El Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) confirmó el primer foco de influenza aviar altamente patógena en aves de traspatio del 2024 en nuestro país. Se trata de un predio de 5 hectáreas ubicado en la zona rural del municipio de Acandí, en el departamento de Chocó. No es la primera vez que Colombia reporta esta situación y, según dicen las autoridades, todo está bajo control. Sin embargo, para algunos se trata de un nuevo llamado de alerta frente a un virus que desde hace varios años está preocupando a científicos e instituciones de salud y de seguridad alimentaria.
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La causa de esas preocupaciones es el H5N1, un virus de influenza tipo A, que se supone que afecta solo a las aves. En 1996 se identificó por primera en el sur de China, marcando el inicio de más de 25 años de evolución. Durante ese tiempo, el virus ha tenido periodos en los que se ha propagado a nuevos lugares, causando enormes pérdidas económicas y la muerte de miles de millones de aves de corral.
Con el tiempo, ha cambiado genéticamente, formando diferentes subgrupos o “clados”, como se conocen en el mundo científico. Desde 2020, una variante específica, el clado 2.3.4.4b, ha ido expandiéndose de manera constante. En 2021, el virus se extendió a través de las rutas migratorias de aves acuáticas a América del Norte y, en 2022, a Centroamérica y América del Sur. Para 2023, se registraron focos o brotes epidémicos en animales. Durante ese año, de hecho, Colombia llegó a tener entre 7 y 9 focos activos.
“Esa experiencia nos ha permitido prepararnos para esta situación. Tenemos en alerta a todo nuestro equipo en todo el país”, le explica a El Espectador Paula Andrea Cepeda Rodríguez, gerente general del ICA.
En esta ocasión el brote se detectó en aves de traspatio, es decir, aves que se crían para consumo personal y que no hacen parte de la cadena de producción. “Eso nos da una primera parte de tranquilidad. Tenemos en el terreno un equipo de 25 personas desplegado. Ya tenemos el cerco epidemiológico identificado. Este cerco tiene tres zonas: la primera es de un kilómetro, la segunda de dos kilómetros y la última es de cinco kilómetros. Estamos haciendo toda la vigilancia e inspección en ese municipio para evitar posibles nuevos focos”, agrega Cepeda Rodríguez.
Aunque es difícil determinar a ciencia cierta el origen de este foco, desde el ICA creen que lo más probable es que se deba a la migración de aves silvestres. Hay que recordar que al ser un virus de influenza tipo A, las aves migratorias actúan como reservorios naturales, portándolo largas distancias sin necesariamente mostrar síntomas. Estas aves pueden transmitir el virus a través de sus excrementos, plumas o secreciones respiratorias, contaminando el agua y el suelo donde hay otras aves. Colombia está en esa ruta y, de hecho, algunos científicos ya preveían que estos focos se volvieran a presentar.
“En Colombia no hay casos de influenza altamente patógena en humanos. El ICA reportó un caso en aves en esta semana que está bajo control”, dicen desde el equipo de vigilancia en salud pública del Instituto Nacional de Salud (INS). Sin embargo, agregan algo que científicos de todo el mundo han detectado: “el virus de influenza ha dado unos saltos evolutivas gigantes en poblaciones de aves silvestres y algunos mamíferos entre 2021 y 2024″.
En su informe de Actualización Epidemiológica del pasado 15 de noviembre, la Organización Mundial de la Salud también indicó que este clado de 2.3.4.4b está presentado cambios en su ecología y epidemiología. Desde 2022, 19 países de tres continentes han notificado brotes en mamíferos a la Organización Mundial de Sanidad Animal. En los últimos años, se ha incrementado la detección de virus A(H5N1) en especies de mamíferos terrestres y marinos, tanto silvestres como domésticos (de compañía y de granja), lo que resulta inquietante para los científicos. Y a pesar de que en Colombia no hay casos confirmados de gripe aviar en aves comerciales, ni en mamíferos o humanos, hay quienes dicen que es hora de prepararse.
No bajar la guardia
Más allá de este foco en Acandí, hay personas como Julián Ruiz-Sáenz que creen que es hora de asimilar una nueva realidad respecto al virus de la gripe aviar A(H5N1). “El panorama ha cambiado mucho con este linaje”, dice Ruiz, virólogo de la Universidad Cooperativa y quien ha seguido de cerca el comportamiento de estos brotes en Colombia y el mundo. “La capacidad de saltar de este virus a muchas especies, incluyendo mamíferos, ha cambiado la forma en la que se está enfrentando el manejo de la epidemia. Ya no solo nos podemos enfocar en aves, como parecía lógico con un virus de naturaleza aviar, sino que ahora debemos involucrar en esta vigilancia a otros animales y cadenas productivas”.
Ruiz se refiere específicamente a dos cosas. En primer lugar, a la capacidad que ha desarrollado el H5N1 de infectar a mamíferos silvestres, especialmente acuáticos, en todo el mundo, incluyendo zonas del sur del continente sudamericano (en Chile, Argentina y Uruguay). También se han reportado infecciones en animales de compañía, como gatos y perros domésticos, en países como Italia, Francia, Polonia y Estados Unidos. En segundo lugar, Ruiz hace alusión a la capacidad de este virus de infectar al ganado de granjas productivas, un hecho que ha reportado Estados Unidos desde hace varios meses.
En lo que respecta al primer punto, cada vez hay más informes de brotes mortales entre mamíferos salvajes y cautivos causados por este clado de H5N1. Se han visto afectados tanto mamíferos terrestres como marinos, incluidos visones de granja (Neovison vison) en España, focas (Phocidae) en los Estados Unidos (EE. UU.) y leones marinos (conocidos como Otaria flavescens/byronia) en países como Perú, Chile, Uruguay y Brasil.
Hasta hace poco, la Antártida era la única región geográfica importante donde no se había detectado la presencia del virus. Sin embargo, esto cambió el pasado 3 de septiembre de 2024, cuando un estudio publicado en la revista Nature reportó la detección del clado 2.3.4.4b H5N1 en las regiones antártica y subantártica de Georgia del Sur y las Islas Malvinas, áreas de gran biodiversidad y alta prioridad para la conservación. En este estudio, se tomaron muestras de 33 cadáveres de aves y 17 de mamíferos, abarcando cinco especies de aves y dos de mamíferos en ocho sitios diferentes. Los resultados mostraron que el 66 % de las muestras (28 aves y 6 mamíferos) dieron positivo para el HPAIV H5N1.
La respuesta a cuál es el origen de la infección en estos casos es importante. En el pasado, se ha documentado que los mamíferos se contagian de gripe aviar, principalmente al entrar en contacto con aves infectadas. Sin embargo, ahora podría estar ocurriendo algo diferente. El 13 de abril de este año, un grupo de investigadores publicó un artículo en la revista científica Virus Evolution, en el que reportaron la detección del virus y la secuenciación del genoma en 72 aves marinas y pinnípedos (un grupo de mamíferos marinos que incluye focas, leones marinos y morsas) muestreados en Uruguay, entre septiembre y octubre de 2023. Algunos estudios sugieren que al menos 24.000 leones marinos murieron en Perú, Chile, Argentina, Uruguay y Brasil entre enero y octubre de 2023 infectadas por brotes de A(H5N1).
Los autores sugieren que en Uruguay existió una trasmisión de mamífero a mamífero. Esto implica que, en lugar de adquirir la infección directamente de un ave, el virus pudo haber pasado entre mamíferos infectados, “Nuestro estudio introduce una nueva perspectiva sobre la transmisión de la influenza en mamíferos marinos en América del Sur”, concluyeron y, en línea con Ruiz, agregan que “el desafío de controlar la influenza aviar se amplifica por su propagación a través de huéspedes adaptados al aire, agua e interfaces agua-tierra”.
Saber si el virus se está adaptando para transmitirse entre mamíferos es una de las preguntas claves, porque el ser humano es un mamífero más. El gran temor de los científicos y de entidades como la OMS, es que el virus mute lo suficiente como para que, en algún momento, salte de otros mamíferos a los humanos. Hasta el momento, eso no parece haber ocurrido. En el artículo de Nature de septiembre pasado, los investigadores señalan que no encontraron “ninguna mutación adaptativa de mayor riesgo para las poblaciones humanas”.
“El virus de influenza no ha mostrado aún una capacidad importante de mantenerse en transmisión en humanos, lo que tranquiliza. Los escasos casos en América del Norte no han sido eficientes en dicha transmisión a otras personas. Tampoco han sido muy letales”, explican este periódico desde el área de vigilancia en salud pública del INS.
Es la misma información que tienen los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (o CDC) de Estados Unidos. Esta entidad reporta que la secuenciación genética del virus de la gripe a partir de muestras clínicas de los humanos infectados por gripe aviar en ese país “no mostró cambios en la hemaglutinina (HA) asociados con una mayor infectividad o transmisibilidad entre personas”.
En Estados Unidos está sucediendo el segundo escenario que para Ruiz y, en general, para el mundo científico, es importante para entender el estado de la gripe aviar en el mundo: la infección en el ganado lechero. Desde marzo de 2024, el USDA (lo que en Colombia equivale el Ministerio de Agricultura) ha confirmado ganado infectado en 505 hatos lecheros en 15 estados de EE. UU. El número total de individuos involucrados podría variar entre 150,000 y 500,000 vacas.
“Ese virus que está circulando en esas vacas parece tener una transmisión muy estable. Eso es un riesgo importante porque en esas granjas lecheras hay un contacto más estrecho entre animales y humanos”, dice Ruiz. En los Estados Unidos, durante el 2024 y hasta el 18 de noviembre, se han confirmado infecciones por el virus de la influenza aviar A(H5) en 52 personas. Según los CDC, 21 de estos casos se asociaron con la exposición a aves de corral infectadas con el virus y 30 se asociaron con la exposición a vacas lecheras infectadas.
Todos los datos disponibles hasta el momento sugieren que son casos esporádicos de propagación de animales a humanos. Hasta la fecha, no se ha identificado la propagación de persona a persona de la gripe aviar H5 en los Estados Unidos y en ninguna parte del mundo. Por estas razones, los CDC, la OMS y todas las demás instituciones de salud del mundo, consideran que el riesgo de la gripe aviar en humanos sigue siendo baja. No significa que, como señalaba Ruiz, no esté produciendo cambios en cómo entendemos y luchamos contra la gripe aviar. En ese país, por ejemplo, las autoridades están recomendando no beber leche cruda (algo que suele ser usual entre los granjeros). La razón es simple: la pasteurización mata los virus de la gripe aviar A(H5N1).
Nadie cree oportuno bajar la guardia. Un informe de la Universidad Johns Hopkins publicado el pasado 24 de noviembre señala que “si bien el riesgo inmediato para el público en general y los trabajadores de la salud sigue siendo bajo, las consecuencias a largo plazo de las transmisiones continuas y descontroladas presentan un alto riesgo para todas las poblaciones”. En esa publicación (que es una evaluación de riesgos) se evalúan varios escenarios. En uno de ellos, el virus adquiere la capacidad para transmitirse entre humanos. En ese caso, sería muy difícil de contener y el riesgo de una nueva pandemia sería alto.
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