La elección de Óscar Iván Zuluaga como candidato presidencial del Centro Democrático (CD) desató una tormenta en las toldas del partido. Aunque se esperaba que la designación acabara las disputas internas, por el contrario estas se incrementaron debido a las dudas de muchos militantes sobre el resultado final. Esto teniendo en cuenta que no se reveló ningún detalle de las encuestas que se aplicaron a los miembros del partido, sino que solo se ungió a Zuluaga como el candidato presidencial del uribismo para las elecciones de 2022. Para evitar que las fisuras sean más hondas, el partido anunció que publicará la toda la información sobre el proceso.
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Lo primero que aclaró el partido fue que la selección de Zuluaga se hizo mediante un proceso con el que todos los precandidatos estuvieron de acuerdo y que se adelantó con total transparencia. Asimismo, el partido informó que las firmas Yanhaas y el Centro Nacional de Consultoría realizaron las encuestas y que la auditoría estuvo a cargo de la empresa Tempo Group. “Los compromisarios, en representación de cada precandidato, revisaron y aprobaron por consenso todos los elementos del proceso, como los lugares de encuesta, las muestras, las preguntas filtro, la auditoría, etc.”, explicaron desde el CD.
El partido no ocultó que hubo encuestas descartadas, que es uno de los principales reclamos de quienes dudan del proceso, pero señaló que todas están grabadas en “archivos inmodificables”. Por tanto, manifestaron que los representantes que autorice cada precandidato podrán tener acceso a dichas encuestas.
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“El informe preliminar indica que el número de encuestas descartadas por proceso de calidad interno de las encuestadoras es bajo, no produciría ningún cambio en el resultado”, agregó la colectividad, al anunciar que publicarán los resultados una vez concluya la auditoría y la revisión por parte de los delegados de los precandidatos.
El cuento sobre la división en el CD empezó el mismo lunes que fue electo Zuluaga. Horas después de conocerse el resultado, cientos de militantes uribistas se dieron cita en un Twitter Space (un diálogo en vivo, vía audio, en esa red social) que duró varias horas. Allí fue evidente el descontento de muchos por la unción de Zuluaga como su representante en la carrera hacia la Casa de Nariño. Es más, muchos llegaron a mencionar que hubo manipulación de los resultados.
Las acusaciones, que no eran más que opiniones porque no se soportaron en evidencias, se basaron en que tanto en los sondeos previos en redes sociales como en los foros que realizaron los cinco precandidatos (Óscar Iván Zuluaga, María Fernanda Cabal, Paloma Valencia, Alirio Barrera y Rafael Nieto) se reflejaba un favoritismo por la senadora Cabal.
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Y es que, en últimas, la ficha presidencial del partido estaba entre Zuluaga o Cabal, por lo que para las bases del partido resultó cuando menos sorpresiva la elección del exministro de Hacienda, teniendo en cuenta el poco apoyo que tiene al interior de su propio partido, según mencionaron, a lo que se suma que ya tiene una derrota en las elecciones de 2014 contra el expresidente Juan Manuel Santos.
Las dudas crecieron con la decisión del partido de no revelar los datos de las encuestas. Para acallar los murmullos, el senador Ernesto Macías, quien tuvo algunos encontronazos con la senadora Cabal, solicitó la publicación de toda la información sobre el proceso de encuestas. Para ese momento ya había versiones de blogueros e influencers cercanos al uribismo que mencionaban que para el resultado solo se habrían tenido en cuenta 1.050 encuestas y que casi 5.000 habrían sido desechadas.
Para que los colombianos conozcan todo el proceso de selección de la candidatura presidencial del @CeDemocratico, solicito a las directivas del Partido hacer públicos oficialmente los resultados de las encuestas, las firmas que las realizaron y la auditoría que verificó.
— Ernesto Macías Tovar 🇨🇴 (@ernestomaciast) November 24, 2021
Las cifras que mencionaron los militantes que simpatizan con Cabal fueron las mismas que retomó la senadora al escribir un mensaje en redes sociales, en el que afirmó que hubo 3.000 encuestas que no fueron tenidas en cuenta. Eso terminó por avivar el fuego al interior del uribismo, al que también han contribuido políticos ajenos a la colectividad.
Por ejemplo, el senador Gustavo Bolívar (Colombia Humana), aseguró esta semana que, aunque nadie se imaginaba que defendería a Cabal, su percepción es que hubo trampa en la elección del candidato uribista. “En nuestras mediciones la candidata era Cabal. Si se hacen trampa entre ellos, imaginen el resto”, dijo el congresista, quien es uno de los alfiles más cercanos al Gustavo Petro.
Más allá de las polémicas en redes sociales, lo cierto es que en el uribismo se empiezan a ver las costuras y son varios los militantes que no vacilan en afirmar que en esta campaña no acompañar al partido, sino que van a esperar cómo transcurre la carrera presidencial para definir su apoyo.