ONU y Unión Europea celebran dos años de la firma del acuerdo de paz

“Producto de seis años de negociaciones, el acuerdo puso fin a uno de los conflictos internos más largos y más cruentos en el continente americano y en el mundo”, se lee en un comunicado de prensa en el que Jean Arnault, jefe de la Misión de la ONU para la paz en Colombia; y Eamon Gilmore, enviado especial de la Unión Europea para la paz, celebran los dos años de la firma del Acuerdo de La Habana entre el Gobierno y la desmovilizada guerrilla de las Farc.

De acuerdo con Arnault y Gilmore, tras los 24 meses transcurridos, hay un cese definitivo del fuego y las hostilidades, traducido a una reducción de la violencia; la reintegración a la vida civil de más de 13.000 exintegrantes de las Farc; la dejación de más de 9.000 armas; y la consolidación del partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC).

Le puede interesar: Infografía: el camino de paz recorrido a dos años del acuerdo final

“El impacto de estos eventos sobre la vida nacional no se hizo esperar. Los procesos electorales parlamentario y presidencial, iniciados apenas cuatro meses atrás, después de la dejación de armas en 2017, fueron los más pacíficos y participativos en décadas”, recordaron.

Asimismo, comentaron la voluntad de víctimas y victimarios de aprovechar las oportunidades suscritas en el acuerdo, según lo que han observado en los territorios afectados por el conflicto. “En este deseo se unen comunidades campesinas, organizaciones locales, jóvenes, empresarios, mujeres, pueblos étnicos, exguerrilleros comprometidos con la reincorporación a la vida civil”, explicaron.

Entre otros aspectos que recalcaron del proceso está el progreso hacia la verdad, la justicia, reparación y no repetición. “Los avances han sido difíciles, pero la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), que busca combinar el pleno respeto al debido proceso, la participación de las víctimas y sanciones restaurativas para los participantes en el conflicto, está ahora en marcha. La Comisión de la Verdad está a punto de iniciar su labor de esclarecimiento, reconocimiento y reconciliación en todo el país”, comparten.

Sin embargo, manifiestan la evidente preocupación por territorios como el Catatumbo y los departamentos del Cauca y Nariño. “Dos años después de la firma del acuerdo, las comunidades carecen todavía de garantías fundamentales. Una de las expresiones más negativas de esta violencia es la persistencia del asesinato de líderes sociales”, expresaron.

Para esto, pidieron mayor presencia articulada del Estado en los territorios como estrategia para la seguridad, educación, salud, tierra, infraestructura y oportunidades de desarrollo.

Por último, terminan felicitando al país por los avances en la implementación del acuerdo y alentando para que se continúe con el proceso de paz y se logren los retos a futuro que aún tiene el Gobierno, como una negociación con el Eln. 

“Producto de seis años de negociaciones, el acuerdo puso fin a uno de los conflictos internos más largos y más cruentos en el continente americano y en el mundo”, se lee en un comunicado de prensa en el que Jean Arnault, jefe de la Misión de la ONU para la paz en Colombia; y Eamon Gilmore, enviado especial de la Unión Europea para la paz, celebran los dos años de la firma del Acuerdo de La Habana entre el Gobierno y la desmovilizada guerrilla de las Farc.

De acuerdo con Arnault y Gilmore, tras los 24 meses transcurridos, hay un cese definitivo del fuego y las hostilidades, traducido a una reducción de la violencia; la reintegración a la vida civil de más de 13.000 exintegrantes de las Farc; la dejación de más de 9.000 armas; y la consolidación del partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC).

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“El impacto de estos eventos sobre la vida nacional no se hizo esperar. Los procesos electorales parlamentario y presidencial, iniciados apenas cuatro meses atrás, después de la dejación de armas en 2017, fueron los más pacíficos y participativos en décadas”, recordaron.

Asimismo, comentaron la voluntad de víctimas y victimarios de aprovechar las oportunidades suscritas en el acuerdo, según lo que han observado en los territorios afectados por el conflicto. “En este deseo se unen comunidades campesinas, organizaciones locales, jóvenes, empresarios, mujeres, pueblos étnicos, exguerrilleros comprometidos con la reincorporación a la vida civil”, explicaron.

Entre otros aspectos que recalcaron del proceso está el progreso hacia la verdad, la justicia, reparación y no repetición. “Los avances han sido difíciles, pero la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), que busca combinar el pleno respeto al debido proceso, la participación de las víctimas y sanciones restaurativas para los participantes en el conflicto, está ahora en marcha. La Comisión de la Verdad está a punto de iniciar su labor de esclarecimiento, reconocimiento y reconciliación en todo el país”, comparten.

Sin embargo, manifiestan la evidente preocupación por territorios como el Catatumbo y los departamentos del Cauca y Nariño. “Dos años después de la firma del acuerdo, las comunidades carecen todavía de garantías fundamentales. Una de las expresiones más negativas de esta violencia es la persistencia del asesinato de líderes sociales”, expresaron.

Para esto, pidieron mayor presencia articulada del Estado en los territorios como estrategia para la seguridad, educación, salud, tierra, infraestructura y oportunidades de desarrollo.

Por último, terminan felicitando al país por los avances en la implementación del acuerdo y alentando para que se continúe con el proceso de paz y se logren los retos a futuro que aún tiene el Gobierno, como una negociación con el Eln.