Reiterando la postura de que nadie está autorizado para adelantar diálogos con la guerrilla; advirtiendo que la puerta para conversar sólo se abrirá cuando se vea verdadero interés de la subversión de buscar la paz y que la liberación unilateral y sin condiciones de todos los secuestrados sería una buena señal en ese sentido, y enviando un mensaje de tranquilidad frente a las actuales turbulencias por las que atraviesa la economía en el ámbito mundial, el presidente Juan Manuel Santos le entregó anoche al país el balance de su primer año de gobierno.
En un breve discurso radiotelevisado, que duró cerca de 15 minutos, el jefe de Estado —sin hacer alusiones directas— les respondió a las altas cortes judiciales las críticas hechas al proyecto de reforma a la justicia radicado por el Gobierno en el Congreso la semana pasada, insistiendo en la necesidad de mantener el diálogo respetuoso y permanente alcanzado durante los últimos 12 meses, “sin permitir que nuestras diferencias sobre los alcances del proyecto nos distancien”.
Seguidamente, el primer mandatario abordó el tema de la seguridad, por el que más le han llovido críticas en este primer año de mandato: “(...) mantenemos la ofensiva contra los grupos insurgentes, las bandas criminales y la delincuencia común. La subversión, debido al acoso permanente por parte de nuestra Fuerza Pública, ha cambiado su estrategia. Nosotros también estamos afinando la nuestra, sin que dejemos de llegar a los más estrechos rincones del país para sacarlos de sus madrigueras. Infortunadamente, la guerrilla no ha entendido que las grandes reformas no se hacen en el monte, con las armas y el terror, sino que las estamos haciendo aquí, con los instrumentos de la democracia y de la mano de la Constitución”, dijo.
Santos reconoció que, como presidente, le interesa la búsqueda de la paz y le corresponde liderar cualquier esfuerzo que conduzca a un eventual diálogo, pero advirtió que ello sólo se dará cuando se den las circunstancias apropiadas. “No he autorizado ni autorizo a nadie para tener contacto con las Farc o el Eln. Sólo abriremos la puerta del diálogo cuando estemos seguros de que la subversión ha dado muestras claras de su interés en lograr la paz y de no burlarse nuevamente del país. La liberación unilateral y sin condiciones de los secuestrados que hoy tienen en su poder podría ser un paso en la dirección correcta. Mientras tanto, las Fuerzas Militares serán implacables en la persecución y el combate a estos grupos terroristas”, enfatizó.
En materia económica, aseguró que las cifras sobre el comportamiento de la industria y el comercio son positivas, y que la situación de Colombia es sólida, estable y con gran reconocimiento internacional. “En medio de un angustioso y convulsionado panorama mundial, la economía colombiana ha logrado ganarse el respeto de los mercados y los inversionistas”, señaló, reiterando su compromiso de bajar el índice de desempleo a un dígito, algo que se podría lograr al término del año.
En su balance, Santos enfatizó que las llamadas locomotoras para la prosperidad marchan a paso firme, que persisten las metas de construir un millón de viviendas y dotar al país de una mejor infraestructura, que el agro ha vuelto a crecer y que seguirá concentrando todas las energías y los esfuerzos en derrotar la pobreza. Y concluyó con su conocido mensaje de unidad: “Somos un país mejor gracias a que estamos unidos y a que ustedes, desde sus trabajos y sus hogares, se esfuerzan diariamente para que salgamos adelante. Porque un país unido es capaz de grandes cosas”.