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La reunión del presidente Gustavo Petro con las bancadas del Partido Comunes y los integrantes de las curules de paz, prevista para las 7:00 p. m. de este viernes, tendrá que esperar, así como el resto de compromisos que tenía el mandatario en su agenda privada. Una vez más, el mandatario tuvo que cancelar sus reuniones debido a problemas de salud, de los que poco se hablaba de forma oficial.
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Es el segundo día consecutivo que el presidente Petro debe cancelar su agenda, al parecer por recomendación médica, pues desde la Casa de Nariño solo hasta pasadas las 4:00 p.m. se hizo una comunicación oficial sobre las razones que han llevado a cancelar sus compromisos.
“Luego de ser examinado por su médico personal, el doctor Jairo H. Roa Buitrago, el galeno certificó que el Presidente Gustavo Petro presenta “bronquitis aguda no obstructiva”. Se mantiene con tratamiento ambulatorio”, anunciaron desde Presidencia sobre el estado de salud del mandatario, a quien le recomendaron “evitar los cambios de temperatura y hablar en público de manera prolongada”.
Debido a esa inflamación, el jueves de esta semana también se aplazó su asistencia a la inauguración del 21° del Congreso Nacional Cooperativo de la Confederación de Cooperativas de Colombia, en Cartagena, algo que generó malestar entre algunos ejecutivos que aguardaban por la presencia del mandatario.
De forma extraoficial se habló mucho de un cuadro gripal tras varios cambios de clima, lo que derivó en problemas con sus cuerdas vocales y a su vez en una disfonía. Lo cierto es que no es la primera ni la segunda vez que Petro debe mover su agenda debido a quebrantos de salud, algo que empieza a generar runrún entre varios congresistas. Vale recordar que diez días después de su posesión como presidente, el mandatario no asistió a la ceremonia de reconocimiento que le iban a hacer las Fuerzas Militares.
En ese entonces, Petro adujo un “profundo dolor de estómago” para no haber asistido a la, hasta ese momento, ceremonia más importante desde su posesión, algo que para muchos sectores políticos y de opinión pública fue casi como un “desplante” a las tropas.