Desde el mediodía, el Estadio El Campín abrió sus puertas para recibir a los fanáticos del reguetonero, quienes disfrutaron de una experiencia tipo festival con zonas instagrameables, expresiones de arte, muestras culturales y un recorrido por la vida de Maluma, hoy con 31 años de edad.
Sobre las 8:00 p.m., previo a la aparición del paisa, el escenario fue encendido por talentos como Juliana, Junior Zamora, Sai, Abril y Astro Andy, quienes marcaron el inicio de una noche inolvidable.
“Bogotá en el Mapa”: una noche histórica
Después del éxito de Medallo en el Mapa 2.0, que reunió a más de 50.000 personas en su ciudad natal, Maluma regresó a Bogotá luego de siete años con un espectáculo sin precedentes: Bogotá en el Mapa. El concierto inició con ‘Borró Cassette’, uno de los temas que lo lanzó al estrellato en 2015.
El show fue un derroche de luces, fuego, baile y emociones. El público coreó clásicos como ‘Miss Independent’, ‘Felices los 4′, ’11:00 PM’, y éxitos recientes como ‘Sobrio, ‘Cosas Pendientes’ y ‘Contrato’.
Uno de los momentos más emocionantes fue la aparición de artistas invitados como Noriel, Felipe Peláez, Bacilos, Golpe a Golpe, Wolfine, Carlos Vives y Andrés Cepeda. La cuota popular estuvo a cargo de Pipe Bueno y Luis Alfonso, quienes acompañaron su presentación con mariachis.
Fotografía por: Felipe Marino editor fotografia
CONCIERTO MALUMA BOGOTA
“No existiría un Maluma Baby sin Bogotá”
Visiblemente conmovido, Maluma agradeció al público capitalino con unas sentidas palabras: “Tuvo que pasar siete años para volver a la capital. Para mí es una locura y un sueño estar en el Estadio El Campín. Esto está sold out. Vengo de cantar en Medellín y fue muy especial, pero la energía que siento en Bogotá es impresionante. No existiría un Maluma Baby sin Bogotá. Los amo.”
La emoción alcanzó su punto máximo cuando interpretó ADMV, canción dedicada a su hija París. En pantalla, imágenes de su niñez, adolescencia y su nueva faceta como padre conmovieron al público hasta las lágrimas.
‘Coco Loco’ marcó el final de un concierto sin precedentes, acompañado de juegos pirotécnicos, ráfagas de fuego y luces de colores. Una noche en la que el frío desapareció, la lluvia dio tregua y Bogotá quedó grabada para siempre en el corazón de ‘Papi Juancho’.
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