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Río de aplausos

La crisis diplomática entre Colombia, Venezuela y Ecuador tuvo un giro hacia la conciliación. Uribe, Chávez y Correa se dieron la mano y prometieron diálogo para limar asperezas.

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Andrea Forero Aguirre
08 de marzo de 2008 - 12:51 a. m.
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El apretón de manos que selló la Cumbre del Grupo de Río, en República Dominicana, fue una mezcla de calidez y frialdad. El presidente anfitrión, Leonel Fernández, propició el acercamiento entre los mandatarios de Colombia, Álvaro Uribe Vélez; Ecuador, Rafael Correa, y Venezuela, Hugo Chávez.

Tras un intercambio de miradas indecisas, captadas por las cámaras del mundo, Uribe tomó la iniciativa y lo que comenzó con un ambiente tenso y hostil, terminó con una invitación al diálogo, el restablecimiento de las relaciones entre Colombia y Nicaragua y el descarte de la denuncia a Chávez ante la Corte Penal Internacional.

El encuentro se había iniciado cinco horas antes y el instante más polémico ocurrió cuando el presidente Uribe le dijo a su homólogo de Ecuador: “No me aplique el cinismo que tienen los nostálgicos del comunismo”, en respuesta a las palabras de Correa que advertían que si el presidente colombiano sabía de “terroristas” en territorio dominicano, seguramente lo bombardearía.

Inicialmente, Uribe dedicó un espacio a leer una serie de cartas encontradas en el computador de Luis Édgar Devia, alias Raúl Reyes, sobre la relación del ministro Gustavo Larrea y las Farc. Entonces dijo tener documentos sobre una presunta financiación de ese grupo guerrillero a la campaña del mandatario ecuatoriano. En ese momento, Rafael Correa se levantó de la mesa y salió del recinto.

Inmediatamente Uribe paró su discurso y pidió esperar el regreso de su homólogo. Cinco minutos después, Correa retornó. El mandatario colombiano le dijo: “Usted no nos había dicho que estaba en la tarea de conseguir la libertad de Íngrid Betancourt y previamente se había comprometido a ponerme al tanto de cualquier acercamiento con las Farc”.

Afanado, el presidente ecuatoriano pidió la palabra y le dijo a Uribe: “¿Si llega a haber otro Raúl Reyes en República Dominicana, también se les mete?”. Correa aseguró además que “es difícil creerle a alguien que ha mentido tantas veces. Su insolencia, presidente Uribe, le hace más daño al pueblo ecuatoriano que todas las bombas asesinas”. Y se quejó de ser “víctima de un conflicto que no le pertenece a su país”, lo que le ha hecho desplegar cerca de 11 mil hombres en la frontera.

Acto seguido intervino el mandatario de Nicaragua, Daniel Ortega, quien propuso una comisión para la búsqueda de la paz en Colombia y otra para atender la situación de su país con San Andrés.

Pidiendo “menos adjetivos y más argumentos”, la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, dijo que lo importante era “el abordaje por la vía legal de la ilegalidad”, al referirse a la soberanía de Ecuador frente a la seguridad democrática de Uribe.

En medio de la expectativa por la intervención del presidente Hugo Chávez, ocurrió algo inesperado. El mandatario venezolano anunció pruebas de supervivencia de seis secuestrados en poder de las Farc y presentó un video del cabo Pablo Emilio Moncayo.

Chávez le pidió también al presidente Uribe retomar el camino del acuerdo humanitario. “Déjeme colaborar con la liberación de secuestrados. No sólo yo, sino con otro grupo de personas que estarían dispuestas a ayudar”, le dijo.

Igualmente aprovechó su intervención para rechazar la intención de Uribe de denunciarlo ante la Corte Penal Internacional y cuestionó las pruebas del computador de Raúl Reyes. Recordó que tiempo atrás el ex presidente colombiano Ernesto Samper lo acusó de haber apoyado a la guerrilla y dijo que luego le ofreció excusas. El Presidente venezolano tuvo un lenguaje conciliador. Con bromas y cantos trató de distensionar el ambiente.


Uribe retomó la palabra y les dijo: “Quítense de la cabeza que somos un proyecto imperialista”. Por último, en tono cordial, aseguró que lo sucedido en territorio ecuatoriano “no es una constante y que Colombia es respetuosa con otros Estados”. Asimismo, se comprometió a entregarle a Correa los documentos hallados en el computador de Reyes, para que las autoridades judiciales ecuatorianas investiguen el contenido. E incluso manifestó su intención de visitarlo en Quito.

Al final de la cumbre, el presidente dominicano, Leonel Fernández, hablando siempre de diálogo y conciliación entre pueblos hermanos, les pidió a los presidentes Uribe, Chávez y Correa, darse la mano y un abrazo. “No soy un hombre de odios y asumo responsabilidades”, respondió el presidente colombiano. Y ante los aplausos de los asistentes, se levantó a saludar a Correa, que lo recibió con un gesto de pocos amigos, y luego a Chávez, con quien cruzó palabras y una que otra sonrisa.

Reacciones

Qué difícil es creerle a alguien que ha mentido tanto. Nadie discute el sufrimiento del pueblo colombiano, pero Ecuador es víctima también del conflicto ¿Quién puede ser tan insensato de querer respaldar a las Farc?

Rafael Correa
Presidente de Ecuador

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Colombia tiene todo el derecho a combatir a las Farc, pero debe hacerlo desde la legalidad… El terrorismo no se combate con la violación masiva de los derechos humanos y la ilegalidad.

Cristina Fernández de Kirchner
Presidenta de Argentina

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En Colombia están  dispuestos a llevar a cabo acciones terroristas cuando así lo valoren. Es decir, estarían regionalizando la guerra. Tenemos que apostar por la paz y acabar con estas acciones de Colombia.

Daniel Ortega
Presidente de Nicaragua

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¿Por qué no se reanudan los esfuerzos para el canje humanitario entre rehenes y rebeldes presos y si es necesario se establece una comisión de países para  la liberación de secuestrados?.

Hugo Chávez
Presidente de Venezuela

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Brasil condenó la incursión colombiana en territorio ecuatoriano. Nunca se ha visto en Suramérica un conflicto de esta magnitud que puede tener consecuencias graves contra la integración.

Celso Amorim
Canciller de Brasil

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Este es un momento crítico para todos. Hay que reconocer que el gobernante ecuatoriano, Rafael Correa, y Uribe estén aquí porque se requiere mucho valor y sensatez para venir a hablar aquí de frente.

Felipe Calderón
Presidente de México

Por Andrea Forero Aguirre

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