El calor extremo presenta riesgos peligrosos para la salud materna global y los resultados del parto, encontró una nueva investigación publicada por Climate Central, una organización sin fines de lucro compuesta por científicos y comunicadores que investigan y difunden información sobre el cambio climático y sus impactos en la sociedad. El cambio climático provocado por el ser humano ha elevado las temperaturas medias globales y ha convertido los peligrosos episodios de calor extremo en un riesgo más común en todo el planeta, dicen los científicos.
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El nuevo análisis cuantifica entonces cómo esta nueva realidad puede influir en la frecuencia del calor extremo asociado con un mayor riesgo de parto prematuro y examina dónde las personas embarazadas corren mayor riesgo. Se sabe que la exposición al calor extremo durante el embarazo se ha vinculado a un mayor riesgo de complicaciones como hipertensión, diabetes gestacional, hospitalizaciones maternas y morbilidad materna grave. También se asocia con un mayor riesgo de resultados adversos como muerte fetal intrauterina y parto prematuro (antes de las 37 semanas), este último con efectos duraderos en la salud del bebé.
Climate Central realizó un análisis de las temperaturas diarias registradas entre 2020 y 2024 en 247 países, territorios y dependencias, así como en 940 ciudades del mundo. Para evaluar cómo el cambio climático ha influido en la frecuencia de días de calor extremo que representan un riesgo para las personas embarazadas, utilizaron dos herramientas principales. La primera fue la identificación de los llamados “días de riesgo de calor durante el embarazo”, definidos como aquellos en los que la temperatura supera el percentil 95 de las temperaturas históricas en cada lugar. Este umbral se considera crítico porque investigaciones previas lo asocian con un mayor riesgo de parto prematuro y otras complicaciones.
La segunda herramienta fue el uso del sistema del Índice de Cambio Climático (CSI, por sus siglas en inglés). Este índice permitió calcular cuántos días de riesgo de calor se habrían producido en un mundo sin cambio climático inducido por actividades humanas. Al comparar ese escenario hipotético con los datos reales observados cada año, fue posible estimar cuántos de estos días extremos se deben específicamente al calentamiento global. Las ciudades analizadas incluyeron grandes urbes del mundo, especialmente aquellas con más de un millón de habitantes, así como varias ciudades clave de Estados Unidos, según datos de la plataforma simplemaps. Esta metodología permitió dimensionar el impacto directo del cambio climático sobre la salud materna en distintas regiones del planeta.
La organización encontró que entre 2020 y 2024, el cambio climático provocó un aumento significativo en la exposición al calor extremo durante el embarazo. En casi un tercio de los países y territorios analizados (78 de 247), se registró en promedio un mes adicional de días de riesgo por calor al año. En la mayoría de los países (222), esta exposición se duplicó en comparación con un escenario sin cambio climático. Los incrementos más marcados se observaron en regiones en desarrollo con acceso limitado a servicios de salud, especialmente en el Caribe, América Central y del Sur, las Islas del Pacífico, el sudeste asiático y el África subsahariana.
Por ejemplo, casi todos los países de América del Sur incluidos en el análisis (12 de 14) registraron, en promedio, al menos dos semanas adicionales al año de días con riesgo de calor durante el embarazo como consecuencia del cambio climático. En ocho de estos países, ese aumento llegó a ser de un mes completo o más. Destacan casos como Perú, con 42 días adicionales; Guyana, con 36; y Ecuador, con 35. A nivel urbano, las ciudades más afectadas fueron Georgetown (Guyana), Barranquilla (Colombia) y São Luís (Brasil), donde el cambio climático sumó un promedio de 53 días de riesgo de calor durante el embarazo cada año.
“El aumento de las temperaturas está afectando directamente a la salud de las mujeres embarazadas en América Latina, especialmente en aquellas comunidades con menor capacidad para adaptarse al estrés térmico debido a sus condiciones sociales, culturales y ambientales. Como profesionales de la enfermería, somos responsables de apoyar a estas mujeres en la adaptación a estos nuevos desafíos. La educación y la prevención son fundamentales para salvaguardar el bienestar tanto de la madre como del bebé”, Doriam Camacho, doctora en enfermería, decana de la Facultad de Enfermería de la Universidad Cooperativa de Colombia, líder de la Alianza de Enfermeras por Ambientes Saludables en América Latina.
Guayana y Ecuador también presentan cifras inquietantes, con 49 y 46 días observados respectivamente, y más de 70% de esos días directamente vinculados al calentamiento global. En Guayana Francesa, el impacto del cambio climático fue aún más pronunciado: el 87% de los días de riesgo fueron añadidos por este fenómeno. Países como Bolivia, Colombia, Paraguay y Venezuela muestran patrones similares, con más de tres cuartas partes de los días de calor extremo asociados al cambio climático. Incluso en países como Surinam y Brasil, donde el porcentaje añadido por el cambio climático es algo menor (68% y 75%, respectivamente), el número de días sigue siendo considerable, con 41 y 36 días observados por año.
“Incluso un solo día de calor extremo puede aumentar el riesgo de complicaciones graves durante el embarazo. El cambio climático está aumentando el calor extremo y poniendo en peligro los embarazos saludables en todo el mundo, especialmente en lugares donde ya es difícil acceder a la atención médica. Es probable que los efectos sobre la salud materna e infantil empeoren si no dejamos de quemar combustibles fósiles y abordamos urgentemente el cambio climático”, dijo Kristina Dahl, vicepresidenta de Ciencia de Climate Central. Este análisis, finalizó Dahl, “es un claro recordatorio de que la crisis climática es también una crisis de salud pública. Sin una rápida reducción de las emisiones, el calor extremo provocado por el clima seguirá empeorando, con graves repercusiones para las mujeres embarazadas y los bebés de todo el mundo”.
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