Rodolfo Hernández: “Primero atacaría la corrupción y el despilfarro”

El exalcalde de Bucaramanga quiere ser el próximo presidente de Colombia, aunque la amenaza de una investigación penal y múltiples faltas disciplinarias penden sobre su cabeza. Acusa al procurador Fernando Carrillo de utilizar esta entidad para neutralizarlo a él como su competidor.

-Redacción Política (politicaelespectador@gmail.com)
31 de enero de 2020 - 11:00 a. m.
El exalcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández.  / Liliana Rincón Barajas
El exalcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández. / Liliana Rincón Barajas

¿De dónde nació su interés por la política?

Tengo 74 años. Soy ingeniero civil de la Universidad Nacional, del 26 de junio del 70. O sea, tengo ya 50 años de recorrido empresarial agregando valor. Nunca en la vida he tenido un contrato con el Estado. Un día, con mi hermano Gabriel, nos dimos cuenta de que todos los días hablamos mal de los politiqueros, que se roban todo, que son unos ladrones, que traicionan los intereses de los electores el mismo día que los eligen, que hacen la campaña con teja, tamal, lechona, cerveza, tarima, cámaras, buses y orquestas, y eso no es la política. Esa no es la manera de promocionar ideas.

¿Cómo hicieron entonces?

Resolvimos pasar de la crítica a la acción. Lo primero que se me ocurrió fue decirle a mi hermano: láncese usted y le ayudo. Él, que es ingeniero civil y también sociólogo y filósofo, me dijo que hiciéramos al contrario, que me lanzara y él me apoyaba. ‘¿Cómo vamos a hacer la campaña?’, pregunté. ‘Vamos a hacer una campaña de emoción. No vamos a ir a los barrios a hablar paja’. Tengo grabado todo lo que habló Duque, lo que hablaron los expresidentes y candidatos: puras mentiras. Llegan allá (al poder) y no hacen nada. La campaña mía duró tres años y no salí del apartamento, esa fue una de las condiciones que me puso mi hermano. Organizamos unos conversatorios y comenzamos el 16 de marzo de 2013. Hablamos de lo que había y lo que prometíamos hacer. Íbamos apuntando lo que hablábamos, pensando en el plan de desarrollo y en la capacidad del municipio.

¿Y qué tal respondió la gente a esa propuesta?

La gente decía que estaba loco, pero comenzó a generar un eco en la ciudad. Por allí pasaron Roy Barreras, Paola Holguín, José Obdulio Gaviria, el doctor Álvaro Uribe Vélez. El eslogan de la campaña era gobernar con lógica, con ética y con estética. Lógica para gobernar donde la comunidad más lo necesitara, especialmente los más pobres, que llevan abandonados desde que nació la república; ética es que no me robe la plata; estética es que todo lo que hagamos sea bello, no costoso, bello. Y detener la corrupción, el despilfarro. Todo lo que prometí lo cumplí. Por eso es que tengo reconocimiento. Con las debilidades, los errores, las embarradas que hacemos como seres humanos, pero cumplí todo, que era, en plata blanca, no robar, no mentir, no traicionar. Los saqué a todos a las patadas de la Alcaldía. Les quité 2.040 funcionarios que eran politiqueros redomados que no hacían nada. Me dejaron $300.000 millones de cuentas por pagar, $285.000 millones debiendo en los bancos, $40.000 millones de sobregiro y, al final del mandato, pagamos todo, quedamos sin deber un solo peso, hice 503 obras y hay 42 (todavía) en marcha con el contrato y la plata.

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Usted menciona las bondades, pero terminó como el alcalde más investigado disciplinariamente...

Mi gestión trajo como consecuencia que el (pasado) 27 de octubre (me sancionara) el señor procurador (Fernando Carrillo), que es un cargamaletas de Luis Carlos Sarmiento Angulo, que no está en capacidad de ser mi juez disciplinario, porque él es competidor mío. Usted no puede utilizar la Procuraduría para joder a un competidor. Él se puede lanzar, pero que renuncie. No ha sido capaz, no es capaz de renunciar para competirme a mí limpio. Es un bandido que se presta con la magistratura para tener un sesgo en contra de un competidor.

¿Usted cree que esa es la razón por la cual terminó siendo el alcalde con más procesos disciplinarios?

Es la única. No me robé un peso. No me tomé un tinto con lo que me pagaron en la Alcaldía, al contrario, donaba el salario y en muchos viajes lo pagaba todo, no cobraba los viáticos.

¿A dónde donó los salarios?

Por ejemplo, les daba $200.000 a 50 chinos pilos (de Ser Pilo Paga). Eran $10 millones al mes y el salario era de $12 millones. Le hice una vez una pruebita al Estado, para que vea cómo es esto: en la escultura La Gorda de (Fernando) Botero, allí en el parque San Pío, la raíz estaba ya levantando el piso. Le dije a la secretaria de Obras Públicas, Fanny (Arias), cotice la obra. Cuatrocientos millones cobraban, y no era que la vieja fuera a robar nada. Era ingenua, boba, idiota. Como tengo constructora, llamé a un empleado y pedí que fuera, revisara y me dijera cuánto costaba arreglarlo. Recuerden, $400 millones cobraban. ¿Y saben cuánto terminó costando? En total, $5 millones (se ríe). De 400 a cinco. O sea, 80 veces menos. Así es todo con el Estado porque el Estado es sacramental y las normas las han hecho gente incompetente, por lo general.

Usted hace mucho hincapié en su transparencia y rectitud, pero justo lo acaban de llamar a imputación de cargos por el episodio de Vitalogic (direccionar supuestamente un contrato para favorecer a su hijo)… ¿Qué puede decir al respecto?

Que lo que se robaron ustedes en Vitalogic me lo robé yo. O sea, nada. Mi hijo cometió una imprudencia, sí, lo cogieron de idiota útil, sí, fue tan estúpido que firmó un contrato, fue y autenticó la firma en notaría, pero no era con Vitalogic, sino con una empresa que vendía unas máquinas que necesitaban los que iban a poner eso, que le pagaban el 3 % de comisión. Son puras mentiras de estos politiqueros que le iban a pagar $200.000 millones. Hizo mal, pero nunca supe eso. Nunca.

Pero Noticias Caracol divulgó unas grabaciones de su hijo diciendo que usted tenía conocimiento de lo que pasaba…

Pueden decir lo que quieran, pero nunca supe de eso. Por eso no me pudieron sacar. Toda la politiquería, los parlamentarios, hasta el presidente se prestaba para que me jodieran. Una mafia, esto es un régimen que toqué y él reaccionó: tengo ciento y pico de investigaciones disciplinarias, penales y fiscales. Con la imputación no pasa nada, no me robé nada. Tengo paz en el alma, no tengo miedo.

¿Por qué quiere ser presidente? ¿Para qué?

Ya hice de todo, me realicé. Desde que tenía 7 años quería ser ingeniero civil y lo logré. A través del desarrollo de la ingeniería me ha ido como a Jack Nicholson: mejor imposible (risas), porque me metí en un sector de demanda, el nicho estaba y nadie lo cubría, que era hacerle vivienda buena al pobre, y lo financiaba yo mismo, pedía la cédula y que me hipotecaran una parte de la casa. En el gobierno de Gaviria era uno de los más grandes constructores de vivienda de interés social, si no el primero, y como era a demanda, tenía la posibilidad de poner el precio. Injusto, pero así es el capitalismo. . Acumulé un capital y tuve la suerte y el olfato de meterlo en tierra, y tierra no vuelve a nacer en el planeta. La tierra se gana la plusvalía privada y la pública. El Estado nunca ha actuado contra el patrimonio de los terratenientes y pónganme ahí a mí también, nunca me han cobrado un impuesto aparte del predial, nunca me han cobrado plusvalías, que es una injusticia. Hay que cobrar y ponerle impuesto a la plusvalía, está decretada, pero no se cobra porque los alcaldes reciben plata de financiación de los constructores.

Si usted fuera presidente, ¿haría algo al respecto?

Lo primero que haría sería eso. Y están las normas. Pero es que la corrupción arranca con la financiación de las campañas.

¿Cómo va a financiar su campaña presidencial?

No sé si alcance esa cifra, pero vamos a invitar a tres millones de personas, los llamamos militantes, a que me pongan de a $10.000 durante seis meses, el plazo va a ser hasta diciembre 31. Serían $180.000 millones, eso sobra plata, puse esa cifra porque no creo que logremos que la gente pague seis meses. Pero así nos curamos en salud, estoy seguro de que la plata la pone la gente. No necesito a Sarmiento Angulo, ni al grupo Argos, ni al Sindicato Antioqueño.

¿Y si alguien le ofrece $100 millones en un solo pago?

Cero. Igual que para la Alcaldía. Que voten por nuestro programa, y si no les gusta, que voten por otro.

Por cierto, ¿es verdad que anda de pelea con el nuevo alcalde de Bucaramanga, Juan Carlos Cárdenas?

Mentiras, eso es paja. Eso es lo que quiere la politiquería, vernos peleando para hacer fiestas. Lo que pasa es que soy claro y directo. Si hay cosas que a mí me parece que él no está haciendo bien, pues le tengo que decir. Eso no es pelear, al contrario, es apoyar. Juan Carlos tiene que ser coherente porque la gente votó no por él, ni por mí, sino por la continuidad de un gobierno cuya premisa era no robar.

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¿Qué piensa del presidente Duque?

Uno no sabe él qué está pensando, para dónde va. Cerró Uber, pero el capitalismo es llenar espacios, le salen dos competidores más, ¿cómo se detienen? Esa sí es economía naranja, él se contradice. No es que sea uribista, pero uno sabía que Uribe era seguridad. Su primer gobierno, mejor imposible; el segundo, como toda la politiquería: se prostituyó. Casi nos mete el tercero. Hizo meter a la cárcel a esta vieja de Barranca, a Yidis Medina. Metieron a la cárcel a (Andrés Felipe) Arias, ¿a quién se le ocurre regalarle plata a los ricos? ¿Dónde están los distritos de riego? Todo eso hay que corregirlo.

Volviendo al tema de sus aspiraciones presidenciales…

Es que, ¿qué más me pongo a hacer? Tengo 75 años, desocupado, gastando calzones (risas)… la empresa la manejan mi esposa y los chinos, y cuando está Socorro gano más plata que cuando estoy yo. Me levanto a las 4:15 a.m. y quedo desocupado (risas). Cuando me sacaron de la Alcaldía en septiembre, ¿qué hice? Echarme a tuche a Cárdenas, porque a Cárdenas no lo conocía sino la mamá. Ahora, de los candidatos era el mejor y sobrado. Solo lo veo con intenciones de servir.

¿Qué haría primero como presidente?

Atacar dos cosas: la corrupción y el despilfarro. Si se tranca eso, plata sobra, se acaban las reformas tributarias.

¿De salud está bien?

Era deportista, pero arrechísimo en el colegio y la universidad. Jugaba en el equipo de fútbol de la universidad, que era de altísimo nivel. Levantaba pesas, lanzaba jabalina. Ahora hago caminadora en las mañanas. Hace unos años la esposa del doctor Germán Vargas Lleras me habló de una clínica en Turquía y fui una semana, me hicieron unos exámenes que acá ni se ven. Fue en septiembre de 2015, pero, según los exámenes, yo tenía 60 años (risas).

¿Cuándo fue la última vez que habló con Arturo Calle?

En noviembre. Dijo que no quería ser mi fórmula vicepresidencial que por la esposa, que por los hijos, que él le prestaba mejor servicio a Colombia desde su empresa, pues él tiene 6.000 empleados, que todavía se necesitaba su dirección. Le dije que se metiera él de presidente y yo iba como su lavaperros, pero me dijo que tampoco.

¿Tiene plan B?

Primero le dije a Mario Hernández, porque él es de aquí, de Capitanejo, el de las carteras, y me dijo que no. Hace unos días almorcé con él allá en la fábrica en Bogotá y me dijo: ‘Póngame de último en la lista a Senado’. Él tampoco quiere salir. Puras mentiras, no se van a acabar sus empresas si ellos no están. Se murió Juan Pablo II, que era buen papa, y ahora llegó este loco Francisco y salió mejor. Es como con El Espectador: ahí sigue. Que tiene menos participación en el mercado, bueno, pero eso no es por el asesinato del viejo (don Guillermo Cano), es que esto (muestra el celular) acabó con todo. Pero ahí está el periódico. ¿Cómo se llama el de las cejas gruesas?

Fidel Cano, el director.

Ahí está.

¿Usted cree que a Arturo Calle y Mario Hernández de verdad no les interesa la política o que su prevención es a hacer política con usted?

Ellos creen que no gano. Eso es lo que creo, de pronto puedo estar equivocado. Y que les toca poner plata. Mentira. No van a poner un centavo, ni yo tampoco, ya puse, y puse el tiempo, y regalé el salario, llevo siete años en esto. Mi sospecha es que ellos creen que ese es un esfuerzo perdido, pero el único que está perdido es el que baja los brazos. Por más patadas, escupitazos, coronas de espinas, perdido es el que baja los brazos. Uno se puede poner juicioso con una metodología para hacer política, no robándose todo como los hijueputas de los “Ñoños”. Con todos los números en rojo que me dejaron, logré hacer 503 obras y sobró plata, que quedó para obras que están en marcha. Si no se roban la plata, la plata sobra. Hay que saber es contratar, y no me refiero a conocer las leyes de contratación, sino saber de construcción. Y de eso sí sé. Con Lucho (Bohórquez), el alcalde anterior que es un atracador redomado, había en promedio 1,4 proponentes por licitación y tiene como $50.000 millones en el bolsillo. La justicia no es capaz de cogerlo.

Se podría pensar que con usted empezó el voto de opinión en Bucaramanga. ¿También lo ve así?

Sí. Lo principal que le dejo a los bumangueses es cambiarles la mentalidad en las elecciones. Eso también depende de unas características del candidato, que tenga pelotas, que sea capaz de decir no en la cara, que le crean, y eso se logra con el tiempo, con la coherencia y con lo que se haga según los compromisos de campaña. Le gané a esta maquinaria corrupta con más de 77.000 votos, luego les duplico la votación en cuerpo ajeno, y sin comprar un voto. ¿Cómo se entiende que un pingo gane así? Algo pasa en la mente, las neuronas empiezan a recibir mensajes de emoción y a desplazar los mensajes que ya estaban, como votar por un bandido porque le dio una casa. Se vota por la esperanza. La gente no tiene idea del nivel de corrupción que hay en Colombia. Si la paramos en seco, sobra plata. Acá nunca hay plata para el pobre. ¿Dónde queda la equidad?

Por -Redacción Política (politicaelespectador@gmail.com)

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