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Sobre la 1:00 de la tarde de este lunes llegarán a la Curia Arzobispal, en el centro de Bogotá, todos los jefes del poder público para asistir a un almuerzo convocado por la Iglesia Católica. El encuentro, gestado días atrás por el cardenal Luis José Rueda, quien se reunió uno por uno con los líderes de las entidades, hace parte del objetivo de “bajar el tono” de la discusión política en medio de la campaña electoral y las tensiones que generaron el atentado contra Miguel Uribe y otros hechos violentos.
Los invitados son el presidente Gustavo Petro; el presidente del Senado, Efraín Cepeda; el presidente de la Cámara, Jaime Raúl Salamanca; el magistrado Jorge Enrique Ibáñez, presidente de la Corte Constitucional; el magistrado Octavio Augusto Tejeiro, presidente de la Corte Suprema de Justicia; el magistrado Luis Alberto Álvarez, presidente del Consejo de Estado; la fiscal general, Luz Adriana Camargo; el procurador general, Gregorio Eljach; el contralor general, Carlos Hernán Rodríguez; la defensora del Pueblo, Iris Marín; el registrador nacional, Hernán Penagos, y la directora del Dapre, Angie Rodríguez.
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Según le dijo el cardenal Rueda a El Espectador, la propuesta es que todos compartan un espacio simple e íntimo, sin las presiones de las cámaras y en “territorio neutral”. De hecho, la propuesta del primado es que se sienten a manteles y compartan una comida para que entren en confianza.
El arzobispo les dejó claro a todos los invitados que no hablarán de acuerdos y mucho menos de debates como el de la consulta popular o la reforma laboral. El propósito es que todos se escuchen y puedan enviarle al país el mensaje de que “la institucionalidad está al servicio de la vida”, e incluso demostrarles a los grupos criminales y a los violentos que se debe garantizar la seguridad y tranquilidad de los ciudadanos y candidatos que competirán en 2026. “No se trata de tomar decisiones y menos de hacerle encerronas a alguien”, explicó.
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Aunque la iniciativa no contempla invitar a expresidentes, precandidatos o jefes de partidos, quienes mantienen fuertes choques con el Ejecutivo, desde la Conferencia Episcopal le confirmaron a este diario que ya se han adelantado gestiones para alcanzar un “compromiso con un proceso electoral libre y en paz en Colombia” con estos actores.
Además del cardenal, los otros anfitriones del encuentro de alto nivel serán monseñor Francisco Javier Múnera, arzobispo de Cartagena y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, y el padre Hermann Rodríguez, provincial de la Compañía de Jesús.
La apuesta de la Iglesia es que al final de la cita haya un pronunciamiento sobre el respeto a la vida. “Como altas autoridades de las instituciones del Estado colombiano, invitamos a todo el país a valorarnos y respetarnos como hermanos, a desarmar y armonizar la palabra, y a rechazar todo tipo de violencia, como forma de resolver los conflictos políticos y sociales. Elevamos una oración por la vida de Miguel Uribe Turbay y por quienes hoy sufren a causa de la violencia. Acompañamos a sus familias en este momento de dolor”, diría el texto.
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