra de la adopción por parte de parejas del mismo sexo y luego compitió sin éxito por la candidatura presidencial de ese partido, por lo cual se retiró.
Persistiendo en su aspiración, Morales buscó firmas para presentar su candidatura, pero finalmente logró el aval de Justas Libres y el partido Somos, antiguo Alas, que había perdido su personería jurídica cuando varios de sus líderes fueron procesados por parapolítica y no pasaron el umbral. En las últimas semanas, Morales retiró su candidatura y sin consultar a quienes la apoyaban, decidió adherir a la campaña de Duque.
En el Centro Democrático, algunos han manifestado su inconformidad con la llegada de Morales. El exiliado Andrés Felipe Arias, dijo por ejemplo que Morales “no se ruborizó prevaricando y abriendo procesos espurios en contra de Sabas, Bernardo, Diego, Alberto V., María del P, Luis Carlos Retrepo y yo, solo para mencionar los funcionarios de nivel ministerial. El circo que montó para mi imputación y el peligro en que puso a mi familia no tiene nombre”.
De políticos, cristianos y electores
En época de campaña para la primera vuelta muchos líderes políticos llegan a las campañas de candidatos presidenciales con la cifra de su votación como botín para negociar acuerdos. Los líderes creen tener la capacidad de endosar los votos que los eligieron, como si sus electores no tuvieran criterio propio. También los pastores cristianos creen que sus fieles votarán por el candidato que ellos manden.
Cabe preguntarse si una adhesión coyuntural y momentánea es tan importante como para romper partidos y causar divisiones dentro de las organizaciones a pesar de que después de la elección todo puede reconfigurarse porque la política siempre es cambiante.
*Docente-investigador de la Universidad Javeriana y analista de Razón Pública
** Estudiante de la Universidad Javeriana y analista de Razón Pública