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¿Cuál será el futuro del virus SARS-CoV-2?

Dos estudios realizados buscaron plasmar los posibles escenarios y trayectoria que podría tomar el coronavirus en los próximos meses. Concluyen que, mientras se espera la vacuna, se debe preparar para, al menos, otros 18 o 24 meses de actividad significativa del virus.

- Redacción salud

08 de mayo de 2020 - 09:06 a. m.
Ilustración del nuevo coronavirus COVID-19. / Centers for Disease Control and Prevention
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Hasta ahora, los epidemiólogos han concluido lo mismo: debemos prepararnos para convivir durante un largo tiempo con el nuevo coronavirus. Pero, ¿exactamente cuánto? ¿Las medidas de aislamiento social seguirán? ¿Basta con superar el pico de contagio? Para tener un panorama más claro y tratar de darle respuesta a varias de estas preguntas, Marc Lipsitch, epidemiólogo de enfermedades infecciosas de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, y su grupo de investigación realizaron dos estudios en el que buscaron plasmar los posibles escenarios y trayectoria que podría tomar en los próximos meses. (Vea aquí toda la información sobre coronavirus)

"Exactamente cuánto tiempo queda por ver (…) Será cuestión de administrarlo durante meses o un par de años. No se trata de superar el pico, como algunas personas parecen creer”, aseguró a The New York Times el epidemiólogo. Lipsitch añadió que, a largo plazo, no bastará con un solo período de distanciamiento social, principalmente, porque esta ola pandémica estará entre la población en un futuro, de la manera en la que se presenta en la actualidad, antes de que disminuya. Sin embargo, según explica, factores como la ubicación geográfica y las políticas serán claves en el comportamiento del coronavirus.

En ambos estudios, el equipo de investigación desarrolló descripciones matemáticas de cómo funciona un sistema entre el pronóstico del tiempo y el modelado de enfermedades. Para ello, se basaron en física y química (para estudiar cómo se comportará el virus con el clima); y analizaron el comportamiento de modelos de enfermedades infecciosas. “No podemos cambiar el clima, pero podemos cambiar el curso de la pandemia, con nuestro comportamiento, equilibrando y coordinando factores psicológicos, sociológicos, económicos y políticos”, señaló el científico.

“Debemos prepararnos para al menos otros 18 a 24 meses de actividad significativa de COVID-19”

El primer análisis, desarrollado por el Centro de Investigación y Políticas de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Minnesota, se plantea tres posibles escenarios del comportamiento que tendrá el virus.

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En el primer escenario, el grupo de investigación buscó representar una ola inicial de casos, como ha sucedido recientemente en la mayoría de países. Posteriormente, se presenta, de manera constante e irregular, una serie de picos y valles que disminuirían gradualmente entre un año o dos.
Para el segundo, se prevé que la ola actual de contagios va a estar seguida por un pico que será más grande. Los investigadores creen que podría presentarse en otoño o en invierno. Luego, vendrán olas más pequeñas. (Puede leer:Esto es lo que sabemos sobre la transmisión del coronavirus en piscinas y playas)
Por último, el grupo de investigación planteó un tercer escenario en que se ve un pico intenso, que podría ser para la primavera, y luego una serie de olas que presentan altibajos menos pronunciados.

Tras plantearse estos tres posibles escenarios, el grupo de investigación concluyó que, mientras se espera una vacuna y las medidas de mitigación sigan implementándose, “debemos estar preparados para al menos otros 18 a 24 meses de actividad significativa de COVID-19, con puntos calientes que aparecen periódicamente en diversas áreas geográficas".

“Llevará mucho tiempo alcanzar la inmunidad del rebaño”

El segundo estudio, en el que también participó Lipsitch, fue realizado por investigadores de la Escuela Chan de Harvard y publicado en Science. Para este análisis, se observaron varios escenarios y se simuló la dinámica de trasmisión del virus.

Para realizar los gráficos, el equipo tomó los últimos datos sobre COVID-19 y algunas cifras de virus relacionados. Una de ellas, muestra un posible panorama basado en las medidas del distanciamiento social que, se deben activar cuando el número de casos alcanza una cierta prevalencia en la población. Y, se desactivan al momento en que los casos caen a un umbral inferior. (Lea también:Brasil, epicentro latinoamericano de la pandemia, ¿debería preocuparnos?)
"El 'umbral de inmunidad de rebaño' en el modelo es el 55% de la población, o el nivel de inmunidad que se necesitaría para que la enfermedad deje de propagarse en la población sin otras medidas", aseguró a The New York Time Stephen Kissler, coautor del estudio.
En otro de los gráficos, los investigadores buscan reflejar los efectos de la estacionalidad. “Una propagación más lenta del virus durante los meses más cálidos. Teóricamente, los efectos estacionales permiten intervalos más largos entre períodos de distanciamiento social”, añade el experto. Sin embargo, para este año, los efectos estacionales quizás sean mínimos, principalmente, porque una gran parte de la población seguirá siendo susceptible al virus.

Pero, los investigadores explican que cómo no hay suficiente información de este nuevo coronavirus, no se podrá depender de la estacionalidad para evitar un próximo brote. Es necesario, para ello, estudiar la temperatura, la humedad y los horarios escolares, así como se ha hecho con otras infecciones respiratorias.

En un último escenario, además de la estacionalidad, los investigadores tuvieron en cuenta la capacidad de cuidados críticos en los hospitales. Para este panorama, el distanciamiento social se podría activar en un umbral más alto. Pero, una medida de confinamiento, una única vez no será suficiente para controlar la epidemia a largo plazo, además, “llevará mucho tiempo alcanzar la inmunidad del rebaño”, señaló Kissler.

"Esto se debe a que cuando tenemos éxito en el distanciamiento social, para no abrumar al sistema de atención médica, menos personas contraen la infección, que es exactamente el objetivo. Pero si la infección conduce a la inmunidad, el distanciamiento social exitoso también significa que más personas siguen siendo susceptibles a la enfermedad. Como resultado, una vez que levantemos las medidas de distanciamiento social, el virus posiblemente se propagará de nuevo tan fácilmente como antes de los bloqueos”, explicó a The New York Times Christine Tedijanto, coautora.

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Mientras no exista una vacuna, explican los expertos, la pandemia podría persistir hasta 2021 o 2022. (Lea también: Israel anunció que encontró un "modo de neutralizar el coronavirus")

 

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