Contaminación del aire, asociada a un mayor riesgo de pérdida de visión
Un estudio que analizó datos de más de 115 mil pacientes sugiere que la exposición a material particulado también podría aumentar la probabilidad de tener degeneración macular vinculada con la edad, una enfermedad que afecta a unas 200 millones de personas.
Un estudio que acaba de ser publicado en el British Journal of Ophthalmology y que analizó los datos de más de 115 mil pacientes sugiere que hay un vínculo entre la contaminación del aire y la degeneración macular vinculada con la edad (AMD), la principal causa de ceguera irreversible en personas mayores de 50 años en países de altos ingresos. Hoy la padecen cerca de 200 millones de personas. (Lea todas las noticias relacionada con el coronavirus)
La investigación, liderada por un equipo de científicos del Institute of Ophthalmology de Londres, es la primera en evaluar esta relación. En pocas palabras, los hallazgos muestran que una mayor exposición a material particulado de 2.5 micras (el más pequeño) está asociado con mayores probabilidades de padecer AMD.
“Estas partículas provienen principalmente del proceso de combustión y pueden alcanzar las vías respiratorias y los alvéolos más pequeños y se transmiten a la sangre provocando una cascada de eventos fisiológicos asociados con la morbilidad y la mortalidad”, señalan los autores.
Como apuntan en su artículo, los resultados indican que quienes estuvieron expuestos a niveles más altos de concentración de material particulado 2,5 tenían un 8% más de probabilidades de tener AMD.
“Hay un flujo de sangre enormemente alto hacia la retina y creemos que, como consecuencia de ello, la distribución de contaminantes es mayor en el ojo que en otros lugares”, dijo al diario The Guardian el profesor Paul Foster, del University College de Londres, Reino Unido y quién fue parte del equipo de estudio. “Proporcionalmente, la contaminación del aire se convertirá en un factor de riesgo mayor a medida que se controlen otros factores de riesgo”.
“El estudio brinda a las personas información que pueden utilizar para modificar sus elecciones de estilo de vida. Por ejemplo, puede ser otra razón por la que podríamos considerar optar por un automóvil eléctrico, en lugar de comprar un diésel”, añadió.
Para llegar a esas conclusiones, los investigadores analizaron datos de 115.954 participantes en el estudio Biobanco del Reino Unido (UKBB), que investiga la predisposición genética y el medioambiente en el desarrollo de enfermedades. Los participantes tenían entre 40 y 69 años, sin problemas oculares al comienzo de este estudio en 2006.
La idea era averiguar si, además del tabaquismo, la vez o la genética, factores de riesgo asociados a la AMD, la contaminación estaba desempeñando un papel importante. Es posible que en 2040 haya unos 300 millones de personas afectadas por esta enfermedad.
“Este hallazgo es significativo. Además, el estudio tenía una edad promedio de alrededor de 60 años y es probable que este pequeño aumento del riesgo del 8% se agrave aún más en las próximas décadas”, aseguró a The Guardian.
“Nuestros hallazgos se suman a la creciente evidencia de los efectos perjudiciales de la contaminación del aire ambiente, incluso en el establecimiento de una exposición relativamente baja”, anotaron los autores en su artículo. “Si nuestros hallazgos se replican, esto respaldaría la opinión de que la contaminación del aire es un factor de riesgo modificable importante para la AMD”.
Un estudio que acaba de ser publicado en el British Journal of Ophthalmology y que analizó los datos de más de 115 mil pacientes sugiere que hay un vínculo entre la contaminación del aire y la degeneración macular vinculada con la edad (AMD), la principal causa de ceguera irreversible en personas mayores de 50 años en países de altos ingresos. Hoy la padecen cerca de 200 millones de personas. (Lea todas las noticias relacionada con el coronavirus)
La investigación, liderada por un equipo de científicos del Institute of Ophthalmology de Londres, es la primera en evaluar esta relación. En pocas palabras, los hallazgos muestran que una mayor exposición a material particulado de 2.5 micras (el más pequeño) está asociado con mayores probabilidades de padecer AMD.
“Estas partículas provienen principalmente del proceso de combustión y pueden alcanzar las vías respiratorias y los alvéolos más pequeños y se transmiten a la sangre provocando una cascada de eventos fisiológicos asociados con la morbilidad y la mortalidad”, señalan los autores.
Como apuntan en su artículo, los resultados indican que quienes estuvieron expuestos a niveles más altos de concentración de material particulado 2,5 tenían un 8% más de probabilidades de tener AMD.
“Hay un flujo de sangre enormemente alto hacia la retina y creemos que, como consecuencia de ello, la distribución de contaminantes es mayor en el ojo que en otros lugares”, dijo al diario The Guardian el profesor Paul Foster, del University College de Londres, Reino Unido y quién fue parte del equipo de estudio. “Proporcionalmente, la contaminación del aire se convertirá en un factor de riesgo mayor a medida que se controlen otros factores de riesgo”.
“El estudio brinda a las personas información que pueden utilizar para modificar sus elecciones de estilo de vida. Por ejemplo, puede ser otra razón por la que podríamos considerar optar por un automóvil eléctrico, en lugar de comprar un diésel”, añadió.
Para llegar a esas conclusiones, los investigadores analizaron datos de 115.954 participantes en el estudio Biobanco del Reino Unido (UKBB), que investiga la predisposición genética y el medioambiente en el desarrollo de enfermedades. Los participantes tenían entre 40 y 69 años, sin problemas oculares al comienzo de este estudio en 2006.
La idea era averiguar si, además del tabaquismo, la vez o la genética, factores de riesgo asociados a la AMD, la contaminación estaba desempeñando un papel importante. Es posible que en 2040 haya unos 300 millones de personas afectadas por esta enfermedad.
“Este hallazgo es significativo. Además, el estudio tenía una edad promedio de alrededor de 60 años y es probable que este pequeño aumento del riesgo del 8% se agrave aún más en las próximas décadas”, aseguró a The Guardian.
“Nuestros hallazgos se suman a la creciente evidencia de los efectos perjudiciales de la contaminación del aire ambiente, incluso en el establecimiento de una exposición relativamente baja”, anotaron los autores en su artículo. “Si nuestros hallazgos se replican, esto respaldaría la opinión de que la contaminación del aire es un factor de riesgo modificable importante para la AMD”.