El 21 de febrero de 1929, nació en Ciudad de México Roberto Gómez Bolaños, un niño que estaba destinado a convertirse en un ícono de la comedia en la televisión infantil latinoamericana. Y así fue, Chespirito, como es conocido a nivel mundial, logró ser un verdadero creador de mundos, un narrador de historias, y el arquitecto de las risas más genuinas de la infancia de muchas generaciones; y no era para menos, el arte siempre hizo parte de su historia. Francisco Gómez Linares, su padre, era pintor, dibujante e ilustrador y Elsa Bolaños Cacho Aguilar, su madre, era secretaria bilingüe y tenía grandes habilidades de redacción y traducción de textos.
Su propósito de vida era ser escritor, publicista, dibujante, compositor de música, actor, director y productor; sin embargo, antes de cumplir su gran sueño, fue boxeador principiante e incluso estudió Ingeniería Mecánica en la Universidad Nacional Autónoma de México, pero nunca se graduó. Aunque siempre fue un estudiante muy aplicado, su mente siempre estaba creando imaginarios con personajes entrañables y situaciones cómicas.

Chespirito. EFE/Roberto Escobar
Así fueron los inicios de Chespirito
Roberto Gómez Bolaños comenzó a escribir guiones publicitarios hasta que en 1950 logró hacerse un nombre en el mundo de la televisión mexicana. Gracias a su talento y creatividad para el humor blanco fue apodado como “Chespirito”, un nombre que aludía a su estatura, 1,61, y al diminutivo de “Shakespeare”, en honor a su capacidad de escribir con profundidad en formatos populares.
Inició como actor en “Dos criados malcriados”, en 1960, pero en la mayor parte de su tiempo se dedicaba a escribir para los dos programas de mayor audiencia en la televisión mexicana: “Cómicos y canciones” y “El estudio de Pedro Vargas”.
¿Cuáles fueron los personajes más recordados de Roberto Gómez Bolaños?
Roberto Gómez Bolaños destacaba por su increíble talento para crear personajes con los que cualquiera podía identificarse. Cada uno tenía su propia historia, su encanto particular y un mensaje significativo que compartir.
“El chapulín colorado”
En 1970 llegó la oportunidad de tener un programa propio. Fue entonces cuando nació “El chapulín colorado”, un superhéroe querido, pero torpe y miedoso, cuyas frases “¡No contaban con mi astucia!”, o “Síganme los buenos” se convirtieron en un fenómeno. Cada vez que se escuchaba en una pantalla “Más ágil que una tortuga, más fuerte que un ratón, más noble que una lechuga. ¡Su escudo es un corazón!”, se sabía cuál era el programa que estaba por comenzar.
“El Chavo del 8”
También creó “El Chavo del 8”, un niño huérfano e inocente que vivía en un barril dentro de una vecindad donde compartía con Quico, La Chilindrina, Don Ramón, Doña Florinda, La bruja del 71, el profesor Jirafales y el señor barriga, entre otras figuras que marcaron la infancia de muchos. Nunca se supo cuál era su nombre real, pues cada vez que lo iba a revelar, alguien lo interrumpía.
"El Doctor Chapatín"
También incursionó con nuevos personajes e historias. "El Doctor Chapatín" fue un médico anciano, malhumorado y con un misterioso bolso de papel que usaba para golpear a quienes lo ofendían. Con sus frases nerviosas y respuestas llenas de sarcasmo, ofrecía una crítica sutil al sistema médico, a la burocracia y a los estereotipos de poder.
“Chaparrón Bonaparte”
Fue uno de los protagonistas del sketch “Los Chifladitos”, junto a Lucas Tañeda, interpretado por Rubén Aguirre. El personaje que encarnaba Roberto Gómez Bolaños sufría de un rítmico impulso conocido como “la chiripiorca” que le generaba un repetitivo descontrol de sus movimientos. Para volver a la normalidad, su amigo Lucas le daba una palmada en la espalda.
“El Chómpiras”
Aquiles Esquivel Madrazo, más conocido como El Chómpiras, fue un ladrón torpe que terminó convertido en un hombre bueno. El personaje dio un giro en su vida y se convirtió en empleado de limpieza en un hotel, siempre al lado de El Botija (Édgar Vivar). Esta transformación no fue por casualidad: Chespirito quería transmitir un mensaje sobre la posibilidad de redención y cambio.
“Vicente Chambón”
En la serie “La Chicharra”, Chespirito creó a Vicente Chambón, un reportero despistado que vivió situaciones graciosas junto a la fotógrafa del periódico. Aunque esa producción no tuvo el éxito de las demás, ese personaje quedó en el recuerdo sus fanáticos.
Sus programas fueron traducidos a varios idiomas y generaciones enteras crecieron viendo las divertidas aventuras de cada uno de sus personajes. Gómez Bolaños también protagonizó otras producciones del cine mexicano, entre ellas “Charrito”, “Don Ratón y don Ratero”, “Música de viento”, “El Chanfle” y “El Chanfle 2”.
Chespirito no solo fue un rostro gracioso en pantalla. Participó en cada detalle de su trabajo: desde el inicio de una idea hasta la dirección de una escena, la escritura de cada línea de diálogo e incluso la edición del programa. Su talento fue el resultado de una dedicación incansable que hizo historia no solo en México, sino en el mundo.
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¿Quiénes fueron las esposa de Chespirito?
La vida sentimental de Roberto Gómez Bolaños estuvo marcada por dos grandes amores que protagonizaron diferentes etapas de su existencia. Su primer matrimonio fue con Graciela Fernández, con quien tuvo seis hijos: Roberto, Graciela, Marcela, Teresa, Paulina y Cecilia. Graciela fue su compañera durante los años de inicio y consolidación de su carrera; sin embargo, llegó otra mujer que cambió su vida. Florinda Meza, la actriz que interpretaba a Doña Florinda en “El Chavo del Ocho”, se convirtió gradualmente en algo más que una colaboradora profesional. Su relación comenzó como una amistad, pero se convirtió en amor. En el 2004, después de casi 30 años de una controvertida relación, el comediante se casó con la actriz mexicana.
Polémicas y distancias
Aunque parecía tener una gran relación con sus compañeros de elenco de “El Chavo del 8”, con el tiempo surgieron conflictos entre ellos. Uno de los más comentados fue el que tuvo con Carlos Villagrán, quien decidió dejar el programa debido a diferencias creativas. En 1978, los actores tuvieron un pleito por la titularidad del personaje de ‘Quico’, pues Villagrán alegaba que el éxito era por su interpretación, mientras que Chespirito insistía que él era el único autor legal. Esta controversia desencadenó en un distanciamiento entre los dos y creó, además, una división en el elenco que afectó la dinámica del programa.
En 1995, María Antonieta de las Nieves, quien interpretó a La Chilindrina, se dio cuenta que Gómez Bolaños no había renovado los derechos de algunos personajes, así que registró el suyo a su nombre. No obstante, en el 2001 fue demandada por el también escritor por uso indebido de ese personaje. Después de 12 años de pleito, la actriz ganó el proceso y se quedó con los derechos.
Aunque Chespirito murió el 28 de noviembre del 2014, en realidad no se fue; se quedó en la memoria, en las risas, y en cada niño que sigue disfrutando de sus programas. Su legado es eterno, y su nombre, inolvidable.
