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La investigación denominada Stop spoon dosing (Parar la dosis por cucharadas, por su traducción al español) realizada por científicos de la universidad de Cornell, en Nueva York, demostró que el riesgo de equivocarse en las cantidades se reduce un 50% con solo cambiar las "cucharitas" por unidades más precisas como los miligramos.
Como le contó el profesor Koert van Ittersum de la Universidad de Groningen (Países Bajos) y líder principal del estudio al diario El País de España, “cuando medimos el medicamento para nosotros o para nuestros hijos usamos normalmente cucharas comunes de cocina sin pensar que no son instrumentos de medida adecuados”.
Por ejemplo, según la investigación, cuando se usan cucharas pequeñas se tiende a servir un promedio de 8,4% menos de la cantidad recetada en los medicamentos, mientras que si se utilizan cucharas soperas se sirve un 11,6% en promedio más de la dosis recomendada.
Sigue a El Espectador en WhatsAppNo obstante, algunos medicamentos vienen con una tapa o dosificador que mide los mililitros. El estudio sostuvo que el sólo hecho de utilizarlos reduce en un 50% el riesgo de equivocarse con la dosis. Van Ittersum, aseguró que cuando la información sobre la dosis viene dada en esas medidas las personas están más dispuestas a utilizar el dosificador.
Normalmente equivocarse con la medición de los medicamentos trae consecuencias diferentes dependiendo de sus compuestos. Algunas veces equivocarse un 10% o un 20% en la dosis pasa desapercibido para el organismo, pero otras veces puede ser fatal.
A esto se le conoce como margen terapéutico, es decir, la distancia entre la dosis que produce los efectos buscados por el medicamento y la dosis que provoca toxicidad. Así que mientras hay algunos que tiene un margen terapéutico muy estrecho, como las medicinas contra el cáncer o los anticoagulantes, hay otros que cuentan con un margen más amplio, como la penicilina.
Los anteriores son medicamentos muy especializados. Pero por ejemplo el Primperan, un medicamento de uso común que actúa sobre las náuseas y los vómitos, tiene un margen terapéutico estrecho. Por eso, si se presenta un pequeño error en su dosis podría conducir a efectos indeseados por toxicidad. Una dosis excesiva de Primperan puede provocar una distonía aguda, que desemboca en la rigidez de las articulaciones, la contracción de los músculos, la tortícolis, e incluso la mirada perdida, explicó Joan Ramón Laporte, catedrático de Farmacología de Universidad Autónoma de Barcelona al diario El País.
Lo mismo ocurre con los jarabes para la tos que pueden presentan riesgos en caso de ingerir una dosis errónea. De esta manera, si se consume más de la cuenta de la dosis recetada puede provocar efectos graves como la opresión respiratoria.
Según comentó La Porte, en España por ejemplo ya han identificado casos de niños intoxicados por un mal manejo de sus jarabes. Por eso, se recomienda que todos los medicamentos que incluyan cuchara o dosificador no se boten a la basura y se utilicen cuando se requieran.