La actividad física ha demostrado ser uno de los factores que influye en la disminución del riesgo de presentar problemas cardiovasculares, como infartos, insuficiencia cardíaca y accidentes cerebrovasculares. Aunque no es el único elemento a tener en cuenta, sí se recomienda como método de prevención ante estos eventos.
Recientemente, un grupo de científicos publicó nueva evidencia sobre ejercicios que podrían contribuir a reducir el riesgo de tener eventos cardiovasculares adversos. Si bien estos no reemplazan la actividad física frecuente y con una duración adecuada, sí podrían representar una alternativa importante para algunas personas.
El estudio analizó la información alojada en la base de datos del biobanco de Reino Unido, un sistema de información que se utiliza para diferentes estudios del sector salud, y que ha estudiado diferentes grupos de personas. Allí, encontraron a 22.368 participantes (13.018 mujeres y 9.350 hombres) que tenían una característica en común: son personas que no realizan actividad física habitualmente.
Entre estas personas, durante un período de seguimiento de más de siete años, se presentaron 819 eventos cardiovasculares adversos, como los mencionados anteriormente. Al analizar con mayor profundidad la información, los investigadores notaron una particularidad.
Las personas que, además de no hacer ningún tipo de actividad física, tampoco tenían integrados a su rutina diaria ejercicios de corta duración y alta intensidad, tenían una mayor probabilidad de presentar estos eventos.
Los ejercicios cortos de alta intensidad, definen en el estudio, son aquellos que pueden durar menos de un minuto, pero que suponen de alguna manera actividad física. Por ejemplo, subir escaleras o mover paquetes pesados dentro de la casa.
Para medir esto, la información se recopiló mediante el uso de un dispositivo de seguimiento de la frecuencia cardíaca, el movimiento, entre otras variables. Las personas que reportaban ejercicios cortos, pero intensos durante su rutina, a pesar de no tener hábitos de actividad física, mostraron una reducción en el riesgo de presentar problemas cardíacos.
Este análisis resultó “más pronunciado” en las mujeres que en los hombres. En ellas, ejercicios de entre 1,5 y cuatro minutos por día resultaron en reducciones del riesgo de padecer alguno de estos eventos. “Las asociaciones menos pronunciadas en los hombres sugieren que para obtener beneficios cardioprotectores óptimos también sería deseable cierta actividad física de intensidad vigorosa basada en el ejercicio”, señalan los autores. Aunque, señalan que se requieren nuevos estudios para tener mayor certeza sobre esto.
Sin embargo, los autores aclaran que esto no se trata de un remplazo de la actividad física, pues las personas que la realizan presentan riesgos considerablemente más bajos. Sin embargo, aseguran que puede ser una alternativa para las personas que por algún motivo no pueden o no quieren realizar actividad física regularmente, pues se trata de actividades que pueden integrarse fácilmente a la rutina.
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