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En estudio sobre el impacto de las partículas finas generadas por los incendios forestales confirma el vínculo entre esos contaminantes tóxicos y el aumento de muertes relacionadas con causas respiratorias y cardíacas en todo el mundo.
Los materiales particulados menores a 2,5 micrómetros (PM2,5) liberados durante los incendios forestales contienen sustancias químicas, como hidrocarburos policíclicos aromáticos y aldehídos, que provocan procesos oxidativos e inflamatorios dañinos en el cuerpo humano en el corto plazo, señala la investigación publicada en la revista The Lancet Planetary Health.
Los investigadores estudiaron 65,6 millones de muertes ocurridas “por todas las causas” entre 2000 y 2016 en 749 ciudades de 43 países. De ellas, 15,1 millones se debieron a “causas cardiovasculares” y 6,8 millones fueron atribuidas a “causas respiratorias”.
Para determinar que esas muertes se relacionaron con las emisiones diarias de PM2,5 generadas por los incendios forestales, los expertos analizaron cada ciudad, con el fin de estimar la fracción atribuible a lo largo del tiempo y el riesgo relativo de mortalidad anual debido a la exposición aguda a este material particulado generado a partir de incendios forestales.
Los PM2,5 son de particular preocupación porque son “respirables”, lo que significa que pueden ingresar al torrente sanguíneo a través del revestimiento de los pulmones.
La mayor carga extra de mortalidad debida a la exposición a PM2,5 surgido de incendios forestales se registraron en Guatemala (3,04 por ciento), Tailandia (2,32 por ciento), Paraguay (2,09 por ciento), México (1,72 por ciento) y Perú (1,61 por ciento).
Sin embargo, los autores advierten que los resultados específicos de cada país no siempre representan los efectos en la salud de esos países debido al pequeño número de ciudades incluidas en el estudio en algunos casos.
El estudio estableció que la exposición a la contaminación provocada por los incendios forestales produjo casi 33.500 muertes anuales más incluyendo 7.000 muertes por causas cardiovasculares y 3.500 respiratorias.
“Este estudio, que proporciona evidencia sólida de que el humo de los incendios forestales tiene serios impactos sobre la salud, usa datos que varían según el país”, explica la autora de la investigación Shanshan Li, subdirectora de la Unidad de Investigación de la Calidad del Aire y Clima (CARE) de la Escuela de Salud Pública y Medicina Preventiva de la Universidad Monash, Australia.
“Esto significa que la gente debe tomar acciones para protegerse del humo de incendios forestales. Los gobiernos también deben formular políticas para reducir los riesgos a la salud proveniente de estos humos, en particular acciones climáticas urgentes para reducir los incendios forestales”, dice a SciDev.Net.
Los incendios forestales tienen efectos directos e indirectos sobre la salud con consecuencias potencialmente duraderas, advierte el estudio. La contaminación provocada por el humo de los incendios forestales puede propagarse hasta 1.000 kilómetros y el PM2,5 pueden actuar junto con otros contaminantes, como los gases oxidantes, amplificando los efectos sobre la salud.
Alfonso Rodríguez-Morales, experto en enfermedades tropicales y presidente de la Asociación Colombiana de Infectología, señala a SciDev.Net que si bien el estudio encuentra asociaciones “estadísticamente significativas” entre la contaminación por incendios forestales y mortalidad cardiovascular y respiratoria, “los valores en términos de magnitud son bastante discretos”.
Según el especialista, es mucho más evidente la asociación entre contaminación por incendios forestales con otras enfermedades infecciosas, como las transmitidas por vectores y las zoonóticas, tal como lo demuestran otros estudios, entre ellos algunos de su autoría.
Rodriguez-Morales, quien forma parte del grupo de expertos que trabaja actualmente uno de los reportes de evaluación del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) en lo concerniente al papel del cambio climático en la expansión de enfermedades infecciosas, tropicales y zoonóticas, cree el estudio “suma evidencias al impacto y la vulnerabilidad del cambio climático sobre la salud”.
Liana Anderson, cientifica del Centro Nacional de Monitoreo y Alerta Temprana de Desastres Naturales en Brasil, comenta a SciDev.Net que los resultados del estudio “confirman la necesidad inmediata de enfrentar los incendios, mejorar la preparación y la planificación estratégica para evitar los incendios forestales”.
Y Dolors Armenteras, vicepresidenta de la Asociación Internacional de Ecología del Paisaje y miembro del Panel Científico de la Amazonía, dice que para disminuir la ocurrencia de incendios forestales en el trópico y Sudamérica se requiere, entre otras cosas, “asumir responsabilidad a nivel internacional y nacional por demanda de productos que empujan cambios en el uso del territorio; detener la desigual distribución de la tierra, avanzando o finalizando la titulación de la propiedad; implementar alternativas de desarrollo rural y fortalecer la gobernanza”.
“La debilidad institucional o, en muchos casos, la falta de presencia del estado es una dificultad enorme que impide ejercer control en el territorio”, subraya.