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Faltando pocas horas para que venza el plazo para hacer modificaciones en las candidaturas a la Presidencia de la República, sectores de izquierda trabajan intensamente para alcanzar un acuerdo programático que permita que haya un frente amplio de izquierda.
De alguna manera, los resultados electorales del pasado domingo hicieron su efecto: la derrota de la izquierda en las urnas viene empujando una alianza que por ahora no está concretada, pero tiene altas probabilidades de materializarse.
Si bien la Unión Patriótica y el Polo Democrático son las principales fuerzas que buscan un acuerdo, las conversaciones se han ampliado a otros sectores de izquierda, como un ala de la Alianza Verde, los progresistas y otros colectivos ciudadanos.
Fuentes cercanas a este proceso explicaron que los acuerdos van por buen camino, que se está haciendo la “carpintería final” que permitirá que las fuerzas vayan juntas a las presidenciales y que existe un alto número de probabilidades de que el pacto se dé.
Sin embargo, las partes interesadas decidieron no referirse a las conversaciones que se han adelantado, pues esto puede dañar los acuerdos que se pretende construir. Tanto Clara López, candidata por el Polo a la Presidencia, como Aída Avella, candidata por la UP, expresaron que los diálogos avanzan, pero que hasta tener algo concretado no harán declaraciones públicas.
Valga recordar que varias figuras que militan tanto en el Polo como la UP han insistido en la necesidad de alcanzar un acuerdo de unidad entre estas dos fuerzas y otros sector afines ideológicamente para enfrentar la coyuntura electoral.
Lo ha hecho en innumerables ocasiones el representante Iván Cepeda —recién elegido senador—, o el dirigente de la Marcha Patriótica, Carlos Lozano, quien no alcanzó una curul en el Senado.
Pero, a pesar de los llamados, el acuerdo no se ha podido concretar, especialmente entre el Polo y la UP, pues esté último alcanzó un acuerdo con el Partido Verde, que derivó en la Alianza Verde. Aunque dicho acuerdo fue para las legislativas y ahora se vienen las presidenciales.
Y si bien por ahora no hay humo blanco en las conversaciones entre el Polo, la UP y otras fuerzas de izquierda, sus dirigentes trabajan para concretar una alianza que permita que la tercería de la que se habló a principio de la campaña tenga una cabida desde una plataforma de izquierda.
Y aunque pocas veces en la historia la izquierda ha llegado a unirse en torno a una figura o frente a una coyuntura concreta, existen los esperanzados en que en las próximas horas se dé vía libre a un frente amplio para enfrentar a un uribismo que quedó fortalecido tras las legislativas del pasado domingo y a un santismo que sigue siendo la fuerza política más grande, pero que deja ver muchas fisuras por donde se puede filtrar el agua.
En conclusión, a pesar de las profundas diferencias en la concepción de la vida política, las grandes fuerzas de izquierda: el Polo Democrático, sectores de la Alianza Verde y la Unión Patriótica trabajan en una receta para cocinar el frente amplio de izquierda que permita una candidatura presidencial en alianza. Es decir, a fuego lento y con el apremio de las horas, una nueva alianza se cuece en las cocinas de la izquierda.