El Partido Comunes (antes FARC) denunció este viernes que algunos de sus militantes han sido objeto de seguimientos amenazantes en Villavicencio, Meta, y que varias situaciones sospechosas ocurrieron durante la reciente realización de la asamblea nacional de la colectividad.
En un comunicado público, se denunció la presencia, el pasado 21 de enero, de un vehículo de placas BKB 921, de Bogotá, cerca de las oficinas en la que se ultimaban detalles para el encuentro político.
Señalan que se estaban tomando fotos desde el vehículo y que, consultados por el personal de seguridad, los ocupantes dijeron ser agentes del Gaula, de la Fiscalía. “Reportamos a la Policía del cuadrante y enlace de la Unipep”, dice la denuncia, sin embargo, aseguran que el vehículo se retiró del lugar en el lapso en que llegaron los agentes de Policía, manifestando que esperaba a una persona que estaba en una academia de conducción.
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En ese sentido, también denunciaron presencia sobre la presencia de miembros de la Policía con capuchas tomando fotos y filmando cerca del hotel Navar City, en donde se realizó la asamblea el pasado 23 de enero. “Con intención de cerrar el lugar, sin tener en cuenta que todo ha sido debidamente coordinado y diligenciado con la Policía Metropolitana de Villavicencio”, dice el comunicado.
También ponen en conocimiento público hechos sucedidos desde las 4 de la tarde del 30 de enero. “Aparece un vehículo de placas HVZ 964, Spark GT, al lado de la habitación de Tulio Murillo Ávila hasta que amanece. Ese mismo día nuestro compañero sale a realizar una diligencia familiar, a eso de las 15.30 horas, y en ese instante son violentadas las cerraduras de la reja y las puertas de su casa”.
Según la denuncia, fueron robaros dos computadores portátiles, uno del partido y otro de la familia, “junto con otros elementos sin importancia que nos llevan a considerar que lo que requerían era la información”. Sobre Murillo, también relataron hechos del pasado 4 de febrero. “El vigilante de la cuadra donde habita nuestro compañero Murillo observa a un individuo al lado de la puerta de su casa, quien, al verse descubierto, sale corriendo del lugar”.
Recordaron que a Murillo salió hace año y medio de la Nueva Área de Reincorporación (NAR) Simón Trinidad, en Mesetas, Meta, por amenazas en contra de su familia.
Las peticiones Comunes por estos hechos fueron varias. En primer lugar, solicitaron al Gobierno Nacional, departamental y municipal garantizar la seguridad y la integridad de Murillo. Por otra parte, que se adelanten las acciones necesarias para garantizar estos derechos.
Por otra parte, le pidieron a la Unidad Nacional de Protección (UNP) el fortalecimiento de las medidas de seguridad y la Fiscalía, la Defensoría, la Procuraduría y demás entes de control que implemente acciones efectivas para la identificación de los presuntos responsables de estos hechos amenazantes.
