El origen de la controversia es la entrevista que Luis Fernando Velasco, ministro del Interior, concedió al periodista Yamid Amat, del noticiero CM&, en la noche del martes. En el tramo final de la conversación, el jefe de esa cartera fue interrogado por su posición frente al tema del sometimiento a la justicia y respondió en alrededor de cinco minutos sobre lo que vendría para los grupos que están al margen de la ley.
En esa respuesta, el ministro hizo una división clara: “Hay unos actores políticos que se meten en el narcotráfico para financiar su lucha, y hay muchísimos actores que lo que quieren es enriquecerse personalmente, tener poder, no tienen una motivación política”. Y sobre estos últimos dijo: “a esos también tenemos que desmovilizarlos porque si hacemos el acuerdo de paz con los actores políticos y dejamos a estos haciendo la guerra no vamos a tener paz”.
Entonces, con los primeros hay “una negociación política”, como en el caso del ELN y, próximamente, con las dos disidencias de las FARC: las de Iván Mordisco y las de la Segunda Marquetalia, de Iván Márquez. Y por el otro lado, “el sometimiento a la justicia lo hace con delincuentes comunes, la mayoría de ellos tiene que ver con narcotráfico”, explicó Velasco.
Ya sobre este segundo grupo, el ministro dijo que lo que le gustaría que operara en Colombia son “esquemas de negociación como los tiene Estados Unidos, más amplios, mucho más ágiles, con mucho más poder en los jueces para definir qué le dejan o qué no en cuanto a dinero y cambio de identidad”. Se refería al modelo en el que los fiscales, avalados por los jueces, negocian con los narcotraficantes a cambio de rutas socios e información de la red a la que pertenecen.
“¿Negociación dice usted con los narcos?”, lo cuestionó el periodista. Y el ministro insistió: “Es que ese es el sometimiento. Se define una ley y en el marco de esa ley, esos señores van a donde los jueces y hacen unos acuerdos para acabar totalmente esa red criminal (...) Y cuando el juez ve que esa colaboración ha sido buena, entrega unas mejores condiciones de la negociación”. Velasco se refería a la negociación con los jueces, no con el Gobierno.
El problema se generó cuando el periodista quiso insistir: “Entonces, ¿el gobierno del presidente Petro sí está negociando con el sector del narcotráfico?”. El ministro respondió dando a entender que sí era el Gobierno el que estaba haciendo esa negociación: “Es que cuando usted está en una Bacrim, usted se financia de alguna manera; ya no es atracando el Banco Agrario, se financian con eso (...) En Colombia hay que negociar con la delincuencia si queremos acabar con toda la violencia”.
Tras esas declaraciones, fueron varios los medios de comunicación que titularon “Ministro del Interior reconoce que el Gobierno negociará con narcotraficantes”. Luego de que la noticia cogiera vuelo, el propio presidente Gustavo Petro se pronunció en su cuenta de Twitter: “Cuando el ministro del Interior dice que le gustaría un modelo de negociación con narcos como el de los EE.UU. lo que dice es que la negociación de los narcos no es con EL GOBIERNO, sino como hemos dicho siempre, la negociación de los narcos es con LA JUSTICIA. A eso se le llama sometimiento a la justicia”.
Velasco tuvo que salir de nuevo a medios a aclarar lo que había querido decir en la entrevista con Yamid Amat. En entrevista con Blu Radio, explicó: “En la política de Paz Total se hace una negociación con los grupos guerrilleros a los que le entrega un estatus político - ELN, disidencias de las Farc -; el gobierno también quiere que el Clan del Golfo y otras bandas entren en esa política: esa es la política de sometimiento. Esas bandas claro que negocian, pero no con el Gobierno, con el Estado: ¿quién negocia con esas bandas a nombre del Estado? Un fiscal”.
Y precisó: “el narco va a donde un fiscal, el fiscal le ofrece unas penas más benignas que si fuese capturado (...) ese fiscal no es autónomo, eso lo refrenda un juez”.
Lo dicho por el ministro y por el presidente Petro es lo mismo que ha explicado varias veces el comisionado de Paz, Danilo Rueda: una cosa son las negociaciones con grupos políticos como el ELN y las dos disidencias de las FARC, y otra cosa es el sometimiento a la justicia para el Clan del Golfo, los paramilitares de la Sierra Nevada y otras estructuras armadas como las de Medellín, Quibdó o Buenaventura.
