El año pasado la prensa ibérica informó que el rey Felipe VI debió ser operado de su mano izquierda, luego de sufrir una lesión practicando pádel. La enfermedad del monarca y su posterior recuperación dejó al descubierto que el esposo de Letizia padecía de un hábito, que es muy usual entre la población mundial en edades infantil y adolescente, pero que generalmente se supera en la adultez. Una minoría no logra hacerlo y la sufre llegando a catalogarse como un trastorno producido por la ansiedad.
Se trata de la onicofagia que consiste en el hábito de morderse las uñas como consecuencia del estrés, la ansiedad, los nervios y la inseguridad.
Sigue a la Revista Vea en WhatsAppEste padecimiento, que deja secuelas en los dedos de la mano que, generalmente se deforman y lastiman, pues quien lo padece muerde las uñas hasta dejarlas en su mínima expresión, ha resultado todo un desafío para psicólogos, pues no es fácil dejarlo cuando se ha sufrido por toda la vida. Que un adulto tenga onicofagia es síntoma de una vida llena de preocupaciones y estrés que no se saben canalizar.
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La princesa Leonor oculta sus manos por vergüenza
Ahora que la princesa Leonor con 18 años está empezando su proceso de preparación para asumir la corona, ya que es la siguiente en la línea de sucesión, ha quedado en evidencia que ella también tiene unas uñas cortas que nunca pinta de esmalte, ni siquiera trasparente. Por esta razón, la prensa de su país ha revelado que es posible que también padezca de onicofagia.
La princesa de Asturias tendría este trastorno, que se habría agudizado a raíz de los cambios que su vida ha tenido en el último año. Recordemos que se está preparando en la Academia General Militar de Zaragoza y cada día tiene más responsabilidades relacionadas con su rol de heredera al trono.
Otro aspecto que han notado los reporteros de realeza, es que la princesa procura no dejar ver sus manos en los eventos públicos, ya que como suele pasar a todo aquel que padece de esta conducta compulsiva, siente vergüenza de exponer sus uñas, pues no corresponden a una estética acorde con lo que demanda su rol de princesa.
Los casos graves de onicofagia podrían derivar en dermatofagia, incluso en España se dice que el rey Felipe tendría episodios de este mal. La dermatofagia contempla que el paciente, ya no solo se muerda las uñas, sino que llega al extremo de morder trozos de piel en momentos donde el estrés y la tensión superan al mismo.
De momento, no se sabe si Leonor esté en manos de expertos que le ayuden de superar el desagradable trastorno.