Durante su participación en MasterChef Celebrity, la conocida actriz barranquillera Luly Bossa se permitió recordar a su hijo Ángelo, quien falleció el 9 de marzo de 2024, a los 22 años. Entre lágrimas, reveló que la razón de su regreso a la televisión fue precisamente su amor por él. “Mucha gente quería saber qué había pasado con mi vida después de que Ángelo se fue. Y pienso que esta es una manera de decirle a la gente, la vida sigue… Lo hice por mi hijo, pues a él le hubiese gustado poder verme en este programa.”
Este homenaje adquiere una dimensión aún más profunda si se tiene en cuenta el difícil camino que compartieron madre e hijo. Ángelo fue diagnosticado a los 10 años con distrofia muscular de Duchenne, una enfermedad genética progresiva que debilita los músculos voluntarios, especialmente de las piernas, el tórax y el corazón. Esta condición impidió progresivamente su movilidad y, aproximadamente a los 12 años, ya requería silla de ruedas.
Sigue a la Revista Vea en WhatsAppA lo largo de más de una década, Luly se dedicó por completo a su cuidado: pausó proyectos laborales, gestionó terapias, peleas jurídicas e incluso denunció la falta de suministro de medicamentos esenciales para su hijo. Pese al esfuerzo, la enfermedad avanzó sin freno. En sus últimos días, Ángelo —según relató Luly— “estaba bien y se me fue de repente… se atragantó con una flema” .
La relación entre ellos siempre fue profunda. Ángelo, amante del cine y de los animales, mantuvo una actitud valiente y creativa. Creó una carta para su madre horas antes de partir, en la que agradecía: “Gracias por luchar siempre por mí” . Este gesto marcó el corazón de quienes los seguían.
Hoy, más de un año después, Luly ha encontrado en el programa MasterChef un espacio para sanar y reavivar su vida, de la mano de la memoria de su hijo. Su mensaje, compartido con la valentía que la caracteriza, busca inspirar a quienes atraviesan el duelo.
“La vida sigue y hay que seguir”
Así, con cada plato que prepara, honra a Ángelo y reafirma que el amor materno puede convertirse en motor de reconstrucción personal, incluso ante los vacíos más profundos.
Ángelo tenía una enfermedad genética ligada al cromosoma X, que afecta principalmente a niños varones, y se caracteriza por degeneración muscular progresiva. Los primeros síntomas suelen aparecer en la primera infancia (antes de los 6 años) y avanzan hacia una pérdida de la capacidad de caminar hacia los 12 años, seguidos de complicaciones respiratorias y cardíacas .
No tiene cura, pero los tratamientos buscan mejorar la calidad de vida. En el caso de Ángelo, el cuadro se complicó tras una infección viral que resultó mortal.