Desde hace algunos años, hemos visto noticias de que ciertos pacientes han recibido el trasplante de órgano de un cerdo modificado genéticamente. Esta opción, que quizás es la única y más rápida de muchos pacientes que esperan una donación de órgano para seguir viviendo, ha tomado cada vez más popularidad y la comunidad científica ha reunido esfuerzos para convertirla en una alternativa confiable. Ahora, en un reciente comunicado, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) dio luz verde a dos empresas de biotecnología para realizar ensayos clínicos.
Esta aprobación, de acuerdo con la agencia, se centrará inicialmente para aquellos pacientes que tengan una insuficiencia renal. United Therapeutics Corporation es una de las empresas que recibió luz verde y comenzará sus estudios con seis pacientes, pero espera aumentarlos a 50. La otra compañía es eGenesis, que tendrá como punto de partida a tres pacientes.
Mike Curtis, presidente y director ejecutivo de eGenesis, en diálogo con el New York Times, dice que, con esta aprobación, “estamos entrando en una era transformadora en el trasplante de órganos”. Hasta la fecha, se ha conocido que en menos de tres años se han hecho populares los casos de cinco pacientes, quienes recibieron órganos de cerdos diseñados por estas empresas. Entre ellos están dos personas que recibieron un corazón y tres un riñón. Sin embargo, estas operaciones no estaban inmersas dentro de un ensayo formal.
Estos pacientes, en su mayoría, fueron sometidos a estos procedimientos porque estaban en un estado avanzado de su enfermedad y ya no tenían otra opción de tratamiento. Sus familiares (e incluso ellos) habían autorizado el trasplante. En enero, se conoció que Towana Looney, una ciudadana de Estados Unidos, llegó a los 61 días con vida después de recibir el trasplante de un órgano de un cerdo, convirtiéndose en la paciente que más días ha logrado vivir con este tipo de trasplantes.
Según le cuenta United Therapeutics al New York Times comenzará su ensayo clínico a mitad de año e iniciará con seis pacientes, entre las características que deben tener está que hayan recibido diálisis al menos durante seis meses y que no presenten otros problemas médicos graves. Luego, entre cada trasplante, los médicos esperarán al menos tres meses para conocer los resultados. En caso de que estas operaciones tengan éxito, la empresa tiene previsto ampliar el ensayo e incluir hasta 50 participantes.
En total, los pacientes que se sometan a los ensayos clínicos de esta empresa estarán monitoreados durante al menos 24 semanas y tendrán que someterse a controles médicos regulares por el resto de su vida. Esto le permitirá a los investigadores verificar su estado de salud y los patógenos que podrían pasar de los cerdos a los humanos.
Los órganos que produce esta compañía vienen de cerdos que han sufrido 10 ediciones genéticas, con el objetivo de que cada vez sus órganos sean más compatibles. En total, señala el New York Times, “se agregaron seis genes humanos y se inactivaron cuatro genes porcinos: uno que restringe el crecimiento de los órganos y tres que pueden causar rechazo humano”.
En cuanto a la otra compañía, eGenesis, los cerdos que usan para sus trasplantes han sido sometidos a 69 ediciones genéticas, entre los que están modificaciones en 59 genes para inactivar virus que están integrados en el genoma del cerdo. Su ensayo iniciará con tres pacientes con insuficiencia renal y habrá un período de espera de seis meses entre el primer y el segundo paciente. Luego, tomarán una pausa de tres meses y se llevará a cabo el tercer trasplante.
Ricardo Peña, doctor en farmacología molecular y profesor de la Universidad de los Andes, contó a este diario en 2022 que desde el siglo XVII se han intentado insertar tejidos animales en humanos. De hecho, en 1667 se hizo la primera transfusión de sangre de cordero a un humano, aunque el donante murió al poco tiempo por reacciones alérgicas. Con el paso de los años, las técnicas se fueron refinando y la experimentación de algunos animales, como los primates, quedaron en su mayoría prohibidas. Pero se dio pie a lo que se conoce como ratones o cerdos humanizados: animales con genes de humanos que buscan quebrar la barrera inmunológica que existe entre especies.
“Ya hay varias compañías dedicadas a esto”, explicaba en ese entonces Peña. “Solo en el repositorio del National Institutes of Health de Estados Unidos (los centros de investigación en salud de ese país) hay más de 60.000 mutaciones distintas en diferentes líneas de ratones”. Esto no solo se trata de modificar a los animales para trasplantar sus órganos, dijo, sino que se da para entender en algunos casos cómo pueden funcionar potencialmente algunos fármacos o medicamentos en los humanos.
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