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Una nueva arremetida de parte del presidente del Senado, Armando Benedetti, sufrió este martes el ministro de Defensa, Rodrigo Rivera Salazar.
Tan sólo una semana después de decirle que si no es capaz con esa cartera“diera un paso al costado”, Benedetti le reclamó al funcionario que “todavía no nos ha dicho si puede” con ese ministerio.
Según él, Rivera “sale con cifras etéreas” donde sólo se ve reflejado que han bajado los homicidios y los secuestros pero “no están ahí los hombres y mujeres que les da miedo ir a sus fincas y terminan pagando las vacunas”.
“El miedo no sale en las cifras del ministro de Defensa”, insistió Benedetti para explicar la difícil situación de orden público, suscitada por la actual crisis de seguridad que dejan en las zonas rurales las bandas criminales.
Y Benedetti fue más allá al señalar que Rivera “ya dio un paso al costado políticamente porque cada ministerio tiene una responsabilidad política y dijo que no iba a entrar en polémicas, cuando en 1998, en 2002 y en 2006 las elecciones presidenciales fueron con base en ese tema y ahora quiere soslayar eso; es qué ahora se volvió cabo o capitán de corbeta. Él (ministro) ha sido político y por lo tanto debe responder políticamente”.
Para el senador “esto no puede ser peor porque sino sabe de esa problemática este ya es el mundo del apague y vámonos (…) con el Ministro de Defensa veo que me estoy quedando sin defensa porque estamos en un problema de orden público”.
La primera declaración de Armando Benedetti desencadenó una crisis al interior de la mesa de unidad nacional y de la cúpula del Partido Conservador.
Al conocer que el presidente del Partido Conservador, José Darío Salazar, reclamó que el presidente Juan Manuel Santos tomará las riendas de la seguridad del país, el jefe del Partido Liberal, Rafael Pardo, le recordó que la actual crisis de las bandas criminales tiene origen en la desmovilización de las Autodefensas del gobierno Uribe.
En el mismo sentido, el expresidente conservador Andrés Pastrana recriminó a José Darío Salazar que era irrespetuoso extender esa petición al Jefe de Estado.
Por El Espectador
