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Hay quienes dicen que las elecciones a Congreso son algo así como la primera vuelta de las presidenciales. Una afirmación que esta vez cobra mayor relevancia cuando el Centro Democrático, el movimiento que lidera el expresidente Álvaro Uribe —hoy el más duro opositor del gobierno de Juan Manuel Santos— apuesta a convertirse en una fuerza protagonista para el cuatrienio 2014-2018, donde el Legislativo será sitio de discusión y refrendación de reformas fundamentales para el país y donde se definirán los verdaderos cimientos de la paz, ante un eventual acuerdo con las Farc en Cuba.
De la decisión que hoy tomen los ciudadanos en las urnas depende que el Congreso de la República —una institución que desde hace un buen tiempo arrastra las cadenas del desprestigio— vuelva a ser el escenario de los grandes debates nacionales y de construcción de una nueva Colombia. Quienes lleguen no podrán ser, de ninguna manera, inferiores a su compromiso con los electores. Cada partido plantea sus retos y metas de cara al pulso en las urnas, mientras los candidatos presidenciales hacen cuentas de sus bancadas y aliados.
Pero, además, el de hoy es un pulso electoral diferente. Si los pronósticos se cumplen, el nuevo Legislativo estará integrado por los líderes más importantes de las organizaciones partidistas en los últimos años: un expresidente que lidera la oposición al Gobierno, dos expresidentes de la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, excandidatos presidenciales, líderes de opinión y cívicos, académicos e intelectuales. Será el Congreso del posconflicto el que tendrá que establecer nuevas normas de convivencia que garanticen una paz estable y duradera, y el que algunos desde ya le atribuyen funciones de constituyente.
Partido Conservador
El desafío conservador consiste en conservar su fuerza política en el Congreso (22 senadores y 36 representantes). Sobre todo, en tiempos en que reconocen que no han sido tenidos en cuenta por el Gobierno y su maquinaria, y en que la irrupción del expresidente Álvaro Uribe podría significar un arrastre de votos conservadores en el país. Por lo pronto, su agenda no tiene muchas sorpresas. Seguirán defendiendo la propiedad rural y lo que llaman “el orden, la legalidad, la seguridad y la familia”. Y aunque nunca han ondeado la bandera medioambiental, quieren hacer un especial énfasis en ese tema ahora. En temas de paz podrían ser un dique, cuando advierten que no aceptarán que guerrilleros desmovilizados no paguen cárcel por sus delitos.
Cambio Radical
La dirección de Cambio Radical sostiene que están muy equivocados quienes creían que la colectividad perdería su personería jurídica en estas elecciones. El partido, que forma parte de la Unidad Nacional, pasó en seis años de tener 15 senadores a 7. Sin embargo, el reciente nombramiento de Germán Vargas Lleras como fórmula vicepresidencial del presidente candidato le dio un renovado impulso, al punto de que los más optimistas de la dirección creen que sacarán al menos 8 senadores. Esto más allá de las críticas de quienes señalaron que Vargas Lleras ha promovido todo este tiempo al partido desde la trinchera de la Fundación Buen Gobierno.
Partido de la U
Como parte de la Unidad Nacional, el Partido de la U es la fuerza mayoritaria en el Congreso, con 76 curules (28 senadores y 48 representantes). Y aunque espera mantenerse, hay quienes le auguran una reducción sensible. Su principal elector en las elecciones de 2010, el senador Juan Lozano, no aspira a reelegirse, y la llegada de la lista del Centro Democrático podría quitarle votos. Sin embargo, se diferencia en que respalda el proceso de paz, tanto como al presidente Juan Manuel Santos. Sus candidatos invitan a que quienes se identifiquen con el centro voten por la U, que llaman el partido de la paz.
Partido Liberal
Ser la primera fuerza política de la Unidad Nacional y por ende la mayor bancada del Congreso. Ese es el reto político que se trazó el Partido Liberal en estas elecciones, y que hoy, gozando de las mieles del amor con el Gobierno, no está muy lejos. Dentro de sus cálculos políticos creen que, aunque el expresidente Álvaro Uribe puede arrastrar más senadores con su lista cerrada, van a arrasar en la Cámara de Representantes, con al menos una cuarta parte de esta corporación (42 representantes). Actualmente tienen 17 senadores y 38 representantes, que sumaron 1’700.000 votos en 2010, cuando el uribismo estaba en el poder y el liberalismo en la oposición. En cuanto a temas de agenda, tienen claro que van a defender el proceso de paz y su implementación. Y lo que han llamado “costo país”, que consiste en sacar adelante iniciativas que les mejore el bolsillo a los colombianos. Control a cerca de mil medicamentos más, bajar el precio de la gasolina y un mínimo vital en servicios públicos de estratos 1 y 2 son algunas de estas propuestas.
Uribismo
El principal reto del uribismo, a través del Centro Democrático, en estas elecciones al Congreso sin duda es recuperar el poder político perdido, luego de distanciarse del proyecto del presidente Juan Manuel Santos. Sobre todo, teniendo en cuenta que durante ocho años de gobierno del expresidente Álvaro Uribe tuvieron la decisión sobre el gasto y presupuesto del Ejecutivo y hoy no tienen mayor influencia ni injerencia en estos temas. Por eso esperan conseguir una bancada fuerte que pueda ser decisiva y que estiman de 35 senadores.
En el Congreso esperan defender los tres huevitos de Uribe: “seguridad democrática, cohesión social y confianza inversionista”. Frente al proceso de paz con las Farc está claro que serán una talanquera, sobre todo frente a la reglamentación del marco para la paz, y que tienen fuertes inamovibles, como que ningún desmovilizado de las Farc pueda participar en política si ha cometido delitos graves.
Unión Patriótica
Después de que el Consejo de Estado recientemente les devolvió su personería jurídica, tras el exterminio a sus miembros, la Unión Patriótica se enfrenta a la necesidad de sobrevivir políticamente, esta vez no capoteando disparos sino superando el umbral. Se inscribió a listas a la Cámara en 15 departamentos y esa es su principal fuerza. A Senado se aliaron con la Alianza Verde para presentar listas unitarias, sobre la base de la solución política como eje principal y reformas de inclusión social. La misma propuesta que impulsaron cuando nacieron en 1985, producto de un proceso de paz con la guerrilla. Para conservar este reconocimiento de partido necesitan conseguir casi medio millón de votos después de décadas de inactividad electoral.
Polo Democrático
Luego de ser un partido con vocación de poder, hoy una de las principales preocupaciones del Polo Democrático consiste en superar el umbral. Sin embargo, desde la oposición al Gobierno, esperan mantener su fuerza representada en 8 senadores y 5 representantes. Al Senado tienen fichas claves como el senador Jorge Enrique Robledo, un candidato de controles políticos y votos en todo el país, e Iván Cepeda, quien salta de la Cámara como una voz autorizada para hablar de víctimas en un Congreso que espera ser el que implemente las iniciativas que resulten del acuerdo de paz entre el Gobierno y las Farc. Aunque desde su dirección sostienen que buscan ser una gran convergencia de sectores sociales y políticos alternativos “con miras a concretar una nueva gran mayoría”, no pudieron hacer una alianza para estos comicios con otros partidos y movimientos de izquierda.