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Los intentos para que las bebidas azucaradas tributen al Estado no se agotan. Esta vez, la propuesta viene de Katherine Miranda, representante a la Cámara por la Alianza Verde. Miranda es ponente de la segunda reforma tributaria que presentó el Gobierno el pasado 20 de julio y, mediante una proposición, busca que quede consignado en ese proyecto que dichos productos cuenten con un impuesto.
¿Esto aplicaría solo para las gaseosas? ¡No! En caso de que el Congreso acepte esta adición a la reforma tributaria del Gobierno, la medida aplicaría para cualquier bebida endulzada, esto incluye, por ejemplo, al agua que contiene aloe vera, Tampico, Del Valle, al Frutiño y el Tutti Frutti, energizantes y hasta las bebidas lácteas con sabor y cuyo aporte calórico proveniente del azúcar sea superior al 10 %.
Es decir, todas las que contengan edulcorantes calóricos y no calóricos, azúcares adicionado, nacionales e importadas. También las bebidas hidratantes para deportistas, bebidas con contenido calórico tés, café, bebidas con jugos, zumos, pulpa o concentrados de fruta, néctares o refrescos de fruta, mezclas en polvo para preparar refrescos o bebidas instantáneas, jarabes, esencias o extractos de sabores que al diluirse permitan obtener bebidas que contengan cualquier tipo de edulcorante o azúcares adicionados de producción nacional o importada.
Entonces, ¿qué productos no tendrían que tributar? la proposición dicta que se exceptuaría del impuesto a las fórmulas infantiles, medicamentos con incorporación de azúcares adicionados, y los productos líquidos o polvo para reconstituir cuyo propósito sea brindar terapia nutricional para personas que no pueden digerir, absorber y/o metabolizar los nutrientes provenientes de la ingesta de alimentos y bebidas, terapia nutricional para personas con requerimientos nutricionales alterados por una condición médica y soluciones de electrólitos para consumo oral diseñados para prevenir la deshidratación producto de una enfermedad.
También quedan por fuera los productos que se elaboran para consumo inmediato en el hogar o en establecimientos de comercio, que tengan una preparación con ingredientes naturales de uso casero, como los jugos naturales, fermentos, y agua de panela.
Para ello, la representante busca crear un nuevo capítulo que haga realidad un impuesto nacional consumo de estos productos. ¿Cómo funcionaría? La congresista planteó que aplique a partir del 1° de enero de 2022, como gravamen consecuente de la producción, venta, e importación de bebidas enduzaldas. Eso sí, este sería gradual y equivaldría, por año, a los siguientes porcentajes: En 2022 la tarifa empezaría con el 15 %, en 2023 sería de 20 % y en 2024 sería totalmente de 25 %, sobre cada producto consumido.
“Necesitamos proteger la vida de los niños y adolescentes. El exceso de peso y sus patologías asociadas representan cinco de las 10 primeras causas de mortalidad. Hoy por hoy, uno de cada tres jóvenes y adultos tiene sobrepeso, mientras uno de cada cinco es obeso. Con esta proposición blindaremos el sistema de salud porque cerca de 25 billones de pesos anuales de los recursos de salud se gastan en la atención de enfermedades prevenibles basadas en la alimentación”, señaló Katherine Miranda. El miércoles y jueves se discutirá en el Congreso la reforma tributaria y decidirán si la proposición en mención es o no incluida.