Impacto mujer
Dejando huella

Marea Púrpura: cerrando brechas entre las niñas y la política

A pesar de que en Colombia hay cada vez un mayor porcentaje de mujeres en política, aún no se ha logrado paridad. Por eso, la oenegé Civix ha creado programas para cambiar la cultura política desde temprana edad.

José David Escobar Franco
29 de abril de 2023 - 02:00 a. m.
Marea Púrpura: cerrando brechas entre las niñas y la política
Foto: Eder Rodríguez

Yuranny reside en el barrio Nuevo Jerusalén, en la Comuna Doce de Octubre, en Medellín. Vive con su padre y su hermano, ambos personas con discapacidad, y le apuesta a la participación política en sentido amplio. Xiomara Antonella, una mujer empática, decidida e independiente, lleva tatuajes y un lado de la cabeza rapado, usa traje con corbata y tacones. A Miranda, lideresa afro del Putumayo con cabello trenzado, exdiplomática, excongresista, proaborto, quien practica deportes extremos, le preocupa el medio ambiente y es una mujer lesbiana madre de hijos adoptados. Danna es una pelirroja feminista llena de amor propio, revolucionaria, ambientalista y psicóloga. Ellas son las candidatas presidenciales ideales de las chicas que participan en Marea Púrpura, un programa de formación en liderazgo político del que, a la fecha, han hecho parte más de 500 niñas y adolescentes de Colombia.

Romper techos de cristal, tener más referentes mujeres, descentralizar el Estado y obtener más representación son algunas de las expectativas que niñas y adolescentes de Medellín compartieron en el ejercicio. Para Camila Gil, la mujer inspiradora y periodista de El Colombiano que lideró el espacio, esto es muestra de una “nueva generación de mujeres jóvenes interesadas en política”.

Cada participante vive en una comuna distinta de Medellín y cada una viene de contextos muy diferentes. Sin embargo, este espacio de encuentro les ha permitido encontrar que tienen cosas en común más profundas que la clase social.

Dos de las participantes son Laura y Daniela. Daniela es de tez blanca y acaba de cumplir 18 años. Vive en El Poblado, el barrio más costoso de Medellín. Laura es afrodescendiente, tiene 17 años y vive en el barrio La Aurora, una zona relativamente marginada al final del corregimiento de San Cristóbal, en Medellín. Cuando se presentaron la una a la otra en el salón del Centro de Innovación del Maestro - Mova, ambas pensaron que no serían amigas. Laura creía que una “riquita del Poblado” seguramente sería muy engreída. Daniela no sentía tener nada en común con Laura; de hecho, nunca tuvo compañeros afros en el elitista colegio privado donde estudió.

Sin embargo, en la primera actividad de Marea Púrpura se hicieron en grupo y, cuando les preguntaron qué es para ellas lo masculino, se dieron cuente de que se habían equivocado. Ambas han tenido experiencias similares con los chicos que les gustan. Coinciden en definir lo masculino como un ejercicio de fuerza y de impartir miedo, pero no solo hablan de eso. Daniela admira las trenzas de Laura. Laura, quien cuida mucho su cabello y le encanta que se lo halaguen, le cuenta su historia. “Rápidamente dejamos la pendejada, nos hicimos amigas y nos reíamos por todo”, cuenta Daniela.

Ellas han tenido este tipo de encuentros durante tres semanas y, simultáneamente, se lleva a cabo el mismo programa en Tumaco, Barranquilla, Bogotá y Bucaramanga. Lo organiza la oenegé canadiense Civix y el objetivo es “contribuir a cerrar las brechas de inequidad en participación, representación y liderazgo de las mujeres en la arena pública, para avanzar en la equidad de género en política desde las nuevas generaciones”.

Mediante juegos, charlas y espacios de encuentro, las adolescentes aprenden que la política es tan de ellas como de los hombres. Y cuando de política se trata, han identificado que también tienen otra cosa en común: barreras de género que se acentúan por factores como raza y clase social. Y aunque en Colombia es cada vez mayor el porcentaje de mujeres en política, no llega a ser paritario, como ha sucedido en otros países de la región: en Bolivia la participación de mujeres es del 55,6 %, en México del 49,2 % y en Argentina del 43,1 %, según datos de la Mesa de Género de la Cooperación Internacional. Esto es lo que busca cambiar el programa.

El Espectador entrevistó a Sandra Acero, gerente de programas de Civix en Colombia, con el fin de hablar de la estrategia de la organización para formar niñas en el mundo de la política.

¿Por qué es importante que los niños y niñas se interesen por la política?

Estamos convencidas de que el cambio de cultura política se tiene que hacer desde edades tempranas. No hay que esperar a que uno cumpla 18 años de edad y tener una cédula para empezar a interesarse sobre el devenir de un país del cual es parte. Se aprende a liderar participando, no digo que desde un libro de texto o un computador no se aprenda, pero creo que estos son aprendizajes que hay que atravesar por el cuerpo y poner en contexto.

Muchas participantes de Marea Púrpura estarán en dos o tres años lanzándose a las elecciones de los consejos de juventud y van a estar representando las agendas no solamente de las mujeres, sino también de los jóvenes.

¿Cuáles barreras han identificado que afecten de manera diferencial a las mujeres para acceder a puestos de liderazgo?

En primer lugar, existen estereotipos de género arraigados que se relacionan con los roles tradicionales de género. En segundo lugar, la carga de las labores del cuidado y las responsabilidades domésticas son muy fuertes y representan una barrera significativa para las mujeres. En tercer lugar, la falta de referentes femeninos en los espacios de liderazgo dificulta que las mujeres se imaginen a sí mismas en esos roles. Por último, en una investigación realizada en 2000 y 2021 para conocer las percepciones de las mujeres jóvenes acerca de sus vidas, se identificó un cuarto factor: la falta de oportunidades para las mujeres en la arena pública y política. Es importante destacar que estos cuatro factores se interrelacionan y afectan a las mujeres de manera desproporcionada en función de su situación socioeconómica, raza, etnia y otros factores interseccionales.

¿Por qué surgió Marea Púrpura?

Primero hay que entender la misión de Civix: transformar la cultura política de los jóvenes mediante procesos de formación que van más allá de la simple votación. Tenemos varios programas como Voto Estudiantil, donde ofrecemos materiales a los profesores de colegio para que utilicen las elecciones como una excusa para fomentar la democracia y la participación ciudadana entre los estudiantes, culminando en una simulación electoral.

En 2021, Civix creó Marea Púrpura, un programa que se enfoca en cerrar la brecha de género en la participación de las mujeres en el espacio público y político en Colombia. Aunque existen acciones afirmativas como la ley de cuotas desde hace más de 20 años, Civix considera que estas medidas no son suficientes para garantizar la paridad de género. Por lo tanto, decidieron trabajar con mujeres jóvenes entre 14 y 18 años con el objetivo de fortalecer sus habilidades y confianza en sí mismas para ejercer roles de liderazgo y representación en sus comunidades, para que en el futuro ocupen espacios de representación en la esfera pública y política.

Civix tiene enfoque de género en todos sus programas. Hay pocos programas dirigidos a mujeres jóvenes en Colombia que busquen trabajar en este ámbito, por lo que Marea Púrpura llena esta necesidad al trabajar con mujeres jóvenes que están en colegios o forman parte de un colectivo u organización juvenil comprometida con la transformación social.

¿Qué impacto ha tenido Marea Púrpura en las participantes?

El programa Marea Púrpura ha tenido un impacto significativo en la promoción del liderazgo femenino y la creación de redes de solidaridad entre mujeres. Hemos alcanzado a más de 520 mujeres en 10 ciudades del país. Una de las principales contribuciones ha sido mejorar la autopercepción de las mujeres respecto a sus habilidades para liderar y hablar en público. Además, invitamos a los talleres a mujeres inspiradoras que ocupan cargos de liderazgo y son habitantes de la región donde se hace el programa. Esto ha sido un factor clave para motivar a las mujeres jóvenes a ocupar espacios de liderazgo y representación.

Otro impacto importante del programa Marea Púrpura ha sido la creación de redes de solidaridad entre mujeres. Después de la formación, las mujeres han establecido redes de colaboración para llevar a cabo diversas iniciativas en sus comunidades. Aunque este impacto es difícil de cuantificar, hemos observado un aumento en la colaboración entre mujeres y una mayor conciencia de la importancia de trabajar juntas para lograr cambios positivos en sus comunidades.

¿Cómo han abordado las diferencias de clase social entre las participantes del programa?

Nos esforzamos por crear un entorno lo más heterogéneo posible, donde participen chicas de todos los estratos sociales, colegios públicos y privados, y que se identifiquen con diversas realidades, como la población LGBTIQ+, afrodescendiente e indígena. Eso es uno de nuestros criterios de selección además del interés por ser parte del programa. Uno de nuestros principios fundamentales es la inclusión y el reconocimiento de la diversidad, por lo que buscamos que las chicas salgan de sus “burbujas” cotidianas y se relacionen con personas de diferentes condiciones socioeconómicas. De esta forma, no solo se genera empatía, sino también un mayor compromiso con la igualdad y la justicia social.

Esta diversidad es confrontadora, ya que hablamos desde una perspectiva interseccional sobre los privilegios y opresiones que afectan a distintos grupos de mujeres. Reconocemos que, aunque todas enfrentamos barreras para acceder a la arena pública, algunas mujeres experimentan estas barreras de manera mucho más intensa debido a ciertas condiciones, como ser mujeres rurales, jóvenes, indígenas o afrodescendientes. En Marea Púrpura reflexionamos sobre estas desigualdades sociales y trabajamos juntas para cerrar la brecha de desigualdad.

Que haya más mujeres en política no garantiza que ellas quieran impulsar una agenda de género. ¿Ustedes han asumido una postura política? ¿Son feministas?

En nuestra organización tenemos un enfoque transversal de género, pero no nos llamamos feministas debido a las implicaciones políticas que esto conlleva. Pero, sin duda, las chicas que asisten a Marea Púrpura sí tienen una agenda política clara que trasciende el espectro de los partidos políticos.

Desde Marea Púrpura, nos enfocamos en hablar de las barreras que enfrentamos las mujeres para acceder a los espacios de participación y representación. Lo hacemos a través de ejercicios lúdicos en los que las chicas aprenden jugando. Por ejemplo, hablamos de estereotipos de género y los roles de género que se les atribuyen a las mujeres y hombres, desafiando las ideas preconcebidas de la sociedad. También abordamos temas como la economía del cuidado y las condiciones de las mujeres rurales, que limitan aún más sus posibilidades de acceso a la esfera pública y política.

Nuestra misión como Civix es ir más allá de la comprensión del género solo en términos de la participación de las mujeres. Por ello, también trabajamos en la representación de la población LGBTQ+ y en nuevas masculinidades, reconociendo que se necesita una transformación sistémica para lograr la equidad de género.

¿Cree que los jóvenes hoy tienen más o menos interés en política?

Hemos observado que hay un gran porcentaje de jóvenes que no se siente atraído por la política. En nuestro programa Voto Estudiantil, hemos notado esta apatía. Creemos que esto se debe a una falta de comprensión del lenguaje político y de conocimiento sobre las instituciones políticas, como el Congreso y los ministerios. Estas son cosas que no se discuten lo suficiente en las aulas de clase, por lo que muchos jóvenes terminan el colegio sin saber qué es un proyecto legislativo, por ejemplo.

Hay también una falta de credibilidad hacia la política debido a la naturalización de delitos electorales, la corrupción y el pago de favores políticos en Colombia. Esto hace que muchos jóvenes se sientan distantes de la política representativa. Además, los jóvenes sienten que sus necesidades no están incluidas en las agendas gubernamentales, lo que los hace sentir estigmatizados y marginados como actores fundamentales en la construcción de una ciudad y un Estado nacional.

Sin embargo, también hemos trabajado con jóvenes que reconocen su papel fundamental como agentes de cambio en la transformación de la cultura política del país. Estos jóvenes están cansados de las mismas prácticas y reconocen que el cambio comienza con ellos. Las jóvenes de Marea Púrpura empiezan a irradiar su mensaje a otros jóvenes en sus contextos más cercanos, como el colegio, los colectivos, los parches y el barrio. Comienzan a dinamizar e inspirar a otros jóvenes a entender que la política no solo se ejerce en el Congreso o la Casa de Nariño, sino que también se hace en acciones cotidianas, como interesarse por el bienestar de sus colegios, barrios y municipios. Al ponerse en acción, a veces logran generar cambios y transformar la cultura política en estas esferas de acción de los jóvenes.

¿Cuáles jóvenes se interesan más por la política: las mujeres o los hombres?

Lo respondo con un dato: incluso en los programas que tenemos para hombres y mujeres hay más participación de mujeres, usualmente son dos tercios y esto incluye estudiantes y docentes.

José David Escobar Franco

Por José David Escobar Franco

Periodista de investigación y asuntos internacionales. Internacionalista con énfasis en América Latina y el Caribe.@JoseD_Escobarjdescobar@elespectador.com

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