El pasado domingo, 23 de agosto, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó el uso del tratamiento de plasma de convaleciente como tratamiento contra el COVID-19. Esta decisión se tomó en medio de la convención republicana presidida por el presidente Donald Trump.
El plasma de convaleciente, extraído de la sangre de las personas recuperadas de COVID-19, ha sido aplicado a más de 70.000 pacientes en Estados Unidos y según la FDA “los beneficios conocidos y potenciales del producto superan los riesgos conocidos y potenciales del producto”. Sin embargo, aún son varios los estudios clínicos que se desarrollan a nivel mundial para detectar la efectividad del tratamiento, pero aún no hay registro de resultados concluyentes de la terapia.
Lea: Plasma contra COVID-19: un camino sin muchas certezas
El plasma de convaleciente, al igual que la hidroxicloroquina y otros tratamientos aún en fase de prueba, ha sido especialmente impulsado por Trump desde hace algunos meses. “Hoy me complace hacer un anuncio verdaderamente histórico en nuestra batalla contra el virus de China que salvará innumerables vidas. La acción de hoy aumentará drásticamente el acceso a este tratamiento”, anunció el presidente de Estados Unidos el pasado 23 de agosto.
El afán del primer mandatario ha sido tan evidente que incluso en días pasados llegó a acusar a algunos funcionarios de salud de hacer política con el tratamiento pues según Trump, la FDA estaba retrasando deliberadamente la toma de las decisiones hasta después de las elecciones. Lo cierto, es que la autorización para este tratamiento fue postergada en varias ocasiones por la preocupación de los principales científicos del gobierno sobre los datos clínicos que respaldan el estudio.
Con la decisión de la FDA, en Estados Unidos se ampliará el uso del plasma de convaleciente, aún en fase de prueba. La autoridad sanitaria también advirtió que el tratamiento no sirve para todos los pacientes y no se puede fabricar en millones de dosis pues su disposición está limitada por depender de las donaciones de sangre. El presidente Trump instó a todos los que se hayan recuperado de COVID-19 a donar plasma.
Lea: Las dudas que deja el tratamiento de plasma convaleciente
Aunque ningún ensayo aleatorizado ha mostrado beneficios realmente concluyentes del plasma de convaleciente, la FDA dijo que los datos que tenían, incluidos más de una docena de estudios publicados, mostraban que era “razonable creer” que el tratamiento puede ser eficaz y disminuir la gravedad de la enfermedad del COVID-19 en algunos pacientes hospitalizados.