Luego de vender su casa en Gales, aunque conserva más de una decena de propiedades allí aún, el rey Carlos III ha decidido seguir en su campaña de austeridad y honrar su palabra al prometer que su reinado estaría caracterizado por la sencillez y de ninguna manera, habría derroche en lujos innecesarios. Ahora los medios británicos han publicado que ordenó dos importantes hechos que derivarán en un significativo ahorro mensual en lo que a servicios públicos se refiere.
Cuando aún no había muerto la reina Isabel II, Carlos entonces, príncipe, prometió que cuando ascendiera al trono sería un monarca austero
Estas son las órdenes del rey Carlos III
Las nuevas disposiciones del rey de Inglaterra incluyen en primer lugar que en los sitios desocupado del palacio de Buckingham y los antiguos apartamentos que el duque y la duquesa de Gloucester, ubicados en el palacio de Kensington, que fueron desalojados el año pasado, así como otras propiedades del reino que están vacías no tengan la calefacción. EL retiro de este servicio en dichos lugares representaría un ahorro importante y se da luego de un escrutinio de los gastos reales para determinar cuáles pueden ser reducidos o eliminados, como es en este caso. También ha pedido que en las habitaciones ocupadas se bajen los termostatos a 19 grados en invierno.
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Carlos III, seguidor de la sostenibilidad y consciente de la importancia del medio ambiente, determinó además que se retiren las lámparas de gas antiguas, para que se sustituyan por modelos más eficientes y ahorrativos. En una segunda medida, solicitó que se apagara la calefacción de la piscina climatizada y cubierta del palacio de Buckingham. Esto significaría que solo se podría usar en climas como la primavera o el verano, pues estaría demasiado frío en las otras estaciones.
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Otra de las muestras de ahorro y austeridad que el monarca ha dado, ha sido la solicitud de desalojos a su hijo menor, el príncipe Harry y su esposa Meghan de la mansión Frogmore Cottage, hace seis meses y que se hizo efectiva justamente esta semana. A esta casa podría ir a vivir Andrés y Sara Ferguson y abandonar Royal Logde, que quedaría disponible como lugar de turismo y le generaría ganancias, en lugar de gastos a la realeza.
Carlos III, según medios británicos, es consciente de la inflación que viven en el Reino Unido y no desea ser mirado como un monarca que vive en el derroche y la opulencia mientras sus súbditos pasan dificultades económicas. Según la prensa el gasto de la familia real había subido en un 5% y el rey busca la manera de disminuirlo.