La fría ciudad de Davos, en Suiza, se había convertido en el destino internacional con el que el presidente Gustavo Petro iniciaba el año. La razón no era otra que la oportunidad de reunirse con las elites políticas y económicas que asisten al Foro Económico Mundial para hablar de los diferentes retos que enfrenta el planeta; entre estos las guerras y la crisis climática, temas casi siempre presentes en la agenda del jefe de Estado.
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En 2023, Petro asistió por primera vez a Davos e intentó darle eco a su propuesta de canjear deuda por acción climática, la cual también promovió en su visita del 2024. Y aunque muchos en la Casa de Nariño ya estaban preparando el viaje de 2025, pues el foro arranca este lunes 20 de enero, la semana pasada el mandatario decidió no empacar maletas y lo anunció ante todos sus altos funcionarios como muestra de los recortes y apuestas de austeridad que tendrán que implementar para sortear un año que inició con un hueco fiscal de $12 billones.
Si bien en términos macroeconómicos una medida de estas parece no tener un impacto notable, el Ejecutivo ya tiene el borrador de un plan que contiene muchos recortes de ese estilo y con los cuales busca ahorrarse al menos $5 billones en la vigencia. Los gastos en viajes, sin embargo, merecen un capítulo aparte, pues de hecho ese ha sido uno de los caballitos de batalla más utilizados por la oposición para tachar al Gobierno de supuestamente malgastar recursos.
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Lo cierto es que el presidente Gustavo Petro ha sido uno de los más viajeros. Mientras su antecesor, Iván Duque, realizó cerca de 47 visitas al exterior durante todo su cuatrienio —cabe aclarar que en 2020 tuvo un parón de varios meses por la pandemia—, el actual mandatario ha hecho 51 en dos años y medio. Tan solo en 2024 acumuló 42 días fuera del país; en posesiones de homólogos, cumbres de alto nivel, reuniones con empresarios y hasta dos bilaterales con Nicolás Maduro y la inauguración de los Juegos Olímpicos de París.
En total, en los dos años, cinco meses y 13 días que lleva en el poder, Petro ha salido 43 veces del país, para realizar 51 viajes en los que ha visitado 25 países en cuatro continentes. Su destino principal ha sido Estados Unidos, a donde ha ido siete veces; seguido por Venezuela y Brasil, con cinco visitas; y después Francia y México, cada uno con cuatro.
El Espectador, a través de mecanismos legales, accedió a todos los costos relacionados con cada uno de los viajes, lo que incluye la inversión en transporte y los gastos del mandatario en alojamiento y alimentación. La Presidencia aclaró que en ningún caso Petro ha tocado ese dinero, pues es el jefe de la Casa Militar el que solicita y administra los recursos necesarios.
La Casa de Nariño, para cubrir los tres rubros mencionados, destinó US$1.787.000, lo que en pesos, según la TRM actual, serían unos $7.700 millones. Por dar un ejemplo, en un viaje al Foro Económico Mundial, como el que acaba de cancelar, y en el que usualmente se aprovecha para visitar otros países cercanos, el gastó promedio es de unos $500 millones. Cabe recordar que la última visita a Davos también fue polémica por la inversión extra de $4.500 millones para el alquiler de una casa para promocionar a Colombia. En ese momento, el Gobierno respondió que se trató de un rubro que generó “posibilidades de inversión” de hasta US$256 millones.
De los $7.700 millones, cerca del 96 % corresponde al transporte. En las cuentas no se incluyen las últimas cuatro visitas de Petro (Brasil, Uruguay, Ecuador y México), pues para el momento de la respuesta al derecho de petición los datos de la caja menor de viáticos y gastos de viajes al exterior de la Presidencia estaba actualizada hasta el 6 de noviembre de 2024.
Así mismo, en la cifra tampoco se reflejan los gastos de otras personas que integran las comitivas, entre ellas ministros y personal de seguridad. Sin embargo, este diario conoció el valor de los viáticos asignados a una de las funcionarias que más ha viajado con Petro, Laura Sarabia, directora del Dapre y jefa de Gabinete. Sarabia ha acompañado al mandatario en 26 comisiones al exterior, en las cuales ha recibido US$32.188, que al cambio actual son cerca de $140 millones.
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Para algunas figuras de la oposición, los números son muy altos, razón por la cual hablan de “derroche”. La senadora María Fernanda Cabal, del Centro Democrático, aseguró que los costos y el impacto ambiental de los viajes se contradicen con los discursos del mandatario, que habla constantemente de la falta de recursos para sus programas de inversión y de la lucha contra el cambio climático.
“Un vuelo intercontinental puede generar entre 1 y 3 toneladas de CO₂ por pasajero (...) desde el 7 de agosto de 2022, el socialista que se dice defensor del medio ambiente ha generado un impacto ambiental de 14.806.545 kilogramos de CO₂″, según las cuentas de Cabal, quien además, a finales del año anterior, cuestionó la efectividad de las giras. “¿Cuál es el resultado de los paseos de Petro?”, preguntó.
Las visitas al extranjero de la vicepresidenta Francia Márquez también han estado bajo la lupa. Según información obtenida por este medio, la ministra de Igualdad ha estado en 21 comisiones internacionales desde agosto de 2022, las cuales han costado cerca de $115 millones.
Por otra parte, los contradictores de la administración también critican los gastos en viajes nacionales. Sobre estos, cabe anotar que, según datos oficiales, el presidente Petro ha hecho más de 140 en dos años y medio, con un costo total de $32 millones solo en alimentación y hospedaje para él. Sarabia ha estado en 74 de estos y ha recibido $65 millones en viáticos.
Ante la controversia y debido al mencionado hueco fiscal en el presupuesto de 2025 —solo hay $511 de los 523 billones que se necesitan—, desde la Presidencia insisten en que esos gastos van a bajar. En la resolución que desagrega los recursos de funcionamiento de la entidad hay reservados, a falta de un anunciado recorte, unos $7.026 millones para pagar los viáticos de los funcionarios en comisión.
La directora del Dapre anunció a finales del año pasado que bajó del 90 % al 75 % la asignación de viáticos, en lo que, según explicó, es una instrucción del presidente para hacer más eficiente el gasto. “Este paso no solo refleja nuestra determinación de garantizar la sostenibilidad fiscal, sino que también envía un mensaje claro sobre la importancia de priorizar el gasto en sectores estratégicos para el desarrollo social y económico del país”, dijo.
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De acuerdo con la misma entidad, en los últimos meses se ha logrado una reducción del 30 % en gastos logísticos, 25 % en contratos de víveres y se esperan otros ajustes de austeridad. Tanto la Presidencia como los demás despachos del Ejecutivo deberán recortar en esos aspectos, así como en eventos —Petro y su vicepresidenta Francia Márquez han encabezado más de 400 “plazoletazos” que han costado $35.000 millones—, publicidad, contratación bajo la modalidad de prestación de servicios, entre otros rubros.
Tras los anuncios de apretarse el cinturón y de cancelar viajes como el de Davos, habrá que esperar si lo mismo ocurrirá con otras citas frecuentes del mandatario, como la Asamblea de Naciones Unidas en Nueva York o la COP30, que este año se llevará a cabo en Belém (Brasil). A la pasada, realizada en Azerbaiyán, Petro no asistió por la emergencia de lluvias que registró el país en noviembre.
Lo cierto es que la agenda de Petro requiere el respaldo internacional, como en el caso de la política de paz total, hoy en cuidados intensivos y observada de cerca por la comunidad internacional. Sin embargo, los problemas de caja son cada vez más evidentes y lo más probable es que la oposición intente sacar rédito de cualquier gasto extra o paso en falso del Ejecutivo. Así las cosas, desde Palacio confirman que 2025 será un año de mucho cuidado con las finanzas y de volver a los viajes por región, que además serán la antesala para mostrar la ejecución que será clave para las próximas elecciones legislativas y presidenciales.
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Por David Efrén Ortega
