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Otro reparo a ‘Silla vacía’ en la reforma política

Congresistas podrán ser reemplazados si cometen delitos electorales o de corrupción.

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Redacción Política
11 de junio de 2009 - 11:00 p. m.
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Una nueva polémica comenzó a desatarse en torno al proyecto de reforma política que cursa en el Congreso de la República, el cual, si se cumple el cronograma establecido por el Gobierno y su coalición, será aprobado el próximo martes en plenaria del Senado. Y otra vez el asunto espinoso tiene que ver con lo que se conoce como “el carrusel de las suplencias” o la “silla vacía”, una figura cuya esencia consiste en sancionar con la pérdida de la curul a aquellos políticos y partidos que resulten condenados por hechos delictivos. El asunto es que, tal y como está la ponencia, este mecanismo no aplicaría para quienes cometan delitos que atenten contra la participación democrática e incluso para los que incurran en actos de corrupción.

De acuerdo con dicha ponencia, “los miembros de las corporaciones públicas no tendrán suplentes”. Pero al mismo tiempo, establece una serie de excepciones y dice que podrán ser reemplazados “en caso de muerte; incapacidad física absoluta para el ejercicio del cargo; por accidente o enfermedad; renuncia justificada, motivada y aceptada por la respectiva corporación; pérdida de investidura; medida de aseguramiento por delitos distintos a los relacionados con pertenencia, promoción o financiación de grupos armados ilegales, de narcotráfico o delitos de lesa humanidad; o cuando el miembro de una corporación pública decida presentarse por un partido distinto”.

Como quien dice, si un congresista pierde su investidura por haber sido sancionado disciplinariamente, o condenado penalmente por un delito diferente a los relacionados con grupos armados ilegales o de narcotráfico, o se anula su elección, su curul podrá ser asumida por el siguiente en la lista de su partido. ¿Entonces en qué queda lo de no suplencias? Según el ponente de la reforma, el senador conservador Eduardo Enríquez Maya, es claro que no se pueden penalizar algunos delitos hasta el punto de que tengan rango constitucional: “Dichos casos  aparecen en el régimen ordinario y tienen sus sanciones correspondientes”.

El congresista expresó que la idea fundamental es que las personas al margen de ley y las que financien a grupos ilegales no se vuelvan a presentar al Congreso. “Las personas que son capturadas producen la ‘silla vacía’ y ahí es donde no existe el reemplazo”, agregó. Pero mientras Enríquez Maya da sus explicaciones, el presidente del Congreso, senador Hernán Andrade —quien por cierto también pertenece al conservatismo—, advierte que si se percibe la presencia de un “mico” en el proyecto, “lo sacaremos a patadas”, enfatizando en que el objetivo fundamental es acabar con los suplentes y que ello aplique de manera inmediata, una vez se dé la orden de captura. “La única suplencia que debe existir es la de la maternidad”, enfatiza.

Incluso, Andrade reveló que el senador Juan Carlos Vélez, del Partido de la U, quiso ampliar la normatividad a los delitos de carácter electoral, encontrando una gran resistencia entre sus colegas. Mientras tanto, el ministro del Interior y Justicia, Fabio Valencia Cossio, repite que la reforma es un instrumento “muy valioso” en la lucha contra la delincuencia, aunque reconoce que la ‘silla vacía’ aplica sólo para los delitos de narcotráfico, crímenes de lesa humanidad, financiación ilegal de campañas o concierto para delinquir. Para algunos, se trata de una norma “a medias” que, de todas maneras, deja un gran boquete para los corruptos.

Por Redacción Política

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