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Una perspectiva distinta de la paz

El discípulo de yoga de Sri Sri Ravi Shankar asegura que este líder espiritual indio influyó en las Farc para que decretaran el cese unilateral. El mensaje: “Cuando uno asume una actitud de no violencia, la contraparte, sea quien sea, tiene que respetar esa decisión”.

Camila Zuluaga

13 de julio de 2015 - 03:30 p. m.
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El representante a la Cámara Juan Carlos Losada es discípulo de yoga de Sri Sri Ravi Shankar, el líder espiritual indio que visitó Colombia hace unos días y que la semana pasada reveló haber tenido una reunión en La Habana con Iván Márquez, en la cual le habló de la importancia del cese unilateral. El Espectador conversó con el congresista para conocer detalles de la reunión de su mentor de yoga y meditación con los negociadores de la guerrilla en Cuba. Pero igualmente para entender una perspectiva distinta de la paz, la que se da desde la espiritualidad.

¿Por qué vino el líder espiritual indio Sri Sri Ravi Shankar a Colombia?

Vino hace quince años, estuvo una noche haciendo escala, y desde ese momento los integrantes de la fundación El Arte de Vivir estaban esperando que volviera. En un viaje que hice en enero a la India, a un curso de meditación, le dije que era importante su visita este año a Colombia, por el momento histórico, porque el país necesitaba escuchar su mensaje de reconciliación y de no violencia, y él aceptó.

¿Cómo se cuadró la reunión con el presidente Santos?

Cuando la fundación empezó a organizar su visita, se dio la oportunidad de que pudiera hablar con el presidente de la República, porque uno de los alumnos de Sri Sri es muy amigo de la hija del presidente Santos, quien también practica yoga y meditación. Yo creo que ella le dijo a su papá que lo recibiera. Una vez el presidente aceptó reunirse con él, yo hablé un par de veces con Néstor Humberto Martínez, para que me ayudara a concretar la fecha del encuentro.

¿Cómo y por qué terminó Ravi Shankar reunido con “Iván Márquez” en Cuba?

Según entiendo, un día en India él dijo que Colombia era el país con más estrés en el mundo y que teníamos que trabajar urgentemente por un país libre de violencia y estrés. Y unos meses después de que lo visité y le pedí que viniera, un instructor de Colombia estuvo con él en Canadá y le dijo que sería muy importante que pudiera reunirse con las Farc, y creo que fue Ravi Shankar quien consiguió la manera de llegar a Iván Márquez.

La semana pasada Ravi Shankar anunció que, debido a su reunión con las Farc, éstas decidieron decretar el cese unilateral. ¿Por qué creer que fue debido a él?

No es una locura pensar que su visita jugó un papel muy importante en la decisión por parte de las Farc. Ravi Shankar no es muy conocido en Colombia, pero en el mundo ha mediado en importantes conflictos de Asia, así como ha sido moderador durante cinco años del conflicto entre Israel y Palestina. Tiene una experiencia muy grande en negociaciones y, de hecho, creería que si se le preguntara a las Farc sobre su influencia en la decisión responderían que tuvo mucho que ver.

Muchos sectores intentaron convencer a las Farc de decretar el cese unilateral. ¿Por qué lo habría logrado Ravi Shankar?

Hay un dicho en la India: “Así como hay que darle tiempo a los frutos para que estén maduros, también es el tiempo el que se come los frutos”. Él les dijo que si no aceleraban el proceso ahora, el tiempo se comería los frutos. Además de manifestarles que cuando uno asume una actitud de no violencia, la contraparte, sea quien sea, tiene que respetar esa decisión.

Uno creería que los integrantes de las Farc son muy escépticos a lo que promulga un líder espiritual como Ravi Shankar. ¿Cómo fue esa primera reunión?

Los maestros de yoga presentes nos dijeron que las Farc llegaron con mucho escepticismo, pero de repente, al final de la primera sesión de las tres que tuvieron, muchos de ellos salieron abrazándolo y diciéndole: “Maestro, le pedimos que no nos abandone en este proceso. Necesitamos una ayuda de su parte, porque esto ha sido muy difícil para nosotros”.

¿Cuántas veces se vieron?

Después de terminar la primera sesión con ellos, él los invitó esa misma noche a practicar yoga en la sede de la embajada de India, y fueron todos, incluido Iván Márquez. Igualmente, cuando Ravi Shankar estuvo dictando una conferencia en la Universidad de La Habana, allá estuvo todo el secretariado de las Farc meditando con él, excepto Iván Márquez. La relación entre ellos fue muy fluida, tanto así que, según sus instructores, las Farc le pidieron seguir en comunicación con él.

¿Por qué practicar yoga ayudaría a la construcción de la paz que busca Colombia?

Porque la meditación y el yoga son una herramienta para vivir de manera experiencial la paz. La paz no puede ser simplemente una retórica, tiene que ser una experiencia. Aquellos que han logrado transformar una sociedad a través de la paz, como Mahatma Gandhi, la madre Teresa de Calcuta o Nelson Mandela, lo han hecho desde una experiencia propia de lo que quiere decir la paz.

Sí, pero ¿cómo le da el yoga paz interior a la gente?

La meditación y el yoga te permiten tener una experiencia de unidad; eso es lo que quiere decir yoga. Y esa unidad empieza cuando uno tiene esa experiencia adentro y se da cuenta de que las barreras y los juicios que tenemos con el afuera son solamente una cuestión que está en las impresiones de nuestra mente y, por lo tanto, ayuda al perdón y la reconciliación. Cuando una persona está establecida en su paz interior, no hay nada que la pueda sacar de su centro, por eso creo que alguien como Ravi Shankar, que vive desde el lugar donde su paz es inquebrantable, tiene las herramientas para enseñar a los demás a vivir desde ese lugar.

¿Eso le ha ayudado a usted en el Congreso?

Me ha ayudado mucho, me ha ayudado a darme cuenta de que el Congreso no es una cuestión de buenos o malos, sino de cómo vamos a avanzar todos juntos, a pesar de los errores, hacia la construcción de un país distinto. Mientras sigamos juzgándonos desde esa perspectiva de buenos y malos, corruptos y limpios, o todas las categorías que ha creado la sociedad para definirnos los unos a los otros, no vamos a llegar a ningún lado.

¿O sea que no se pone bravo con nada?

Una cosa es mostrar enojo y otra cosa es sentir enojo. Yo he tenido a veces que poner cara de bravo en el Congreso, porque también tengo que hablar en el lenguaje que ahí se habla o, si no, no me tendrían en cuenta en absolutamente nada y sería un personaje irreal.

Se decía que el expresidente Uribe soportaba jornadas largas de trabajo porque hacía yoga todos los días. En relación a la filosofía del yoga de caminar juntos por un objetivo común, ¿no se ha intentado un acercamiento con Uribe para poder hacer esa reconciliación?

Yo he tenido muy pocas oportunidades de hablar con el expresidente Uribe. Un día fui a la comisión donde él está a invitarlo a que hiciera parte de la bancada animalista del Congreso y, para mi sorpresa, un escolta no me dejó hablar con él y Uribe me hablaba por encima del escolta. Eso me sorprendió muchísimo, porque al fin y al cabo él es un congresista como yo. No he tenido mayor relación con él. Me gustaría poder invitar a Uribe a que retome la meditación y el yoga porque me han dicho que los abandonó.

Ya me dijo por qué el yoga ayuda a los seres humanos, pero ¿por qué es útil que los políticos lo practiquen?

Hacer yoga le ayuda a uno a hacer una introspección y a ver cuáles han sido sus fallas, a tener tanta sinceridad con uno mismo como para aceptar sus errores. Esto le podría ayudar mucho a la clase política.

Y entonces, ¿cómo le ha ido invitando a sus compañeros del Congreso a las sesiones de yoga?

Ha sido muy interesante, porque creo que al principio muchos de ellos lo hicieron como una muestra de compromiso y amistad conmigo, pero creo que la experiencia que han tenido ha hecho que, cada vez que organizo una sesión de yoga, lleguen los que ya tuvieron la experiencia. Creo que vamos a tener que hacer sesiones más seguidas, para poder establecer una especie de rutina. Cada vez hay más personas que se acercan a mí a preguntarme qué hago, pero no soy el único meditador en el Congreso. También está Rodrigo Lara, que hace meditación trascendental una vez el día, por ejemplo.

Entonces, después de todo lo que hemos hablado, podemos decir que la Iglesia católica no es la única que puede entrar a intermediar en las negociaciones de paz con las Farc. ¿También pueden hacerlo otras vertientes filosóficas y espirituales?

El trabajo que ha hecho la Iglesia católica de mediar en los procesos de paz es muy importante. Pero, así como ha habido una mundialización de la comida, donde si yo como pizza o espagueti no es que me haya vuelto italiano, no tenemos que volvernos hinduistas por meditar y por hacer prácticas de yoga y meditación. ¿Por qué no incorporar nuevas visiones que puedan ayudar a hacer este proceso mucho más innovador y puedan darles soluciones a problemas específicos en la mesa de negociación? Yo creo que, para los que nos crean que Ravi Shankar tuvo algo que ver con este cese del fuego, hay nuevos caminos que explorar y definitivamente todo el mundo tiene su granito de arena que aportar.

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Por Camila Zuluaga

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