El mundo está lejos de ponerle fin al hambre para 2030 y los avances en la lucha contra esta problemática han retrocedido 15 años, así lo advirtió la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en su reciente informe sobre el estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2024. Sin embargo, hay una región que ha mostrado avances: América Latina y el Caribe.
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Durante dos años seguidos, la región ha sido la única que ha mostrado reducción del hambre y la inseguridad alimentaria, aunque esto no significa que haya dejado de ser un reto en estos países.
Este lunes, la FAO presentó el panorama actual de la seguridad alimentaria y la nutrición en América Latina y el Caribe, un informe que muestra, en otras cosas, datos claves sobre el hambre, el retraso del crecimiento en menores de 5 años, el sobrepeso, la anemia y el bajo peso al nacer en los países de la región, incluido Colombia.
Si bien los resultados muestran un progreso significativo, también se destaca que hay diferencias sustanciales entre países. Mientras Sudamérica ha progresado en la reducción del hambre, Mesoamérica (Belice, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua y Panamá) permanece sin cambios significativos, y el Caribe (Barbados, Dominica, Haití, Jamaica, República Dominicana, San Vicente y las Granadinas, y Trinidad y Tobago) presenta la mayor prevalencia de la región.
“Las cifras van por buen camino, pero las diferencias regionales y por grupos poblaciones son visibles”, mencionó Rossana Polastri, directora regional del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), una de las organizaciones que participó en la realización del informe. Las mujeres y poblaciones rurales son las más afectadas, especialmente en lo relacionado con la inseguridad alimentaria, es decir, con la falta de acceso físico y económico a alimentos.
Según el informe, en la región se han logrado avances significativos en la reducción del retraso del crecimiento en niños y niñas menores de 5 años. Además, en 2022, la prevalencia de la emaciación (un tipo de desnutrición donde hay bajo peso para la altura), en niños y niñas menores de 5 años, fue significativamente inferior a la estimación mundial. La prevalencia del bajo peso al nacer también fue inferior al porcentaje mundial, situándose en un 9,6 % frente al 14,7 % global, en 2020.
Sin embargo, el panorama con el sobrepeso y el acceso a una dieta saludable, que incluya proteínas, grasas y carbohidratos con fibra dietética, así como vitaminas y minerales, siguen siendo los retos más fuertes de la región.
En 2022, América Latina y el Caribe registró el costo más alto de una dieta saludable, estimado en 4,56 dólares (aproximadamente $20.000) por persona al día, mientras que el promedio mundial fue de 3,96 dólares (aprox. $16.500). Esto significa que, el 27,7 % de la población de la región (182,9 millones de personas) no pudo costear una dieta saludable. Si se mira por subregiones, el porcentaje en el Caribe fue del 50 %, en Mesoamérica del 26,3 % y en Sudamérica del 26 %.
Para el caso de Colombia, el costo de una dieta saludable fue de 4,13 dólares. Esto representa un aumento de 23,6 % con respecto a 2021, y de un 40% con respecto al 2019, previo a la pandemia de COVID-19. Según el informe, debido a su costo, un 36,6 % de la población de Colombia, es decir, 19 millones de personas, no pudo acceder a una dieta saludable. Este porcentaje se encuentra por encima del promedio regional (27,7%) y del promedio mundial (35,4%).
¿Qué consecuencias trae esta cifra para la salud? Leo Nederveen, asesor regional de Alimentación, Nutrición y Actividad Física en Escuelas de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) explica que una dieta saludable previene las formas de malnutrición, bien sea por déficit (desnutrición) o por exceso (obesidad). Sin embargo, menciona, mientras el costo de una dieta saludable aumenta, proliferan los alimentos altamente procesados a bajos costos.
“La evidencia nos muestra los beneficios para la salud de una dieta rica en cereales integrales, frutas, verduras, legumbres, y baja en sal, azúcares y grasas saturadas. Además, una dieta saludable es más sostenible desde el punto de vista ambiental porque se asocia con menos emisiones de gases de efecto invernadero, menor uso de agua dulce y superficie terrestre, así como menor pérdida de biodiversidad”, explicó Nederveen.
Otros indicadores de la nutrición en Colombia
Sobre el sobrepeso y la obesidad en Colombia, el informe muestra un panorama que pareciera ser favorable dependiendo de donde se mire. Por ejemplo, el sobrepeso entre niños y niñas menores de 5 años fue de un 6,2 % a nivel nacional en 2022, esto muestra que estuvo por debajo del promedio a nivel regional (8,6%), pero por encima de la estimación global (5,6%). Además, si se revisa esta situación años atrás, se evidencia que el sobrepeso en esta población aumentó 1,2 puntos porcentuales en 10 años.
Lo mismo sucede con la obesidad entre adultos. Para ese mismo año, fue de 23,6%, cifra que se encuentra por debajo del promedio regional (29,9%), pero por encima del nivel mundial (15,8%), y que también marca un aumento de 5,4 puntos porcentuales con respecto al nivel del año 2012.
“Estamos preocupados por las altas tasas de sobrepeso y obesidad que se han triplicado en los últimos 50 años en la región. Estas contribuyen a las enfermedades no transmisibles como las cardiovasculares, algunos tipos de cánceres, y la diabetes, responsables del 81% de los fallecimientos”, mencionó Nederveen, de la OPS, otra institución que participó en el informe.
Según los datos presentados, entre 2000 y 2022, la prevalencia de sobrepeso en niños y niñas menores de 5 años en la región aumentó de manera constante, alcanzando un 8,6 %. Esta cifra está por encima del promedio mundial, el cual se sitúa en 5,6 %.
“La tendencia observada en las subregiones de América Latina y el Caribe varía considerablemente. El aumento de la prevalencia regional se atribuye principalmente al incremento observado en Sudamérica, en contraste con Mesoamérica y el Caribe, que han registrado una tendencia mucho más estable en los últimos años”, se lee en el informe.
Sobre la anemia en mujeres, el porcentaje fue de 21,2% para Colombia en 2019, lo que marca una disminución de 0,9 puntos porcentuales desde el 2012. Sin embargo, esta cifra está por encima del nivel regional (17,2%), pero como dato positivo se resalta que está muy por debajo de la estimación global (29,9%).