En medio de la discusión que desató en redes sociales el hecho de que el hijo del senador Gustavo Petro, Andrés Gustavo Petro, recibió asilo político en Canadá, este miércoles se conoció un pronunciamiento del joven en el que, entre otras, argumenta que regresar a Colombia “era una opción invivible”.
En contexto: Canadá le da asilo político a hijo de Gustavo Petro
Petro Herrán, de 28 años, migró a Canadá a estudiar debido a motivos de seguridad en 2018. Desde entonces permanece en dicho país y hace año y medio hizo la solicitud formal de asilo. Luego de que su mamá, Mary Luz Herrán, comunicó el hecho en Twitter hubo una avalancha de comentarios y críticas a la medida.
Ante ello, el joven salió a dar explicaciones y aunque admitió que siempre ha sido reservado con esos temas, “no contaba” con que la emoción de su madre y el anuncio se hiciera mediático. Sin embargo, dijo no culparla y señaló que no viajó a Canadá con la intención de quedarse.
Según Petro, sus planes eran concluir sus estudios y regresar a Colombia. No obstante, dice, “no es un misterio para nadie la situación tan escabrosa por la que pasa el país con el gobierno de (Iván) Duque, en la que pareciese que de forma deliberada fracasaran por completo en darle seguridad a aquella población que piensa diferente”.
El joven señaló que regresar a Colombia junto a sus seres más queridos “dejó de ser una opción viable”; sin embargo, indicó que antes tampoco es que lo fuera, “pero mi terquedad y lo que Freud llamó la seguridad inconsciente de nuestra propia inmortalidad me hacían pensar lo contrario”.
De acuerdo con Andrés Petro, si bien al principio tuvo dudas al comenzar el trámite de asilo, cuando recolectó las pruebas y leyó las amenazas se dio cuenta que “no hacía más que normalizar algo que, gracias al nuevo punto de vista que me dio vivir en un contexto tan diferente, era la prueba fehaciente de que regresar a Colombia y siendo el hijo de semejante personaje era una opción invivible”.
Vale la pena recordar que en 2011, Petro Herrán fue víctima de un atentado mientras se movilizaba hacia el Transmilenio en las inmediaciones de la Universidad de Los Andes, donde estudiaba Psicología.
Aunque Petro destaca que la noticia del asilo es buena, admite que “es también un tanto amarga”. El joven argumentó que no es fácil adaptarse a un nuevo país sin poder regresar “al que uno realmente ama”.
Frente a los comentarios negativos que ha recibido la noticia, Petro Herrán reclamó que, a veces, “parecieran evidenciar, mucho más que una posición ideológica y bien argumentada, una completamente llena (sí, la redundancia es a propósito y hasta queda corta) de ignorancia”.
Por último, le joven manifiesta que Canadá, en su política interna, se asemeja al horizonte que su padre, Gustavo Petro, quiere para Colombia. Por ello, confía en que próximamente en Colombia se pueda vivir con tranquilidad.
“Ojalá que algún día no muy lejano, sin importar los bandos ni las ideologías, ni los géneros ni los colores de piel, ni las orientaciones sexuales ni los pasados nuestros o de nuestros seres queridos, en Colombia se pueda vivir con la tranquilidad con la que se vive en el país que me acoge para que nadie tenga que pasar por lo que yo y muchos de nuestros compatriotas hemos pasado”.
