Pierce Brosnan es para muchos, junto a Sean Connery, el mejor James Bond que ha existido. El actor británico, que se hizo mundialmente famoso en la serie Temple de acero, también traducida como Remington Steele, no suele hablar mucho de su vida antes de convertirse en una estrella de la actuación.
Pierce Brosnan protagonizó Remington Steel en la década de los 80 y luego fue convocado para ser James Bond
Es por ello que sus seguidores desconocen la historia de sufrimiento y lucha que tiene el actor irlandés, nacido el 16 de mayo de 1953.
Sigue a la Revista Vea en WhatsAppLa dura niñez de Pierce Brosnan
Para comenzar hay que señalar que Pierce no tuvo la oportunidad de disfrutar de una familia estable o tradicional pues poco tiempo después de nacer, su padre lo abandonó. Cuando tenía 4 años, su crianza fue una tarea demasiado difícil para su madre, quien lo dejó al cuidado de sus abuelos maternos y se marchó a trabajar a Londres. A pesar de que ellos le brindaron amor, este no fue por mucho tiempo, ya que los abuelos fallecieron y el pequeño Pierce quedó al cuidado de una casa hogar.
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Cuando tenía 11 años su madre quiso reunirse con él y juntos empezaron a vivir en Escocia. Esta época, aunque tuvo alegrías para el niño, no fue muy plena, ya que en la nueva vida lidió con el hecho de no tener amigos en su nueva escuela y también conoció a un personaje que sería decisivo en su vida: su padrastro: William Carmichael.
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William marcaría a vida del actor, ya que lo llevó a ver la primera película de James Bond, Goldfinger, que inspiraría por siempre a Brosnan.
Pierce Brosnan sufrió de bullying en el colegio
En su nueva escuela al joven le costó hacer amigos y sufrió matoneo por su estatura (era demasiado alto para su edad), su acento irlandés y su forma de hablar. La situación afectó bastante su autoestima y su capacidad para socializar. Por aquel mismo tiempo decidió concentrarse en montar espectáculos como faquir come-fuegos en plena calle y luego se incorporó en los actos de un circo. Esto le permitió adquirir más seguridad en sí mismo, hacer algo que le gustaba y olvidarse un poco de la rudeza de su entorno académico.
Al graduarse, su talento le permitió ser aceptado en el Centro Dramático de Londres. Una vez terminó sus estudios actorales empezó el difícil proceso de casting que, a pesar de la presencia y el talento del irlandés, también le significó tiempo.
Había encontrado trabajo como asistente de un director de teatro cuando supo que el actor protagonista de la obra The red devil battery sign, de Tennessee Williams renunció y quiso presentarse.
Pierce recuerda que iba en el autobús que no avanzada y decidió bajarse y correr muchas cuadras para llegar a tiempo a la prueba que a la postre cambiaría su vida porque le permitiría empezar a ganar dinero como actor. La corrida por Londres valió la pena porque fue seleccionado. De ahí en adelante el camino de Brosnan fue más ligero que lo vivido. Para 1995 Pierce se reencontró con su padre a quien perdonó por el abandono.
La muerte también ha estado presente en la vida del actor. El gran amor de su vida fue su primera esposa Cassandra Harris, a quien conoció antes de alcanzar la fama. Cassandra y él residían junto a sus hijos en California cuando fue diagnosticada con cáncer de ovario. tras cuatro años de lidiar con la enfermedad ella murió en 1991 y el actor quedó sumido en una gran tristeza. Unos años después conocería de nuevo el amor y se casaría.
Otra muerte que lo impactó fue la de su hija Charlotte, quien falleció a los 41 años de la misma enfermedad de su madre. Como si esto no fuera suficiente Pierce despidió también a su mejor amiga y socia Beau St. Clair, quien también falleció por cáncer.