Camilo Cifuentes no solo es imitador y humorista, también es médico de profesión. En el medio artístico es conocido por su habilidad para imitar las voces y gestos de diferentes personalidades de Colombia y el mundo. Su talento lo ha llevado a participar en programas de televisión, teatro y espectáculos en vivo.
Sin embargo, detrás de su éxito hay una historia de superación, marcada por el bullying que sufrió en su infancia. En entrevista con Vea, reveló cómo, lejos de destruirlo, esa situación lo impulsó a desarrollar su talento y convertirse en una de las figuras más destacadas del humor en Colombia.
Sigue a la Revista Vea en WhatsApp-¿Por qué le hacían bullying a Camilo Cifuentes?
Desde niño, el actual entrenador de Yo me llamo fue blanco de burlas debido al tamaño de su boca. “A mí me molestaban por la boca grande, me decían ‘getón’, todos los apodos del mundo. Era terrible, yo me sentía terrible, yo sentía que no encajaba, eso era en el colegio, esa es una etapa muy frágil de uno como ser humano, porque uno quiere encajar, encontrar un grupo de amigos y sobresalir en algo”, aseguró.
El camino hacia la aceptación no fue fácil. Los apodos y las constantes burlas sobre esa parte de su cuerpo lo persiguieron durante años. “Cuando yo aprendí a aceptarme como soy, porque el máximo temor de uno es no encontrar pareja, y que no me besaran porque tenía la boca grande, me di cuenta que, gracias a mi boca, puedo hacer gestos, muecas y puedo imitar a mucha gente. Gracias a mi boca hoy vivo de ella”.
-¿Cómo superaste esa difícil etapa de tu vida?
“Alguna vez me medí la boca y les dije: ‘pues midámonosla todos’, y sí, la tenía más grande que todos, entonces eso fue peor para mí. En el taller descubrí que hay que aceptarse como es, no con los prototipos o estereotipos que te pone la sociedad y ahora más con las redes”.
Lo que comenzó como un “tormento”, se convirtió en su mayor bendición. “No fue una decisión, yo me di cuenta que hacía muecas y podía desplegar todos los músculos y me quedaba fácil hacerlo, eso generaba risa en los demás y eso, a su vez, aceptación. Cuando yo me di cuenta que era chistoso, que podía mamar gallo con eso, que podía imitar las caras y la expresión de los ojos, las cejas, la nariz y la boca y que eso generaba aceptación, por ahí me fui. Cada vez lo fui perfeccionando más, y ahí me di cuenta que podía hacer personas famosas, yo andaba todo el día haciendo muecas, imitando a personajes”, contó sobre sus comienzos como imitador.
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Aunque no fue fácil entenderlo, Camilo contó con el apoyo de su familia, quienes lo motivaron a ver el lado bueno de las cosas. “Yo lo guardé mucho tiempo para mí, a veces uno traga solo y eso es un gran error, uno tiene que compartirlo con la gente en la cual uno confía. Mi mamá es psicóloga infantil y cuando yo le conté, me ayudó demasiado, ella es la que ha hecho que yo sea el hombre que soy. Obviamente mi papá, pero uno con el papá tiene un poco más de temor, él siempre fue de diálogo, pero yo pensé que él podía enojarse o que podía llegar a burlarse y resulta que mi papá era igual de bocón, eso hace parte de genética”.
-¿Te siguen molestando por tener la boca grande?
“A estas alturas de la vida ya no me molestan con la intensidad y la intensión de ese momento, porque ya hemos madurado en muchos sentidos, pero todavía me dicen ‘getón’, pero no me duele, no me hace el daño que me hizo en ese momento porque ya me acepté, así soy y me encanta”.
Para quienes atraviesan situaciones similares, Cifuentes envió un mensaje esperanzador: “a los que se sienten feos, o menos que otros, o rezagados, les digo que realmente es amarse como uno es, y lo más importante es la esencia. En el colegio y en parte de la universidad no me gustaba yo como era y quería ser otro, y la vida me premió siendo muchos otros y cuando he estado en la piel de ellos, me doy cuenta que me hago cada vez yo.
Todos hemos sufrido de bullying, por alguna u otra razón. Uno sabe cuáles son sus debilidades y fortalezas, que tus debilidades se conviertan en fortalezas, cuando se logra traspasar ese plano de la debilidad que son inseguridades, falta de autoestima, de amor, de afecto y de confianza, uno debe confiárselo a alguien. Yo recibí amor de mi parte familiar y de mi primera novia, eso me generó seguridad, confianza en mí mismo. Encontré otras armas como el deporte, me destacaba ahí, también era buen bailarín, cantaba, aprendí a tocar un instrumento, podía conversar de lo que fuera porque leía mucho, tengo el don de ser chistoso, creo que uno puede buscar esas virtudes y se potencian”.
“Feos, el show, horripilantemente guapos”
Junto a José Manuel Ospina y Luis Carlos Fuquen, Camilo creó el espectáculo Feos, el show, horripilantemente guapos, que está basado en su experiencia escolar. El objetivo es demostrar que no solo los rostros perfectos tienen espacio en el mundo del entretenimiento.
“Lo más importante es que somos feos, por fuera, porque por dentro somos bellísimos, este show se trata de tres hombres que cuentan su historia de cómo han sufrido bullying, rechazos, cómo tienen baja autoestima, pero cuando encuentran su verdadera esencia, sus valores y sus principios, cuando se aman a sí mismos y aprenden a reírse de sus “defectos”, ya uno se quita un peso de encima y empieza a amarse”, afirmó.