La Fundación Saldarriaga Concha, en coordinación con la Unidad de Víctimas, elaboró un informe sobre las víctimas mayores de 60 años y el papel de ellas en la construcción de la paz y en procesos de perdón y reconciliación.
De acuerdo con el documento, que toma las cifras ofrecidas por la Red Nacional de Información, de los 6,8 millones de víctimas del conflicto, 649.103 son mayores de 60 años, es decir, el 9% de la población afectada. De ellas, el 50,16% son mujeres y el 49,84% hombres.
Según María del Pilar Zuluaga, coordinadora del enfoque diferencial de envejecimiento y vejez de la Unidad de Víctimas, se ha identificado que los mayores de 60 años son agentes de cambio para superar las victimizaciones. “Son las personas que más conocen el conflicto y las poblaciones que se han visto más afectadas. Por lo que les ha tocado vivir, son autoridad para propiciar escenarios de construcción de paz”, sostiene.
El informe dice que las personas de la tercera edad también son fundamentales en la reconstrucción histórica y cultural de las comunidades víctimas, son líderes en los planes de retorno colectivos por su arraigo cultural y económico, y también son claves para brindar garantías de no repetición en la medida en que pueden liderar ejercicios de memoria.
La Fundación Saldarriaga propone que, por “el testimonio de vida y liderazgo de las personas mayores de las poblaciones afectadas por el conflicto”, éstas sean más empoderadas para los procesos de perdón y reconciliación.
Lina María González, médico psiquiatra de la fundación, dice que “las personas mayores entienden más fácil que tienen que pasar la página y que si se mantienen en una lógica de revictimización su posibilidad de crear y hacer cosas nuevas no se va a dar”.
“La persona mayor generalmente tiene más trascendencia a nivel espiritual que personas de otros grupos poblacionales. En temas como el perdón es más fácil para ellos orientar a otros”, afirma Zuluaga.
La Fundación ha desarrollado programas de empoderamiento de personas mayores para procesos de reconstrucción y perdón en casos como la masacre de El Salado y con víctimas de otros departamentos del norte del país.