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Costos, innovaciones terapéuticas y retos para la salud en Colombia

Opinión: Invertir poco puede resultar costoso cuando se habla del tratamiento de enfermedades, sobre todo en el caso de los problemas de salud crónicos.

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* John M. González MD, PhD
22 de mayo de 2024 - 02:34 a. m.
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Invertir poco puede resultar costoso cuando se habla del tratamiento de enfermedades, sobre todo en el caso de los problemas de salud crónicos. La mayor carga de enfermedad en el mundo está representada por las enfermedades crónicas no transmisibles, especialmente las cardiovasculares, metabólicas, renales y el cáncer.

Aunque las enfermedades transmisibles como el VIH/SIDA y la malaria también suponen un desafío importante, son las enfermedades crónicas no transmisibles las que generan una mayor carga en términos de costos y atención médica. Muchos factores están implicados en el incremento de la carga de estas enfermedades crónicas, como el aumento de la esperanza de vida que ha contribuido a un crecimiento demográfico significativo de la población centenaria; es decir, personas que han alcanzado los cien años de edad.

Recientemente, se ha lanzado en Colombia un proyecto (COOLCEN) que busca evaluar, desde múltiples variables, a los centenarios en Colombia para identificar factores protectores o de riesgo de estas enfermedades y otras condiciones.

En la actualidad, en el mundo se ha potenciado exponencialmente la capacidad diagnóstica y terapéutica al comprender mejor los factores que predisponen a las enfermedades y al disecar molecularmente los mecanismos fisiopatológicos de estas, lo que ha permitido desarrollar terapias más específicas y personalizadas, incluso en enfermedades para las cuales carecíamos de formas de tratamiento.

Estas terapias están dirigidas a modificar la biología de la enfermedad e incluso lograr su posible curación. Algunas de las terapias que utilizamos con frecuencia están dirigidas a elementos finales de la cadena fisiopatológica de la enfermedad; por ejemplo, un antiinflamatorio bloquea las moléculas que inducen la inflamación y el daño del tejido, pero no altera los procesos subyacentes en el desarrollo de dicha enfermedad.

Las nuevas formas terapéuticas, como los anticuerpos monoclonales contra enfermedades inflamatorias crónicas o el cáncer, así como las terapias celulares y genéticas, entre ellas las células CAR-T y la edición genética con CRISPR/Cas, están transformando los enfoques tradicionales de tratamiento. Las células CAR-T han demostrado ser altamente efectivas en el tratamiento de cánceres derivados de células sanguíneas, como leucemias y linfomas.

Por otro lado, la terapia de edición génica con CRISPR/Cas muestra un gran potencial para corregir defectos genéticos, como la anemia falciforme y otras alteraciones de la hemoglobina. En el caso de la anemia falciforme, un trastorno de los glóbulos rojos causado por una mutación genética, la sustitución del gen mutado puede corregir el defecto que induce a la enfermedad. Sin embargo, uno de los principales desafíos que enfrentamos es el alto costo asociado con estas terapias, que oscila entre medio millón y dos millones de dólares.

El aumento de las enfermedades crónicas no transmisibles en Colombia está generando una presión financiera considerable en el sistema de salud. Un estudio reciente para el Banco de la República estima los costos asociados a estas enfermedades, que han ido en aumento desde 2017, principalmente debido a enfermedades cardiovasculares y cáncer. Se proyecta que para 2030, estos costos se incrementen significativamente, triplicándose en comparación con 2016, principalmente debido al envejecimiento de la población.

Las enfermedades infecciosas también contribuyen a esta presión financiera. Uno de los ejemplos notables es la enfermedad de Chagas, una enfermedad parasitaria olvidada. A pesar de ser endémica en el país y de estudios que indican una prevalencia mayor de lo reportado, el subregistro es evidente. La mayoría de los pacientes no presentan síntomas, pero décadas más tarde pueden desarrollar enfermedad cardiaca severa. El único tratamiento, además de los medicamentos para el soporte cardíaco, sería un trasplante de corazón.

La cardiopatía crónica por Chagas produce una alta discapacidad y mortalidad. En un estudio de costos realizado por investigadores de la Universidad Nacional de Colombia, se estima que el costo total de la enfermedad de Chagas ya diagnosticada en Colombia es de 13.1 millones de dólares, incluyendo aspectos médicos y no médicos como el ausentismo laboral y las muertes prematuras. Calculado al día de hoy con el cambio del dólar, sería una suma cercana a los 50.000 millones de pesos.

Recientemente, hemos escuchado opiniones encontradas respecto al avance de la medicina en nuestro país. Existe una oposición desde niveles decisorios a las nuevas terapias y a su aplicación en Colombia, principalmente debido a su elevado costo. No obstante, es crucial avanzar en el proceso de implementación paso a paso desde la formación, la regulación y la infraestructura. De lo contrario, enfrentaremos las consecuencias, como lo ocurrido con la no continuación en la producción de antisueros para uso humano y de vacunas. A medida que avanza la oferta de estas nuevas terapias, los costos rebajaran sustancialmente, y debemos estar preparados para su aplicación.

Se debe auspiciar la investigación y el estudio de estas enfermedades, realizar un diagnóstico más temprano para abrirse a las nuevas oportunidades terapéuticas. El desafío de manejar estos costos crecientes es urgente para la política pública, pero claramente debe estar enlazado con la implementación de políticas de prevención y promoción de hábitos saludables, que podrían ayudar a mitigar el impacto de estas enfermedades en el futuro. Pero, al no invertir prontamente lo barato saldrá supremamente caro.

* John M. González MD, PhD

Profesor Titular

Facultad de Medicina, Universidad de los Andes

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Por * John M. González MD, PhD

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RAUL(qdhjj)22 de mayo de 2024 - 12:15 p. m.
Creo que le falta revisar un poco mas la evidencia. En cáncer las tasas de respuesta no son tan maravillosas como sugiere el artículo y la frecuencia de recaídas para terapias como las CAR-T cells es alta. La mejoría en supervivencia para los pacientes con marcadores blanco ha sido en efecto significativa, pero las supervivencia en términos poblacionales no ha mejorado, esto en parte por las tasas de respuesta y en parte por la baja prevalencia de los marcadores blanco. Costo-efectividad?
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