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Opinión

2020: el año que aclaró el panorama del cannabis

Paola Cubillos*
29 de diciembre de 2020 - 08:36 p. m.

Como nunca antes, una planta que ha sido demonizada y que ha llevado a la estigmatización y la exclusión de usuarios y personas que la utilizan con fines terapéuticos, ha ocupado muchos titulares de la prensa nacional e internacional este año.

Varios países tomaron decisiones trascendentales en el uso del cannabis.
Varios países tomaron decisiones trascendentales en el uso del cannabis.
Foto: Agencia Bloomberg

Para los que estamos inmersos en el “mundo del cannabis” no deja de ser sorprendente ver la transformación en el tono y contenido de la conversación cultural y social sobre la planta del cannabis, cuyo uso medicinal data miles de años y cuya imagen negativa ha dominado el debate nacional e internacional. Nada refleja más el cambio de enfoque que la cantidad de sucesos y eventos relacionados con el cannabis que hicieron noticia en el 2020, mostrando que la conversación actual sobre esta planta refleja los cambios en las percepciones que las sociedades han tenido por décadas, influenciadas por falta de conocimiento científico sobre el impacto del uso de esta sustancia y de las posiciones equivocadas, herencias de las erróneamente concebida “guerra contra las drogas”.

Los cambios más significativos en políticas de cannabis a nivel internacional ocurrieron en los Estados Unidos. Solo en la noche de las elecciones presidenciales de este país, ciudadanos de 4 estados, Nueva Jersey, Arizona, Montana y Dakota del Sur, votaron para legalizar el cannabis de uso adulto, llevando a 15 el número de estados donde los adultos estadounidenses pueden comprar y consumir cannabis de manera legal. El estado de Vermont también legalizó el cannabis de uso adulto mediante proceso legislativo, a pesar de tener un gobernador del partido republicano.

La cámara de representantes de este mismo país, en diciembre de 2020, votó a favor de la legalización del cannabis aprobando la Ley de Oportunidad, Reinversión y Eliminación de Marihuana (MORE) centrada en la justicia social. Aunque esta ley todavía está sujeta a votación por parte del senado, actualmente dominado por los republicanos, esta terminaría la prohibición de cannabis a nivel federal y haría importantes avances en términos de justicia social, potencialmente beneficiando empresas del cannabis al ser legales bajo el esquema federal. Esta legislación incorporaría elementos de justicia restaurativa como la eliminación de antecedentes penales por condenas anteriores por cannabis bajo el prohibicionismo federal. De igual forma, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó en diciembre un proyecto de ley para reducir las barreras y expandir la investigación científica sobre el cannabis medicinal.

A pesar de los bajones económicos de muchas industrias a nivel global por motivos de la pandemia y las cuarentenas establecidas en muchos países, la industria del cannabis en Estados Unidos y en Canadá vieron crecimientos interesantes. El hecho de que muchos puntos de venta de cannabis de uso adulto hayan sido considerados como “negocios esenciales” les permitió continuar operando durante la cuarentena, adoptando nuevas formas de atender a los clientes, desde la recogida en la acera hasta las ventanillas y las entregas, y lo que contribuyó al crecimiento de las ventas. La publicación especializada en la industria del cannabis global, Marijuana Business Daily, estima que las ventas de cannabis medicinal y de uso adulto en los Estados Unidos están en camino a sobrepasar los USD$15 mil millones para fines de 2020, un aumento de aproximadamente 40% sobre las cifras de ventas de 2019. Esta misma publicación reporta que las ventas en Canadá de cannabis para uso adulto alcanzaron los 270 millones de dólares canadienses en octubre, pues el ritmo de crecimiento de las ventas mensuales se aceleró hasta el 5,1%, para un total anual aproximado de CA$3,24 mil millones para el sector de cannabis de uso adulto en Canadá.

No se debe dejar de mencionar los avances que realizó México en materia de regulación del cannabis para uso adulto. En Noviembre del 2020, el Senado mexicano aprobó el proyecto de ley integral de legalización del cannabis para uso adulto; sin embargo, la cámara de diputados decidió aplazar la discusión de la ley federal hasta el próximo periodo de sesiones en el 2021. Al igual que la iniciativa legislativa de los Estados Unidos, y contrario al enfoque que ha tenido Canadá de salud pública frente a la regulación del uso adulto del cannabis, el proyecto mexicano hace énfasis en el libre desarrollo de la personalidad, la justicia social y en la regulación como un elemento para alcanzar la paz. De pasar esta legislación, México se convertiría en el tercer país en el mundo en regular el cannabis de uso adulto.

En cuanto al cannabis con fines médicos, varios países hicieron adelantos regulatorios en esta materia. En Noviembre, Argentina actualizó su ley de cannabis medicinal del 2017 para, entre otras cosas, autorizar el autocultivo con fines medicinales. En Octubre, el gobierno ecuatoriano emitió la normatividad para la producción, comercialización y exportación del cannabis no psicoactivo y cáñamo industrial y el gobierno francés emitió el decreto de su programa piloto donde 3000 pacientes serían tratados con cannabis medicinal sin costo alguno.

Tal vez como una de las muestras más contundentes de la evolución en el enfoque y la perspectiva sobre el impacto del uso del cannabis, la comisión de estupefacientes de las Naciones Unidas, después de considerar los argumentos presentados por la Organización Mundial de la Salud, en una votación muy estrecha, decidió reclasificar esta planta, retirándola del Anexo IV del tratado de la convención de drogas de 1961- clasificación reservada para sustancias con potencial adictivo sin beneficios médicos conocidos- e incluyéndola en el Anexo I. Esta decisión reconoce el valor terapéutico de esta planta medicinal, y deja de considerarla como “particularmente susceptible de abuso y de producir efectos nocivos”.

En el terreno local, y después de 4 años de la entrada en vigencia de la ley 1787 de cannabis para uso médico y científico, pacientes colombianos empezaron a recibir tratamientos coadyuvantes con preparaciones magistrales basadas en cannabis medicinal. Hasta la fecha, esto ha sucedido principalmente mediante clínicas operadas por compañías productoras de cannabis medicinal, y son utilizadas de forma complementaria para tratar dolencias como el dolor crónico y aflicciones neurológicas. Según Julio César Aldana, director del Invima, hasta Noviembre 2020, existían 3 laboratorios con certificación de buenas prácticas de elaboración con habilitación para la dispensación de preparaciones magistrales basadas en cannabis, lo que representará más variedad y disponibilidad de este tipo de productos para ser prescritos por las médicas y médicos colombianos.

En marzo de este año, el Invima otorgó un registro sanitario para la comercialización de un medicamento basado en cannabidiol, uno de los componentes no psicotrópicos de la planta del cannabis a una compañía local. Este compuesto estaría indicado en el tratamiento de epilepsia refractaria pediátrica ocasionada por las encefalopatías epilépticas de Lennox Gastaut y Dravet. Por sus características anti-inflamatorias, este mismo compuesto está siendo investigado en varios centros en Canadá, Estados Unidos y Brasil como un potencial tratamiento para el proceso hiper-inflamatorio que acompaña los casos moderados y severos de Covid-19.

La industria del cannabis colombiana vió pocos pero importantes avances en materia de exportación. En mayo, el Ministerio de Justicia otorgó por primera vez una autorización para la exportación de 100,000 semillas de cannabis con destino Denver, Colorado. Las exportaciones de cosméticos que incluyen el componente no psicotrópico CBD también se aceleraron este año, principalmente con destino a los Estados Unidos. Una de las compañías, cuyas acciones cotizan actualmente en Nasdaq, ha logrado exportaciones de derivados de calidades farmacéuticas con certificación europea de buenas prácticas de manufactura a países como Alemania. La Asociación Colombiana de Industrias del Cannabis - Asocolcanna indica que, en el 2020, las exportaciones totales alcanzaron US$4.5 millones, lo que significó un incremento del 1363% a comparación del 2019.

A pesar de estos adelantos, los empresarios, especialmente los pequeños y medianos cultivadores, aún consideran que el sector necesita un respaldo más rotundo por parte del gobierno nacional para realizar su potencial. Los diferentes grises regulatorios y obstáculos que han enfrentado principalmente los pequeños productores los últimos 4 años han desacelerado el impulso que tenía la industria inicialmente. En este respecto, se han planteado cambios al decreto 613 del 2017, que reglamenta la ley del cannabis medicinal, y recientemente la Superintendencia de Industria y Comercio le ha recomendado al gobierno nacional, en particular al Ministerio de Salud, que modifique esta regulación para permitir la exportación de la flor seca del cannabis con fines comerciales. De la misma manera, en septiembre de este año, el gobierno nacional declaró como proyecto de interés nacional estratégico (PINES), lo que aceleraría la ejecución de proyectos estratégicos y de regulación en esta materia en Colombia.

En cuanto al cannabis de uso adulto, Colombia también vio algunos progresos.

Dos proyectos de ley fueron radicados y discutidos este año, tanto en la cámara de representantes como en el senado colombianos. El primero, el proyecto de acto legislativo presentado por los representantes del partido liberal Reyes Kuri y Losada pretendía cambiar el artículo 49 de la constitución nacional y cuyo objetivo era permitir la regularización del uso del cannabis con fines recreativos por parte de mayores de edad, fue archivado por la plenaria de la cámara de representantes en Noviembre, después de un debate donde primó la desinformación y la falta de objetividad y de comprensión de la evidencia científica. También en noviembre, la comisión primera del senado colombiano debatió y aprobó en primer debate el proyecto que establecería un marco de regulación y control del cannabis para uso adulto. Esta iniciativa ahora pasa a la plenaria del senado, y de ser allí aprobada, iría a dos debates en la cámara de representantes.

Es difícil predecir si el cannabis seguirá generando tantas noticias en el 2021 como lo hizo este año que termina. Sin embargo anticipo que, a medida que veamos más cambios en el debate cultural y social, que estados y gobiernos entienden que las medidas punitivas y prohibicionistas frente al cannabis hacen más daño que el uso de la planta misma, y que las sociedades nos adentramos en discusiones sobre la regulación del cannabis con mejores herramientas desde la evidencia científica, el reconocimiento de la importancia de la justicia social, de la reparación de los daños causados por la guerra contra las drogas y desde los potenciales beneficios económicos que pueda traer esta nueva industria, el cannabis nos seguirá dando mucho de qué hablar en el Año Nuevo. Los colombianos debemos estar preparados para tener estas discusiones con altura.

*M.D, N.D. - Miembro Fundador Procannacol

Por Paola Cubillos*

 

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