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‘Cónclave’: ¿qué es verdad y qué es mentira de la película de Prime Video?

La película Cónclave vuelve a estar en tendencia debido a la elección del sucesor del papa Francisco. Sin embargo y pese a que está basada en un libro, no todo lo que allí se ve corresponde a la realidad. La cinta tiene en su giro más importante, un hecho inverosímil.

Por Redacción Vea
06 de mayo de 2025
‘Cónclave’: ¿qué es verdad y qué es mentira de la película de Prime Video?
Fotografía por: Cortesía Prime V

 

Ahora que el cónclave para nombrar al nuevo Sumo Pontífice de la Iglesia Católica ocupa la atención del mundo, la película Cónclave, protagonizada por Ralph Phiennes, ha vuelto a tener relevancia.

La cinta, disponible en Prime Video, y que ha aumentado en más de un 600% sus reproducciones en el streaming, cuenta que luego de la inesperada muerte del papa, el cardenal Lawrence es designado como responsable para liderar uno de los rituales más secretos y antiguos del mundo: la elección de un nuevo lider.

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En la trama, queda al descubierto que el proceso se convierte en una guerra de poder entre cardenales y Laurence, quien atraviesa una especie de crisis, solo desea encabezar una buena elección de pontífice, encontrándose con conspiraciones internas.

 

Al final, el papa electo es quien llegó con menos posibilidades, desconocido, de origen mexicano y con un secreto inesperado.

 

La película, que es inspirada en el libro homónimo escrito Robert Harris, en 2016, según su escritor con la asesoría de un cardenal real, ganó el Oscar como mejor guion adaptado, sin embargo, hay que mencionar que si bien es cierto aborda una realidad como el cónclave, también que hay bastante ficción sobre el mencionado proceso.

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Cónclave, mezcla de realidad y ficción

En la producción de Amazon, se plantea que al fallecer el papa, el camarlengo o administrador de la Santa Sede certifica su muerte, se sella la habitación y se destruye el anillo con la imagen de San Pedro. En efecto en esto, es fiel la cinta.

 

De igual manera, en que luego, antes del cónclave, se realiza una misa donde el administrador (Phiennes) pide sabiduría para una elección idónea.

En la película como en la vida real, la sede del cónclave es la Capilla Sixtina, también es cierto que los cardenales, llegados de distintas partes del mundo y de corrientes de la iglesia con posiciones distintas, que van desde los tradicionalistas hasta los progresistas, son aislados sin acceso a la tecnología.

 

En lo que si falló la película, según el analista de Religión y experto en el vaticano, Thomas Reese, es en los colores de los atuendos de los cardenales.

“El rojo en las vestimentas de los cardenales era un rojo intenso, mientras que en la realidad es más bien naranja. Francamente, me gusta más la versión de Hollywood”, dijo el también profesor.

 

Reese señaló otras imprecisiones. Las papeletas no se queman después de cada votación, sino después de cada sesión, que normalmente consta de dos votaciones. En la película son quemadas tras la votación.

El gran ‘pecado’ que tiene Cónclave, la película

Sin embargo, el error más garrafal de la cinta tiene que ver con el punto de giro más fuerte de la misma y el que luego deriva en la gran sopresa del relato. La llegada del arzobispo de Kabul, Afganistán, quien es un desconocido para todos y fue nombrado por el fallecido papa en secreto, por asuntos de seguridad donde ejerce su sacerdocio. Esta figura, que se llama nombramiento “in pectore” (en secreto), puede suceder, lo que no ocurriría es que él tenga participación en la votación.

“El mayor error de la película fue la admisión de un cardenal in pectore en el cónclave”, dijo Reese. “Si el papa no anuncia públicamente su nombre en presencia del Colegio Cardenalicio, no tiene derecho a asistir al cónclave”, complementó.

 

Lo anterior quiere decir que si no puede votar, tampoco puede aspirar a ser papa. En la cinta el mencionado personaje termina siendo el elegido.

Otro grave ‘pecado’ en la cinta, es que el decano del Colegio Cardenalicio rompe el secreto de confesión al contarle a otro lo que una monja le dijo. “Cometió un pecado mortal y sería automáticamente excomulgado. Tal acción sería flagrantemente incorrecta”, dijo Reese.

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Sobre las intrigas y la guerra casi personal que se ve en la ficción entre los cardenales, cuando se estrenó la cinta, algunos voceros de la iglesia cuestionaron el relato señalándolo de mundano e inexacto, sin embargo, en una institución con tanto poder como la iglesia católica, es claro que hay desencuentros y posiciones distintas entre los miembros, que pueden dar lugar a divergencias.

 

En el cónclave real, las declaraciones personales y los debates están absolutamente prohibidos. Eso significa que los mecanismos o tretas que se plantean en la película entre algún cardenal por perjudicar el nombramiento de otro, no es posible. En realidad, todo el proceso del cónclave es secreto y entre cardenales no pueden debatir ni juntarse para beneficiar a otro.

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