Un renovado respaldo a la paz

El presidente Juan Manuel Santos se salió con la suya en el encuentro oficial que tuvo ayer con su homólogo estadounidense, Barack Obama: el mandatario del país más poderoso del mundo reiteró públicamente su apoyo al proceso de paz que se adelanta con las Farc en La Habana (Cuba) y reafirmó su compromiso económico con Colombia.

Al término del encuentro diplomático, en una pequeña sala del despacho Oval de la Casa Blanca, Santos y Obama dieron ante la prensa algunos detalles de su conversación, donde resaltaron el proceso de negociación con la guerrilla y la cooperación mutua en temas de seguridad y educación. Temas que quedaron consignados en el pliego de compromisos que firmaron, que incluye acuerdos también en innovación, ciencia, medio ambiente, minería ilegal, tecnología y educación.

En dicho documento quedó la firma de Obama y su apoyo firme a la intención de Colombia de buscar “una paz duradera, incluso a través de las conversaciones de paz, con el fin de que los colombianos logren la paz con seguridad y prosperidad”.

Con este renovado espíritu se establecieron una serie de compromisos entre Estados Unidos y Colombia. Tal y como lo anticipó El Espectador, ante la petición del Gobierno colombiano, Estados Unidos se comprometió con ayuda para la restitución de tierras y el desarrollo rural. Esto se reflejó en el anuncio de la Agencia de Cooperación de Estados Unidos de la asignación de US$68 millones para la restitución de tierras a las víctimas del conflicto, la emisión de títulos de propiedad y la generación de oportunidades para la vida en el campo. También se refrescó la alianza entre los dos países en la defensa del Estado de derecho, la protección de los derechos humanos y el desminado humanitario.

Durante su visita a Washington, en la Sesión Protocolaria de la Organización de Estados Americanos (OEA), Santos también se jugó una carta que ya había mostrado ante la Asamblea de Naciones Unidas, en septiembre pasado. Le pidió a la OEA que considere a Colombia como un país en conflicto. Una petición clave para el futuro de las negociaciones de paz. “Es necesario que el Sistema Interamericano aborde el caso colombiano desde la perspectiva de un país en conflicto armado que está buscando terminar ese estado para iniciar una fase de transición”, señaló el mandatario. Es decir, que las graves violaciones de derechos humanos deben ser abordadas a través de lo que Santos ha llamado una “estrategia integral de justicia transicional”.

Con varios logros diplomáticos en el bolsillo y una renovada cooperación internacional en la búsqueda de un acuerdo político con las guerrillas que termine un conflicto armado de 50 años, el jefe de Estado llegará esta noche a Bogotá. Ante los periodistas, Santos enfatizó que la relación bilateral en general “está en su mejor momento en muchísimo tiempo” y que la agenda de trabajo va más allá de la seguridad, el narcotráfico y los derechos humanos, asuntos dominantes durante años. Y aunque en su correría en Estados Unidos no habló públicamente de su intención de reelegirse, es claro también que fue un tema ineludible de su visita, al menos en las charlas privadas que tuvo, incluyendo la de Obama. Con un resultado claro: el candidato presidente recibió un espaldarazo.

nherrera@elespectador.com

@Natal1aH

El presidente Juan Manuel Santos se salió con la suya en el encuentro oficial que tuvo ayer con su homólogo estadounidense, Barack Obama: el mandatario del país más poderoso del mundo reiteró públicamente su apoyo al proceso de paz que se adelanta con las Farc en La Habana (Cuba) y reafirmó su compromiso económico con Colombia.

Al término del encuentro diplomático, en una pequeña sala del despacho Oval de la Casa Blanca, Santos y Obama dieron ante la prensa algunos detalles de su conversación, donde resaltaron el proceso de negociación con la guerrilla y la cooperación mutua en temas de seguridad y educación. Temas que quedaron consignados en el pliego de compromisos que firmaron, que incluye acuerdos también en innovación, ciencia, medio ambiente, minería ilegal, tecnología y educación.

En dicho documento quedó la firma de Obama y su apoyo firme a la intención de Colombia de buscar “una paz duradera, incluso a través de las conversaciones de paz, con el fin de que los colombianos logren la paz con seguridad y prosperidad”.

Con este renovado espíritu se establecieron una serie de compromisos entre Estados Unidos y Colombia. Tal y como lo anticipó El Espectador, ante la petición del Gobierno colombiano, Estados Unidos se comprometió con ayuda para la restitución de tierras y el desarrollo rural. Esto se reflejó en el anuncio de la Agencia de Cooperación de Estados Unidos de la asignación de US$68 millones para la restitución de tierras a las víctimas del conflicto, la emisión de títulos de propiedad y la generación de oportunidades para la vida en el campo. También se refrescó la alianza entre los dos países en la defensa del Estado de derecho, la protección de los derechos humanos y el desminado humanitario.

Durante su visita a Washington, en la Sesión Protocolaria de la Organización de Estados Americanos (OEA), Santos también se jugó una carta que ya había mostrado ante la Asamblea de Naciones Unidas, en septiembre pasado. Le pidió a la OEA que considere a Colombia como un país en conflicto. Una petición clave para el futuro de las negociaciones de paz. “Es necesario que el Sistema Interamericano aborde el caso colombiano desde la perspectiva de un país en conflicto armado que está buscando terminar ese estado para iniciar una fase de transición”, señaló el mandatario. Es decir, que las graves violaciones de derechos humanos deben ser abordadas a través de lo que Santos ha llamado una “estrategia integral de justicia transicional”.

Con varios logros diplomáticos en el bolsillo y una renovada cooperación internacional en la búsqueda de un acuerdo político con las guerrillas que termine un conflicto armado de 50 años, el jefe de Estado llegará esta noche a Bogotá. Ante los periodistas, Santos enfatizó que la relación bilateral en general “está en su mejor momento en muchísimo tiempo” y que la agenda de trabajo va más allá de la seguridad, el narcotráfico y los derechos humanos, asuntos dominantes durante años. Y aunque en su correría en Estados Unidos no habló públicamente de su intención de reelegirse, es claro también que fue un tema ineludible de su visita, al menos en las charlas privadas que tuvo, incluyendo la de Obama. Con un resultado claro: el candidato presidente recibió un espaldarazo.

nherrera@elespectador.com

@Natal1aH