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Aunque cada país debe adaptar las soluciones a las condiciones locales, la respuesta al coronavirus tiene que ser global.
Foto: Jose Vargas
Mientras en buena parte del mundo aumentan los contagios de COVID-19, muchos se aferran a la esperanza de que en poco tiempo una vacuna permita recuperar la vida que conocimos, pero es pensamiento ilusorio. Incluso en caso de hallarse una vacuna eficaz, el COVID-19 nos acompañará por tiempo indefinido (al menos, los próximos cinco años). Vamos a tener que aprender a vivir con él.