El virus SARS-Cov-2 fue descubierto en diciembre de 2019 en China y, desde entonces, ha dejado más de 2.900.000 personas infectadas y cerca de 205.923 víctimas mortales en el mundo. Aunque la pandemia llegó relativamente tarde a Latinoamérica, y los países pudieron prepararse al ver el escenario de otros continentes, los problemas estructurales de un sistema de salud en crisis y las condiciones socioeconómicas de la región generaron un panorama completamente diferente para el coronavirus.
Un factor clave con la llegada del coronavirus fue la presencia de tres epidemias que, desde antes de 2019, ya habían presentado nuevos brotes: el sarampión, el dengue y el zika. A este tipo de escenarios se les conoce como sindemia: una situación epidemiológica en la que se enfrentan simultáneamente varias epidemias. “Eso es parte de los retos que enfrenta en este momento América Latina con la llegada de COVID-19, cuando seguimos teniendo epidemias de dengue y el problema de sarampión y tosteferina desde el año pasado”, dijo a la BBC Mundo, Alfonso Rodríguez Morales, profesor de salud pública e infección de la Universidad Tecnológica de Pereira.
Con la llegada del SARS-Cov-2, el virus que provoca la enfermedad COVID-19, una nueva preocupación inquieta a los expertos: el contagio de coronavirus a una persona que ya esté padeciendo otra de estas epidemias. "Este es el problema de la llamada 'doble carga' de dos enfermedades, como dengue y covid-19, que se pueden dar al mismo tiempo, en las mismas personas y en los mismos lugares”, señaló Josefina Coloma, investigadora de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de California.
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La investigadora, quien está dirigiendo un estudio de dengue y zika en Ecuador, indicó a la BBC Mundo, que es probable que esa “doble carga” ya este ocurriendo en lugares como Ecuador, uno de los países de la región con más víctimas mortales de COVID-19. "Si ves las tablas epidemiológicas que publica Ecuador, la curva de dengue era muy alta (a principios de año) y de pronto en marzo, cuando empezó el covid-19, (el dengue) bajó a cero. Y no es que haya bajado a cero, sino que el sistema de salud se satura y nadie está realmente siguiendo específicamente los casos de dengue”.
El dengue causó una grave epidemia en la región en 2019. Un brote que dejó más de tres millones de casos, un aumento de más del 20% con el 2015, año con el registro más alto de infectados. Esta epidemia, surgió, a su vez, después de una ola de zika, en 2016, y de la fiebre de chikungumya en 2013. En 2019 la Organización Panamericana de la Salud (OPS) lanzó una alerta por el aumento de los casos de sarampión en la región, con aproximamdamente 20.430 contagios confirmados en 14 países de América.
Esto representa un reto en salud pública para América Latina, pues según los expertos, todas estas enfermedades son causas por un virus y pueden llegar a tener síntomas similares que pueden confundirse. "Todas las enfermedades virales en sus primeros días se manifiestan con los mismos síntomas: fiebre específica, dolor de cuerpo, agotamiento. Y eso puede ser dengue, chikungunya, COVID-19”, explicó, al medio internacional, Coloma.
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Otro de los problemas, ahora material de investigación, es el fenómeno de la "respuesta inmune cruzada". Es decir, la posibilidad de que una persona que contrajo un virus, como dengue o Zika, se contagie tiempo después de otro virus, pero con este se presente un episodio mucho más severo. Para Coloma, la severidad de la epidemia de dengue en 2019 pudo ser el resultado de la epidemia de zika que se vivó en 2016."El zika emergió con mucha fuerza en el continente (en 2016) y aunque era una enfermedad débil que producía pocos síntomas mucha gente se enfermó", le explicó a BBC Mundo. "La gente entonces desarrolló anticuerpos y tenemos la teoría de que esa respuesta inmune del zika fue lo que exacerbó la infección y severidad del dengue", concluyó.