La reciente investigación del periodista Alberto Donadio, publicada en Los Danieles, sobre la supuesta participación del gobierno de Virgilio Barco en el genocidio de la Unión Patriótica puso a hablar a algunos de los miembros de su administración, a otros a guardar silencio y, en el caso de Carlos Ossa Escobar, entonces consejero para la rehabilitación, normalización y reparación y fallecido en marzo 2019, se revivió un testimonio extraprocesal que dio en junio de 2011, en el marco de una demanda impuesta por el partido UP para que el Estado les reconociera su personería jurídica como reparación simbólica.
Aunque, por obvias razones de tiempo, Ossa Escobar no responde ante los señalamientos actuales del periodista, en 2011, desestimó que el Gobierno haya tenido alguna participación en el genocidio y habló del rol de algunos miembros de la Fuerza Pública respecto a este negro suceso en la historia política del país.
“Para mí es claro que no puede hablarse de una estrategia del Estado o de una política de Estado (sobre) el genocidio de la Unión Patriótica. Puedo atestiguar que desde las más altas esferas del Ejecutivo y de poder judicial se compartía la estrategia de paz del presidente Barco. Sin embargo, la posición de las Fuerzas Armadas era en mi concepto bastante ambigua”, dijo Ossa Escobar.
A lo que se refiere es a la actuación de algunos miembros de la Fuerza Pública, especialmente de mandos medios. “Recuerdo que en aquella época la gente de la UP aseguraba que los sicarios que asesinaron al señor Pedro Nel Jiménez salieron en moto del batallón del Ejército, mataron a Pedro Nel y regresaron al batallón. También se afirmaba que la persona que había organizado ese atentado criminal era el teniente Coy. Y así sucedió en muchos otros casos, en el Meta, en el oriente antioqueño, en el Tolima. Las denuncias que involucraban al Ejército eran contundentes”.
Contexto: ¿Qué tuvo que ver Virgilio Barco con el exterminio de la Unión Patriótica?
Otro caso que recordó en la diligencia fue una conversación con el general Rafael Samudio Molina, entonces ministro de Defensa, cuando César Gaviria (ministro de Gobierno) convocó a una reunión inmediata tras la muerte de un militante de la UP. Ese día, dijo, ambos llegaron con antelación y Ossa Escobar le manifestó al general su preocupación por la situación de seguridad de los miembros del partido. “Me dijo, Carlos, a ese ritmo no van a acabar nunca. Sobran los comentarios”.
Así mismo, en el testimonio, el exconsejero aceptó que la situación los desbordó como Estado y, por más que recogían las denuncias, estas no eran resueltas. “En el terreno yo recogía quejas en gran cantidad y denuncias por escrito que involucraban a mandos medios de las Fuerzas Armadas en crímenes de integrantes de la Unión Patriótica. Yo le daba curso a todas estas denuncias, tanto a las Fuerzas Armadas como a la Dirección de Instrucción Criminal. Fueron muy escasos los resultados de estas investigaciones, por lo menos los conocidos por mí”.
En esa misma línea admitió que “no contábamos con un sistema de información que le hiciera un seguimiento estricto a cada una de las denuncias. Uno podría afirmar que la justicia era muy lenta, pero que tenía unos objetivos claros, sin embargo, frente a una estrategia de exterminio de la UP, por lo menos, para mí era evidente que debía haber existido toda una movilización del Estado para contrarrestar los asesinatos en serie de la gente del partido”.
Ossa Escobar, quien fue el encargado de materializar en el gobierno de Barco el proceso de paz de La Uribe de Belisario Betancur con las Farc, del que salió la Unión Patriótica, murió en marzo de 2019, siendo reconocido como uno de los precursores de paz del país.