La propuesta de reforma a la salud del gobierno de Gustavo Petro sigue atascada en la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes, solo que ahora el panorama es un poco más alentador para el Gobierno. La ponencia negativa, presentada por los partidos Centro Democrático y Cambio Radical -que pudo haber hundido el proyecto-, fue negada por los congresistas: 17 votos en contra y solo 4 a favor, de los representantes de oposición Betsy Pérez, Jairo Humberto Cristo (Cambio Radical), Andrés Forero y Juan Felipe Corzo (Centro Democrático).
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El archivo de la ponencia negativa abre una ventana de oportunidad para el Gobierno, pues sugiere que los representantes de los partidos de la coalición, que se han opuesto a la reforma: Liberal, Conservador y la U, están dispuestos a dar el debate y modificar el texto sobre la marcha. Habrá que esperar a la discusión del articulado y los temas claves, entre los que está el modelo de aseguramiento, que es uno de los que más ha alentado las críticas y que hace parte de las líneas rojas de los partidos.
Los representantes de los partidos liderados por Dilian Francisca Toro (la U) , Efraín Cepeda (Conservador) y César Gaviria (Partido Liberal) se mantuvieron en no apoyar la reforma si no se modificaba la ponencia. No obstante, el Gobierno cedió en algunos de los puntos y presentó una enmienda a la ponencia original que, a grandes rasgos, casi logra un acuerdo.
Con ese texto en mente, los congresistas se presentaron ante la Comisión para votar la ponencia negativa, que fue explicada por Betsy Pérez (Cambio Radical) y Juan Felipe Corzo (Centro Democrático). Al momento de la votación, tensión se sintió en el recinto, pues algunos creían que podía ser el fin para el proyecto, sin embargo, la decisión de la mayoría fue abrir el debate y no cerrarse a la posibilidad a discutir la reforma de manera formal, en el que llamaron el “escenario natural de la democracia”.
Para el representante Víctor Manuel Salcedo (Partido de la U), Colombia no tiene un sistema de salud perfecto, pero, asegura que “en la búsqueda por mejorar, todas las bancadas estamos en tal propósito (...) Estamos de acuerdo con la atención primaria, con que los manejos de los recursos públicos no deben quedar en la manos que están. Por su puesto, tenemos diferencias sobre el cómo, pero las podemos resolver aquí, en el debate”, dijo.
El aseguramiento ha sido uno de los puntos que más discordia ha generado, pues mientras la ministra de Salud, Carolina Corcho, quiere que sea 100 % responsabilidad del Estado, los partidos prefieren que sea mixta. Las particularidades de la reforma serán discutidas la próxima semana y aunque con la enmienda parece que el Gobierno ya cedió lo máximo, el ministro Prada no descartó que, desde el jueves hasta el domingo, continúen dialogando para llegar más consensuados a la votación del articulado. “Hemos ido corriendo las líneas y ellos también”, aseguró.
Por su parte, el coordinador ponente del Partido Conservador, Gerardo Yepes, aseguró que es positivo abrir el debate: “No solo debatimos el proyecto del Gobierno, sino que se le dio la posibilidad a la oposición. Es el espacio para la construcción de la reforma que necesita el país, que contará con las proposiciones de todos los partidos”, expresó.
La que sí se mantuvo callada durante toda la sesión fue la ministra Carolina Corcho, quien además llegó tarde al recinto. La cita de este miércoles en la Comisión Séptima fue aplazada en dos ocasiones; la sesión estaba programada para las diez de de la mañana y el presidente de la mesa, Agmeth Escaf, la corrió para las doce del mediodía; luego, para la una de la tarde y, la bancada de Gobierno y los ministros llegaron solo hasta las dos.
La reforma a la salud deberá ser aprobada en al menos su primer debate antes del próximo 20 de junio -fecha en la que termina la legislatura- para que pueda continuar con su trámite en el Congreso: así lo indica la ley 5 de 1992 para las leyes de trámite ordinario. “Los proyectos (...) que no hubieren completado su trámite en una legislatura y fueren aprobados en primer debate en alguna de las Cámaras, continuarán su curso en la siguiente en el estado en que se encontraren”, dice la norma.
Ahora, aunque la reforma a la salud puede debatirse hasta junio de 2024, al Gobierno le interesa avanzar mucho más, pues cada vez le será más costoso mantener la unidad de la coalición. El mismo Gustavo Petro dijo antes de su posesión presidencial que “no creemos que se puedan aprobar proyectos de esta magnitud después del primero año (de posesionado el Gobierno)”.
También pueden aprovechar que las mesas directivas de la Cámara juegan a su favor: con los representantes Agmeth Escaf, en la presidencia de la Comisión Séptima, y David Racero, en la Plenaria, para por lo menos, aprobar dos de los 4 debates que debe cursar la reforma en el Congreso, antes de junio (cuando haya cambio de legislatura y de presidentes).
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Cosa diferente ocurre en el Senado, en donde actualmente -en esta legislatura- la presidenta de la Séptima es Norma Hurtado (Partido de la U) y podría trabar el debate; igual que el presidente de la cámara alta, Roy Barreras, que no se muestra muy convencido con la reforma, pese a hacer parte del partido oficialista, y ha tenido públicamente choques con la ministra Corcho.
“Creo que vamos a tener éxito para tener las mayorías. (...) Con el ritmo con el que hemos empezado, y que se haya archivado la ponencia negativa, podremos empezar a revisar el articulado la semana entrante”, dijo el ministro del Interior, Alfonso Prada, optimista al término de la sesión. Agregó que “el proyecto habla hoy de un sistema de salud mixto, donde las EPS se transforman en Gestoras de Salud y Vida, pero no desaparecen: podrán coexistir con el sistema público”, intentando dar un parte de tranquilidad para los partidos.