Pasó la primera jornada electoral de la historia reciente de Colombia sin la presión del más poderos grupo guerrilllero. Y los analistas creyeron que sin las Farc en armas, y el Eln en cese unilateral, habría una disminución de los riesgos electorales, y a la vez una mayor visibilidad de las víctimas y líderes sociales, así como un incremento de la participación en las regiones más afectadas por el conflicto armado. Pero lo cierto es que en la ruralidad colombiana reinaron los partidos y personajes tradicionales.
Si bien las amenazas asociados a factores de violencia y fraudes disminuyeron en comparación con otras elecciones al Congreso, la Misión de Observación Electoral (MOE) registró que en 310 municipios, es decir, en uno de cada cuatro, hubo alertas de riesgo electoral, principalmente en Arauca, Cauca, Valle del Cauca y Guaviare.
En este primero, por ejemplo, el Centro Democrático recogió la mayor parte de votos junto con el Partido Liberal. En el Cauca, los rojos y Cambio Radical fueron la elección para el Senado de la mayoría de los votantes, incluyendo algunas poblaciones que en el pasado fueron testigos de emboscadas, atentados y desplazamientos masivos como Puerto Tejada y Toribío. Para la Cámara, de los cuatro curules que consiguió la región, dos son del liberalismo y dos del Partido de la U.
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En el Valle, la U y el Centro Democrático consiguieron importantes apoyos para sus listas del Senado, pero también se observó un importante crecimiento en las votaciones por el Polo Democrático Alternativo, principalmente en Buenaventura, donde el 20% de los sufragios fueron para Alexander López Maya, que desde el 2002 ha estado en el Congreso. Por su parte, las curules a la Cámara se las llevaron los partidos Liberal, Conservador, Centro Democrático, la U, Cambio Radical y Alianza Verde. También sobresalió la enorme actividad electoral relacionada a la Circunscripción Afrodescendiente con una cifra de 13.726 votos, su mayoría para la Ancestral de Comunidades Negras Playa Renaciente.
En el Guaviare, el liberalismo obtuvo la mayoría de votos para la Cámara de Representantes y se quedó con una curul. La otra la ganó David Ernesto Pulido Novoa, de Cambio Radical. En este departamento de disidencias de las Farc y grandes cultivos de coca, el partido más votado para Senado fue la U, que ganó en tres de sus cuatro municipios.
Entonces, ¿por qué siguen punteando los partidos de siempre en departamentos que prometían tener un nuevo panorama para las fuerzas alternativas? Ciertamente, el haber estado décadas bajo la sombra del conflicto armado en las que era un reto acudir a las urnas y eran cotidiandos los sobornos u ordenes para sufragar por quienes ejercían el poder, tuvo incidencia en que la jornada de elecciones no fuera una fiesta para la democrácia. Todavía es necesario reforzar tanto la pedagogía como la infraestructura electoral en estas comunidades para que sus decisiones no se vean opacadas por el músculo de las ciudades más grandes.
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La escasa financiación a candidatos locales también ha limitado la difusión de sus propuestas, que aún continúa siendo localizada en los espacios comunitarios. Y, además de esto, que tiene mucho que ver con la maquinaria electoral de las regiones, situaciones como el asesinato sistemático de líderes sociales y defensores de derechos humanos -que probablemente aspiraban a representar a sus pueblos en la capital-, así como la persistente presencia de actores armados, pueden cohibir, asustar y sembrar desconfianza en la población.
Otro factor que jugó en los resultados electorales de este domingo en las zonas históricamente afectadas por el conflicto fue la no aprobación de las circunscripciones para la paz, proyecto de ley que buscaba garantizarle a los territorios más apartados del país, en especial a sus víctimas, participar en la Cámara de Representantes por medio de 16 puestos de elección popular. Esto también generó que la representación de la Colomba rural no fuera la esperada en las elecciones del posconflicto.
En otras zonas golpeadas por la guerra, como Caquetá, también puntearon las votaciones para Senado los partidos Centro Democrático, Liberal y Conservador. En el caso de la Cámara, aunque el partido Alianza Social Independiente, ASI, obtuviera una votación significativa -de 19.946 votos-, el umbral fue alcanzado únicamente por un representante liberal y uno del uribismo.
En Tolima, las seis curules obtenidas para la Cámara fueron para los azules, rojos, Centro Democrático, Partido de la U y Cambio Radical, mientras que, en el Senado, los votos se concentraron -en un 43%- en la derecha, con el tradicional Conservador y el partido fundado por el expresidente Álvaro Uribe.
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Aunque la mayor parte del territorio del Meta eligió al Liberal para la Cámara de Representantes, fue el Centro Democrático el que más votos obtuvo y se quedó con una curul: la de Jennifer Kristin Arias Falla, exreina de belleza. Cambio Radical también también ganó un escaño. La Unión Patriótica protagonizó en el municipio Uribe pero no fue suficiente para elegir un representante. En el Senado, el Centro Democrático, Partido de la U, Liberal y Cambio Radical consiguieron una cantidad similar de votos.
Y finalmente, en Putumayo, a pesar de que el partido verde hubiera conseguido el 23% de los votos, no alcanzó una curul, a diferencia de los tradicionales partidos Conservador y Liberal, los mismos que encabezaron las elecciones para Senado. En conclusión, en las zonas del conflicto los gamonales de los partidos mayoritarios pusieron los votos y ganaron la representación.