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En 2022, 670.000 personas murieron a causa del cáncer de mama en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, es el tipo de cáncer más común entre mujeres en 157 países que pertenecen a ese organismo.
“El cáncer de mama es una enfermedad en la que células de la mama alteradas se multiplican sin control y forman tumores que, de no tratarse, pueden propagarse por todo el cuerpo y causar la muerte”, explica la OMS en su página web.
En 2022 fueron diagnosticadas 2,3 millones de personas con esta enfermedad, y apenas el 1 % de los casos afecta a hombres, mientras que el 99 % restante son mujeres.
De acuerdo con una investigación publicada recientemente en Nature Medicine, la tendencia de los últimos años ha sido que anualmente hay entre 1 y 5 % más casos de cáncer de mama en el mundo.
Esto es particularmente preocupante si se tiene en cuenta que la OMS ha recomendado una disminución del 2,5 % de casos anualmente para reducir la mortalidad por esta enfermedad. Sin embargo, según las autoras del estudio, apenas siete países en el mundo cumplen con ese objetivo, todos con un índice de desarrollo humano muy alto.
En otros 22 países, las tasas también disminuyeron, aunque por debajo del 2,5 % recomendado por la OMS. Esos países también tienen un índice de desarrollo humano muy alto. Esto implica que son países de mejores ingresos y con sistemas de salud de mayor calidad.
La radiografía que hace el estudio muestra cómo la desigualdad afecta a los países de menores ingresos (con índice de desarrollo humano bajo). Hay dos datos que lo evidencian claramente.
El primero es que las tendencias indican que los registros aumentarán más en los países de mejores ingresos. Detrás de esto podría estar un mejor sistema de detección temprana y un mejor acceso al sistema de salud.
En cambio, aunque no incrementan en la misma proporción los casos en países de ingresos bajos, allí sí se presentan las tasas más altas de mortalidad por cáncer de mama. Probablemente, por una menor calidad en la detección temprana y porque hay más barreras para tratar la enfermedad.
Si estas tendencias continúan así, los casos de cáncer de mama a nivel mundial aumentarán hasta un 38 % en 2050. Es decir, para ese año se presentarían 3,1 millones de casos, 800.000 más que en 2022. Lo que genera mayor preocupación es que la mortalidad incrementaría un 68 %. Esto indica que pasarían a ser 1,1 millones de muertes por cáncer de mama en 2050, 455.000 más que en 2022.
A estos datos, dicen las investigadoras, se suma el hecho de que los registros en países de ingresos bajos pueden estar por debajo del número de casos que en realidad se presentan, lo que haría que el panorama pueda ser más grave.
Las recomendaciones para prevenirlo
La OMS recomienda tres elementos clave para prevenir y mejorar la gestión del cáncer de mama en el mundo.
El primero es mejorar la promoción de la salud, con el fin de que las personas identifiquen los síntomas de esta enfermedad, como cambios en el aspecto del pezón o la piel circundante (aréola) o secreción de líquido anómalo o sanguinolento por el pezón.
Sin embargo, estos síntomas podrían aparecer solo hasta una fase avanzada del cáncer, por lo que esta estrategia también incluye la importancia de hacer exámenes anuales para descartar la presencia de la enfermedad.
Allí entra el segundo elemento, que es el diagnóstico temprano. Esto permitiría identificar la enfermedad en una fase en la que tiene más probabilidades de manejo médico.
El tercer elemento es fortalecer los sistemas de salud para tener una gestión integral de la enfermedad, no solo con los tratamientos médicos requeridos, sino con el acceso oportuno a estos por parte de las pacientes.
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